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Hablemos de futuro

Qué puede hacer el big data para mejorar tu experiencia en la red

Estamos en la era del big data y de las enormes posibilidades que se abren al contabilizarlos, analizarlos y procesarlos.

Estamos en la era del big data y de las enormes posibilidades que se abren al contabilizarlos, analizarlos y procesarlos.
La era del big data | Pixabay/CC/StockSnap

Correos, likes, búsquedas, compras en internet, comentarios en redes… cada vez que interactuamos con el ordenador estamos generando datos de inmenso valor. Cualquier información que proporcionemos, aunque sea aparentemente irrelevante, deja un rastro y es susceptible de ser utilizada con fines diversos. Estamos en la era del big data y de las enormes posibilidades que se abren al contabilizarlos, analizarlos y procesarlos.

Para hacernos una idea del volumen de datos que se mueven en la red no hay más que echar un vistazo a la web Internet Live Stats. La página contabiliza en vivo una gran variedad de datos: número de mails que se están enviando, búsquedas que se están realizando a través de Google, tuits que se publican, blogs que se actualizan diariamente… incluso el número de fotos que se cuelgan en Instagram aparece reflejado en directo. El ritmo es vertiginoso y es una muestra palpable de la increíble actividad que se registra en la red.

Cumulus Media aglutinó estas informaciones en un estudio que ofrece también resultados muy elocuentes. Durante el pasado año, se realizaron cada minuto 3,5 millones de búsquedas en Google, 900.000 personas interactuaron en Facebook y se subieron 46.200 fotos a Instagram. Estamos hablando de acciones por minuto; si multiplicamos por horas y días las cifras son estratosféricas.

Todos estos elementos nos llevan a reflexionar. Si cualquier acción cotidiana que realicemos con nuestro móvil o portátil se contabiliza inmediatamente y se convierte en dato, ¿estamos realmente controlados?, ¿vivimos inmersos en un Gran Hermano imperceptible del que no podemos salir? Aparentemente es así, pero no es tan fiero el lobo como lo pintan. El big data también tiene su parte positiva.

Los datos hablan de nosotros

Antes de empezar, vamos a repasar y aclarar conceptos. El big data hace referencia a ese gran volumen de información procedente de particulares que no se puede almacenar en las bases de datos tradicionales. Hasta hace unos años, las bases de datos servían para conservar y administrar nombres, direcciones, teléfonos... En la actualidad, el concepto de "dato" se ha ampliado, al igual que su procedencia. El comportamiento de una persona en redes se convierte en datos, las compras por internet también lo son e incluso los likes y los archivos de audio tienen un poderoso valor desde el punto de vista comercial. El big data aglutina todos estos elementos y los trabaja de forma conjunta, lo que permite predecir comportamientos y elaborar estrategias personalizadas.

El big bata se asocia a menudo con otro concepto parecido, la Business Inteligence o inteligencia de negocio. Las diferencias se centran en la forma de almacenar y analizar los datos. Mientras la tecnología big data es capaz de estructurar información extraída de diferentes formatos (correos electrónicos, archivos multimedia, transacciones online, likes y comportamiento en redes, etc.), la Busines Inteligence solo trabaja con información incluida en bases de datos clásicas, es decir, las que se suelen almacenar en forma de columnas, celdas, etc.

¿Qué se hace con los datos?

Mientras navegamos, estamos ofreciendo información a las empresas de forma involuntaria. Un ejemplo son las famosas cookies o galletitas, esos pequeños programas que introducen las webs en nuestro ordenador para registrar nuestros hábitos y ofrecernos publicidad personalizada.

Para abordar toda esa información y proceder a su análisis, las empresas utilizan un software especializado en el manejo de macrodatos. Este tipo de programas, muchos de ellos disponibles en la nube, sirven para orientar al empresario y definir futuras estrategias. Las aplicaciones más claras del big data tienen que ver con el ámbito comercial, pero también tienen repercusión sobre otras actividades. Aquí van algunos ejemplos:

  • Big data y marketing

El análisis de macrodatos está permitiendo a las empresas predecir las necesidades del usuario y ofrecerle productos ajustados a su perfil. Es lo que ocurre cuando después de buscar un billete de avión empezamos a toparnos con banners publicitarios que nos hablan de alojamientos, restaurantes o actividades en ese mismo destino. Todo eso es producto del big data.

Los macrodatos permiten también anticiparse a la competencia creando nuevos productos a medida del consumidor. Cualquier información u opinión dejada en un foro, en una red social o en un formulario solicitando detalles sobre un producto puede ser utilizado después con finalidades comerciales.

Aunque detrás del big data haya una finalidad mercantil, muchas veces el resultado favorece al consumidor. Un ejemplo son las opiniones sobre productos o servicios publicadas en páginas y foros. Si el propietario de un negocio recopila críticas negativas por algún aspecto en concreto, intentará subsanarlas, y eso mejorará la experiencia de los futuros clientes.

  • Big data en sanidad

Otro ejemplo de uso del big data lo encontramos en el ámbito sanitario. Los hospitales recopilan un elevado número de datos procedentes de sus pacientes: enfermedades, historial de salud, terapias, tratamientos farmacológicos… Toda esta información, tratada de forma adecuada, ha der servir para detectar carencias y mejorar los servicios de cara al futuro.

  • Big data y productos financieros

Un tercer ejemplo en el que la tecnología big data alcanza un especial protagonismo lo encontramos en la banca online. El sector puede analizar al instante los datos del cliente para determinar si es apto o no para la concesión de un préstamo o de una hipoteca. Los algoritmos tienen en cuenta la edad, los ingresos, los miembros de la familia y los datos bancarios. A partir de aquí son capaces de decidir en cuestión de segundos sobre la idoneidad del solicitante e iniciar el proceso con suma rapidez. Los datos también sirven para que la entidad financiera ofrezca productos personalizados a los clientes en función de sus necesidades y hábitos.

El 'big data' y el nuevo RGPD

Un aspecto que podría generar preocupación es la protección de los datos personales. Con este fin, el pasado mes de mayo entró en vigor en Europa el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que amplía los derechos de los ciudadanos respecto al uso de su información personal. El reglamento exige un consentimiento explícito de los usuarios para poder almacenar y utilizar los datos personales y ha endurecido notablemente el capítulo de sanciones, con el fin de proteger al usuario y que sea éste quien decida quién y cómo utiliza la información.

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