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Una investigación apunta a los árboles como indicadores de una erupción volcánica

Una reciente investigación entre la NASA y el Instituto Smithsonian sobre la predicción de las erupciones volcánicas apunta a un nuevo indicador.

Una reciente investigación entre la NASA y el Instituto Smithsonian sobre la predicción de las erupciones volcánicas apunta a un nuevo indicador.
Erupción del volcán Etna el lunes 2 de junio de 2025 | Cordon Press

El volcán Etna ha entrado en erupción este lunes y ha dejado impactantes imágenes sobre las largas columnas de ceniza y humo. Sin embargo, los volcanes aun son un acontecimiento natural sobre que el que los científicos no conocen todos los detalles. Un reciente estudio aporta nuevos datos sobre la predicción de este fenómeno.

Una reciente investigación entre la NASA y el Instituto Smithsonian sobre la predicción de las erupciones volcánicas apunta a un nuevo indicador: los árboles.

Los árboles cambian de color

A medida que el magma volcánico asciende a través de la corteza terrestre libera dióxido de carbono y otro tipo de gases por lo que los árboles absorben este dióxido de carbono y se vuelven más verdes. Además, estos cambios se pueden apreciar desde el espacio mediante las imágenes satelitales del Landsat 8 de la NASA y los instrumentos empleados como parte del Experimento Unificado de Validación Aerotransportada: Tierra-Océano (AVUELO).

La NASA explica que los compuestos de azufre se pueden observar fácilmente desde el espacio, pero, sin embargo, en una erupción volcánica primero se emite dióxido de carbono y este es más difícil de detectar. Es por eso que es más importante detectar el dióxido de carbono que el azufre y ahí es donde los árboles juegan un papel fundamental.

"La detección remota del enverdecimiento de la vegetación por dióxido de carbono potencialmente proporciona a los científicos otra herramienta para obtener una idea clara de lo que ocurre bajo el volcán", señalan desde la NASA. Esta información es muy relevante porque los vulcanólogos necesitan acercarse mucho a los volcanes para poder medir exactamente los niveles de dióxido de carbono y muchos de ellos se encuentran en zonas de difícil acceso.

"La idea es encontrar algo que podamos medir en lugar del dióxido de carbono directamente para obtener una aproximación que nos permita detectar cambios en las emisiones volcánicas", ha señalado el vulcanólogo Robert Bogue, de la Universidad McGill en Montreal (Canadá).

Experimentos y limitaciones

Para confirmar esta precisión el climatólogo Josh Fisher, de la Universidad Chapman en Orange, California está llevando a cabo un estudio con árboles cercanos a volcanes en áreas como Panamá y Costa Rica. "Nuestra investigación es una intersección interdisciplinaria bidireccional entre la ecología y la vulcanología", ha señalado el climatólogo.

No obstante, a pesar de las ventajas que ofrecen los árboles para la detección de erupciones volcánicas, no todos los volcanes se encuentran en zonas con la suficiente vegetación para que la emisión de CO2 varíe sustancialmente el color de la región. Además, en algunas zonas los diferentes tipos de árboles pueden reaccionar de manera distinta al aumento de niveles de CO2.

Identificar cuando se va a producir una erupción volcánica es muy importante para poder establecer planes de evacuación para la población de las zonas cercanas al volcán. Según un estudio de la Revista de Vulcanología Aplicada aproximadamente una de cada diez personas en el mundo vive cerca de una zona potencialmente afectada por la actividad volcánica.

Las personas que se encuentran mas cerca de los volcanes se exponen a la caída de rocas y oleadas de gases tóxicos y en zonas más lejanas se pueden producir lluvias de ceniza o deslizamiento de tierra. "No hay forma de prevenir las erupciones volcánicas, lo que hace que las primeras señales de actividad volcánica sean cruciales para la seguridad pública", señala la NASA.

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