Colabora

'Nature' vuelve a romper el relato climático: el aumento del CO2 impulsa el crecimiento de la Amazonía

Un macroestudio internacional revela que el aumento del CO₂ atmosférico está haciendo más grandes y resilientes los bosques de la Amazonía.

Durante años, el dióxido de carbono (CO₂) ha sido presentado como el villano absoluto del cambio climático. Gobiernos y medios de comunicación repiten que reducir sus emisiones es urgente para "salvar el planeta". Sin embargo, una investigación publicada en Nature Plants da un giro inesperado a esta narrativa: el aumento del CO₂ está impulsando el crecimiento de los bosques amazónicos.

El estudio, fruto de una colaboración entre 89 científicos de más de 60 universidades de al menos 10 países, analizó 30 años de registros en 188 parcelas de selva amazónica intacta.

Sus conclusiones son inequívocas: los árboles son hoy más grandes, más abundantes y más capaces de almacenar carbono que hace tres décadas. La causa principal parece ser el aumento sostenido de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera, que actúa como fertilizante natural y estimula el crecimiento vegetal.

Un crecimiento generalizado en todas las regiones

Los datos recopilados por la red internacional RAINFOR muestran que el área basal media de los árboles aumentó un 3,3 % por década, mientras que la mediana creció un 1,9 % y el tamaño máximo registrado se incrementó un 5,8 % por década. Estos aumentos no se limitaron a un tipo específico de árbol, sino que afectaron a todas las clases de tamaño, incluyendo tanto a los árboles de sotobosque como a los de dosel.

Además, se observó un aumento del 6,6 % por década en el número de árboles grandes (diámetro > 400 mm), mientras que los árboles pequeños y del sotobosque disminuyeron en número. Este patrón apunta a una redistribución de la estructura forestal hacia individuos de mayor tamaño.

El CO₂ como motor del cambio

La hipótesis más respaldada por los datos es la del efecto fertilizante del CO₂. Este gas, clave para la fotosíntesis, ha aumentado de forma constante en la atmósfera global durante las últimas décadas. Según los autores, este incremento proporciona mayor disponibilidad de carbono, favoreciendo especialmente a los árboles más grandes, que tienen mayor acceso a la luz y capacidad de absorber recursos.

Al mismo tiempo, los árboles más pequeños también han aumentado su tamaño medio, lo que sugiere que una mayor disponibilidad de CO₂ ha reducido la supresión por sombra en el sotobosque, mejorando el balance de carbono y la supervivencia de estos ejemplares.

El Gobierno sitúa 2024 y 2025 como los agostos "más cálidos" pese a precedentes con medias superiores

Estructura desigual, pero más eficiente

Los investigadores detectaron un aumento en la desigualdad estructural, medido mediante el coeficiente de Gini, que creció un 1 % por década. Este indicador refleja que la biomasa se concentra cada vez más en unos pocos árboles grandes, lo que si bien puede aumentar la capacidad de captura de carbono, también podría hacer el ecosistema más vulnerable ante fenómenos extremos como sequías o tormentas que afecten a estos grandes ejemplares.

En paralelo, la densidad total de árboles no ha variado, pero sí han disminuido los ejemplares más pequeños, mientras los más grandes han ganado tanto en número como en biomasa total acumulada.

No es una recuperación tras presencia humana antigua

El equipo descarta que estos cambios se deban a una recuperación ecológica posterior a alteraciones pasadas del ecosistema, como las provocadas por actividades humanas antiguas, por dinámicas naturales previas, incendios o talas selectivas.

Los análisis no muestran relación entre el aumento del tamaño de los árboles y una transición hacia especies de madera más densa, ni patrones consistentes con una sucesión ecológica avanzada. Además, el incremento de tamaño se produce por igual en parcelas con diferentes condiciones iniciales, lo que refuerza la conclusión de que el impulsor principal es el aumento global de CO₂ atmosférico.

El 88% del textil español no se recicla: la doble moral del reciclaje de ropa

El debate sobre el CO₂ en las políticas climáticas

El hallazgo plantea interrogantes relevantes para el diseño de las políticas climáticas. Mientras la mayoría de las estrategias internacionales apuntan a una reducción drástica de las emisiones de CO₂, los resultados de este estudio muestran que este gas está desempeñando un papel activo en el fortalecimiento de los ecosistemas forestales, al menos en el caso de la Amazonía intacta.

Lejos de negar el cambio climático, los autores subrayan que los efectos positivos del CO₂ sobre la estructura y biomasa forestal han superado, hasta ahora, los impactos negativos asociados al aumento de temperaturas o las sequías. En este contexto, limitar de forma generalizada las emisiones sin valorar sus efectos ecológicos podría conllevar consecuencias no previstas para la biosfera.

Los datos invitan a reevaluar el papel del CO₂ más allá de su etiqueta como contaminante y a centrar los esfuerzos en proteger los bosques intactos, que siguen actuando como sumideros de carbono, más que en políticas generalizadas de eliminación o restricción.

El mensaje de la Amazonía es claro: más CO₂, más vida.
La pregunta es si sabremos escuchar a la ciencia antes de imponer políticas que vayan en contra de la propia naturaleza.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario