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Un estudio científico desvela por qué los gatos rascan los muebles y cómo evitarlo

Los científicos descubren qué factores que influyen en el aumento de la frecuencia y la furia del rascado, además del afilado de uñas y el marcaje.

Los científicos descubren qué factores que influyen en el aumento de la frecuencia y la furia del rascado, además del afilado de uñas y el marcaje.
Destrozos felinos en el hogar. | Pexels

Una bonita alfombra, un sofá caro o la pata de una mesa de madera noble… Los gatos tienen un gusto exquisito a la hora de escoger el lugar idóneo donde rascar sus afiladas zarpas. Es un comportamiento natural pero también muy desagradable para los propietarios, sobre todo cuando se convierte en un destrozo constante de los objetos del hogar. Hasta ahora se contemplaban dos motivos: afilar las uñas y marcar el territorio. Sin embargo, un grupo de científicos ha descubierto otros factores que influyen en esta problemática costumbre y, aún más importante, cómo evitarla.

El estudio, publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, recoge datos sobre la rutina diaria, las interacciones sociales, los entornos, los comportamientos y el temperamento de 1.211 gatos franceses. "Nuestros hallazgos pueden ayudar a los cuidadores a controlar y redirigir los rasguños hacia materiales apropiados, lo que podría ayudar a fomentar un entorno de vida más armonioso tanto para los gatos como para sus cuidadores", ha señalado la profesora Yasemin Salgirli Demi̇rbas, investigadora de Medicina Veterinaria de la Universidad de Ankara y primera autora del estudio.

En primer lugar, señala el estudio, hay que tener en cuenta que el gato doméstico no es socialmente dependiente pero mantiene un vínculo con los humanos desde hace 10.000 años. Y aunque se ha adaptado a nuestra forma de vida, sigue imitando la conducta de sus ancestros y mantiene su fuerte instinto territorial. Es un animal complejo, lo que hace que sus cuidadores puedan malinterpretar su comportamiento, como sucede con el caso del rascado.

Análisis anteriores ya habían descubierto que cuando un gato rasca los muebles busca mantener sus garras afiladas y marcar su territorio. Por lo tanto, señala el estudio, "el rascado es un elemento esencial del comportamiento natural de los gatos". Sin embargo, en casos extremos, puede ser frustrante para sus amos hasta el punto de que muchos acaban optando por la onicectomía (extirpar las garras del gato amputando las falanges distales, una técnica totalmente prohibida en España salvo por motivos veterinarios), el abandono o incluso el sacrificio.

Así que, partiendo del hecho de que estamos ante una conducta normal y saludable, hay ocasiones en las que un gato puede ser especialmente destructivo o puede haber aumentado la frecuencia y la intensidad del rascado. En esos casos, señala el estudio científico, el estrés puede ser la clave.

"Vemos un vínculo claro entre ciertos factores ambientales y un mayor comportamiento de rascado en los gatos", ha explicado Salgirli Demirbas. "En concreto, la presencia de niños en el hogar, así como los altos niveles de juego y actividad nocturna, contribuyen significativamente a un mayor número de rascados. Los gatos descritos como agresivos también mostraron niveles más elevados de rascado".

Así que, según el estudio, los niños (especialmente los más pequeños) aumentan el estrés y la frecuencia de rascado en los gatos. Lo mismo sucede si hay demasiada estimulación o juegos antes de ir a dormir. "Las oportunidades inadecuadas o insuficientes de juego y caza pueden generar excitabilidad o agresividad, lo que provoca un aumento del rascado como mecanismo de liberación del estrés".

Cómo evitar que el gato rasque los muebles

Además del uso de feromonas, proporcionar escondites tranquilos y lugares elevados de observación, el estudio señala que "promover sesiones de juego interactivo breves y regulares, junto con juguetes adecuados, puede aliviar el estrés de los gatos y, en consecuencia, reducir los comportamientos de rascado indeseables".

Otro factor importante es la ubicación del rascador. Según los científicos, "proporcionar postes rascadores bien posicionados en áreas frecuentadas por el gato pueden ayudar a redirigir el rascado a superficies más apropiadas, reduciendo el daño a los artículos del hogar".

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