Pedro Sánchez ha tratado de abrumar a la oposición, sus socios, los medios de comunicación y aquellos españoles que se hayan atrevido a seguir su intervención, con un tremendo discurso de hora y media en el Congreso de los Diputados, en el que no ha aceptado ninguna responsabilidad política por el apagón, ha criticado la energía nuclear y ha cargado contra "los ultrarricos" que poseen, según él, las centrales.
Pero quizá lo más llamativo ha sido cómo se ha negado a decir nada sobre las personas que murieron como consecuencia del apagón del pasado día 28, lo ha hecho además con un argumento sorprendente:
Y qué gran acto de cinismo es lamentar las cinco vidas que tristemente se perdieron por el apagón e ignorar las más de 8.000 que se pierden cada año en España como consecuencia del cambio climático.
8.000 muertos, pero ¿de dónde sale esa cifra?
No es la primera vez que se usa esa cifra de 8.000 muertos a la que ha aludido el presidente del Gobierno y que, con toda probabilidad, viene de un informe europeo que realizó el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) –una organización creada por la Fundación la Caixa, el Hospital Clínic y Parc de Salut MAR, la Universidad de Barcelona y la Universidad Pompeu Fabra.
El estudio fue publicado por Nature Medicine y cubría varios años hasta el 2023, uno de los años más cálidos de la historia en Europa en el que, según este organismo, 47.000 muertes en el continente se debían al calor. De ellas unas 8.000 eran en nuestro país.
El problema es que, como reconocen sus autores, este dato sólo es una estimación y, de hecho, aunque el titular es más contundente, así lo reconocen en el texto en el que lo presentan: "Los resultados muestran un total de 47.690 muertes estimadas en 2023". España sería, siempre según esta estimación, el cuarto país con mayor tasa de mortalidad –después de Grecia, Bulgaria e Italia– con 175 muertes por millón.
¿Y qué dicen las fuentes oficiales?
Las estadísticas oficiales sobre fallecimientos en España están recopiladas y ordenadas en la página web del Instituto Nacional de Estadística, que permite búsquedas anuales y mensuales y que agrupa los fallecimientos por las causas que han refrendado los médicos en los informes oficiales.
Esta es la lista completa de causas en la que nos encontramos con la primera sorpresa:
- Enfermedades infecciosas y parasitarias
- Tumores
- Enfermedades de la sangre y de los órganos hematopoyéticos, y ciertos trastornos que afectan al mecanismo de la inmunidad
- Enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas
- Trastornos mentales y del comportamiento
- Enfermedades del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos
- Enfermedades del sistema circulatorio
- Enfermedades del sistema respiratorio
- Enfermedades del sistema digestivo
- Enfermedades de la piel y del tejido subcutáneo
- Enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo
- Enfermedades del sistema genitourinario
- Embarazo, parto y puerperio
- Afecciones originadas en el periodo perinatal
- Malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas
- Síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte
- Causas externas de mortalidad
Como pueden ver, el calor no aparece entre ellas: lo que hay son distintos tipos de enfermedades y algunos capítulos en los que agrupar fallecimientos debidos a otros motivos, como "causas externas de mortalidad", 18.000 en 2023 en la que se agrupan cuestiones como los suicidios, algo más de 4.000 en 2023, o los accidentes de tráfico, que fueron 1.800 en ese año.
Por otro lado, lo lógico es que si el calor es algo tan letal, cabría pensar que las muertes se dispararían en los meses más cálidos, pero revisando las cifras mes a mes resulta que tampoco es así, como se puede ver en este gráfico que tomamos directamente de la página del INE:
Sin embargo, nueva sorpresa, agosto sólo es el cuarto mes con más muertes: hubo 35.439, mientras que en enero fueron casi 44.000, en diciembre casi 42.000 y en febrero y marzo rozaron las 40.000.
Pero eso no es todo: el segundo mes más caluroso del año, julio, fue el tercero con menos fallecidos, sólo superado por junio y septiembre. Es más, la media de los cuatro meses más fríos del año es de 41.303 fallecidos al mes, mientras que en los cuatro más cálidos esa media fue de 33.419. La diferencia es contundente: un 19% menos.
No parece que el calor sea el gran problema para la salud del que tratan de convencernos y, de hecho, lo que apuntan los científicos es que el cambio climático, es decir está salvando vidas.
Por supuesto, las olas de calor pueden causar fallecimientos en personas que cometan grandes imprudencias o que sufran patologías previas, pero la realidad es que al hacer los inviernos –que son las épocas con más muertes del año– más suaves, el balance es positivo, el cambio climático, la ligera subida de temperaturas que viene experimentando el planeta aunque no se sepan las causas, salva vidas.
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