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García Torres anima a "reclamar masivamente" para que los perros puedan entrar "en todos los espacios"

La ley animalista señala que, salvo prohibición expresa, se permitirá el acceso de mascotas a edificios y transportes públicos.

La ley animalista señala que, salvo prohibición expresa, se permitirá el acceso de mascotas a edificios y transportes públicos.
Pixabay/CC/Peggy_Marco

La ley de Bienestar Animal establece que los animales pueden acceder a los edificios públicos salvo que haya una señal clara y visible que lo prohíba. Es decir, los perros, por defecto, pueden entrar en colegios, hospitales y todo tipo de edificios públicos, salvo que haya un cartel en la puerta que lo prohíba. Sin embargo, este apartado de la ley ya está entrando en conflicto con las normativas autonómicas en las que prevalecen los aspectos higiénico-sanitarios o de seguridad. Para tratar de resolver lo que a todas luces es un nuevo fallo de la norma animalista, el director de Derechos de los Animales, Sergio García Torres, ya está animando a los ciudadanos a "reclamar masivamente".

La Comunidad Valenciana publicó el pasado viernes una resolución para que todos los centros educativos públicos señalizasen de forma visible la prohibición de acceso de los animales de compañía. "En el caso de los centros educativos se considera que el acceso de animales de compañía podría comportar riesgos tanto higiénico-sanitarios como de seguridad para la integridad del alumnado, mayoritariamente menor de edad", señala la resolución.

"Esta circunstancia unida a la necesidad de garantizar una prestación adecuada y de calidad del servicio público de la educación y los derechos de todo el personal que presta sus servicios en el centro educativo, aconsejan limitar la presencia de estos animales de compañía a aquellos casos en que esté contemplada en la programación general anual", es decir, en todos los casos salvo en lo relativo a los perros de asistencia para personas con discapacidades.

La decisión de la Consejería de Educación provocó el malestar de algunos ciudadanos, que preguntaron a García Torres cómo debían proceder, especialmente teniendo en cuenta que ya no se puede dejar a los animales en el coche o atados en la puerta de un establecimiento. En opinión del responsable de Bienestar Animal, la prohibición de la Comunidad Valenciana es "contraria al espíritu de la Ley" y animaba a reclamar "masivamente" ya que "la interpretación y el razonamiento de la prohibición es realmente absurda", ha señalado en redes sociales.

En este caso, la solución de García Torres no servirá para mucho porque, como bien sabe el ideólogo de la ley animalista, las competencias en materia de sanidad y educación corresponden a las autonomías, que ya se han apresurado a colocar carteles en oficinas y centros públicos en contra del "espíritu" animalista de la norma del Ministerio de Ione Belarra.

Animales en transportes y establecimientos privados

La ley de Bienestar Animal indica textualmente que "los transportes públicos y privados facilitarán la entrada de animales de compañía que no constituyan un riesgo para las personas, otros animales y las cosas, sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa sobre salud pública, en las ordenanzas municipales o normativa específica".

Esta es una situación similar a la de los edificios públicos. Los autobuses urbanos, metro, tranvías y otros transportes públicos tienen que permitir la entrada de mascotas, pero en cualquier caso prevalecen las normativas locales y autonómicas, lo que abre la puerta a que este artículo de la ley no llegue a cumplirse.

En el caso de los taxis o los vehículos de turismo con conductor (VTC), la ley animalista señala que "facilitarán la entrada de animales de compañía en sus vehículos de manera discrecional, salvo circunstancias debidamente justificadas". Antes de aprobarse la ley, algunas de estas empresas ya ofrecen la opción de viajar con mascota, aunque en muchos casos depende de los propios conductores y no siempre hay posibilidad.

En los establecimientos públicos y privados, alojamientos hoteleros, restaurantes, bares y en general aquellos en los que se consuman bebidas y comidas, "podrán facilitar la entrada de animales de compañía que no constituyan un riesgo para las personas, otros animales y las cosas, a zonas no destinadas a la elaboración, almacenamiento o manipulación de alimentos, sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa sobre salud pública, o de las ordenanzas municipales o normativa específica". Es decir, por el momento, la entrada de animales sigue siendo decisión de los propietarios de los locales. En el caso de que no lo permitan, deben mostrar un distintivo que lo indique, visible desde el exterior del establecimiento.

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