Las terapias alternativas carecen de evidencia científica y pueden retrasar diagnósticos o sustituir tratamientos efectivos. A pesar de las restricciones en España, siguen siendo populares, por lo que es esencial promover un enfoque crítico y basado en la ciencia en la salud.
En los últimos años, las pseudoterapias, más conocidas como terapias alternativas, han ganado popularidad entre quienes buscan soluciones "naturales" para problemas de salud o bienestar. A menudo son presentadas como inofensivas o complementarias a las terapias convencionales, pero estas prácticas pueden representar riesgos graves para la salud.
Carecen de evidencia científica sólida que respalde su eficacia y seguridad. No solo engañan a quienes confían en ellas, sino que, en muchos casos, retrasan diagnósticos, sustituyen tratamientos médicos efectivos o provocan efectos secundarios peligrosos al combinarse con terapias convencionales.
Pseudoterapias: un fenómeno global
Las pseudoterapias abarcan prácticas como la homeopatía, acupuntura, Reiki y flores de Bach, que prometen curar o mejorar el bienestar, pero carecen de evidencia científica. En España, un estudio del Ministerio de Sanidad reveló que el 59,8% de la población cree en la acupuntura y el 52,7% en la homeopatía, pese a la falta de pruebas concluyentes sobre su efectividad.
La ausencia de regulación y la facilidad de acceso a estos tratamientos han favorecido su expansión. Se encuentran fácilmente en farmacias o en anuncios en línea, atrayendo a quienes buscan soluciones rápidas y alternativas para sus problemas de salud, además de respuestas sobre su enfermedad y bienestar.
Clasificación y evaluación científica
En 2011, el Ministerio de Sanidad clasificó las terapias complementarias y alternativas en cinco áreas, señalando el solapamiento entre ellas. La falta de regulación y evidencia científica ha permitido que cada "terapeuta" emplee sus propios enfoques y combine técnicas, lo que complica su clasificación. La propuesta del Ministerio fue la siguiente:
Área |
Terapias |
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Sistemas integrales o completos |
Homeopatía, Medicina naturista, Naturopatía, Medicina tradicional china, Acupuntura, Ayurveda |
Prácticas biológicas |
Fitoterapia, Terapia nutricional, Tratamientos con suplementos nutricionales y vitaminas |
Prácticas de manipulación y basadas en el cuerpo |
Osteopatía, Quiropraxia, quiromasaje y drenaje linfático, Reflexología, Shiatsu y sotai, Aromaterapia |
Técnicas de la mente y el cuerpo |
Yoga, Meditación, curación mental, oración, Kinesiología, Hipnoterapia, sofrología, Musicoterapia, arterapia y otras |
Técnicas sobre la base de la energía (terapias del biocampo y terapias bioelectromagnéticas) |
Qi-Gong o Chi-Kung, Reiki, Terapia floral, Terapia biomagnética o con campos magnéticos |
En 2019, el Ministerio de Sanidad, junto con el Ministerio de Ciencia, evaluó 139 técnicas terapéuticas. De estas, 73 no cuentan con ensayos clínicos aleatorizados, revisiones sistemáticas ni meta-análisis que respalden su eficacia o seguridad, lo que evidencia su falta de base científica con una metodología rigurosa.
Respecto a las 66 técnicas restantes, la existencia de estudios no implica que estén avaladas científicamente ni que se pueda garantizar su eficacia y seguridad.
Estas 66 prácticas están siendo analizadas individualmente por la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (REDETS). Recientemente REDETS ha publicado los informes sobre la eficacia y seguridad de ocho de estas técnicas. Las principales conclusiones obtenidas son las siguientes:
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Vacuoterapia (terapia con ventosas): Considerada no segura, especialmente en su variante húmeda. No se recomienda para patologías osteomusculares debido a la baja calidad de los estudios.
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Taichí: Mejora el bienestar y reduce el dolor en patologías osteomusculares, pero sus beneficios se deben a la actividad física, no a la técnica en sí.
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Luminoterapia: Carece de evidencia suficiente para respaldar su eficacia y seguridad en problemas de salud mental debido a limitaciones en los estudios.
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Respiración consciente: la calidad de la evidencia científica disponible es baja, lo que impide garantizar su eficacia clínica.
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Chi-kung/Qigong: Actividad física de bajo impacto que podría mejorar la calidad de vida y reducir el estrés en patologías osteomusculares, aunque la evidencia disponible es limitada y de baja calidad.
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Zerobalancing: No tiene evidencia científica que respalde su seguridad o eficacia en ninguna condición clínica.
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Aromaterapia: los estudios son de baja calidad. Pueden surgir efectos secundarios porque los aceites esenciales no están exentos de riesgos.
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Técnicas de relajación (entrenamiento autógeno): los estudios disponibles son limitados y presentan alto riesgo de sesgo.
Medidas en España
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España ha tomado medidas para combatir estas pseudoterapias en los últimos años:
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Las universidades públicas han eliminado títulos relacionados con pseudoterapias.
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Se han prohibido en hospitales.
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A pesar de estas medidas, las pseudoterapias siguen siendo una industria lucrativa que explota y muchas veces engaña a los más vulnerables, especialmente a pacientes con enfermedades graves que buscan desesperadamente una solución.
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La Ley General de Publicidad prohíbe promocionar tratamientos sin respaldo científico, imponiendo multas a quienes prometan curas sin base en estudios médicos.
Es fundamental informar a la población para que pueda distinguir entre tratamientos basados en evidencia científica y prácticas sin fundamento.
La salud no puede dejarse al azar ni a promesas vacías. Es responsabilidad de todos fomentar un enfoque crítico y basado en la ciencia para garantizar que nuestras decisiones de salud sean informadas y seguras.