La moderación de tuits en Twitter tiene unas normas difusas, una aplicación aún más difusa y por tanto un sentimiento de inseguridad y desconfianza en los usuarios, cuando no de desprotección, que ha puesto a Twitter en la picota hasta tal punto que los problemas de la red social con la libertad de expresión son la gran razón que ha alegado Elon Musk en su operación de compra de la compañía, ahora parece que en stand by por algunos problemas con, por ejemplo, las cuentas falsas.
En España la situación no es diferente y, de hecho, muchos apuntan a que es aún más complicada: a los problemas de la plataforma en todo el mundo se unen algunos que parecen enteramente locales o, al menos, fenómenos agravados por peculiaridades propias de nuestro país y se diría que del comportamiento de la empresa en nuestro país.
Para comentar el asunto hablamos con varias personas con no poca relevancia pública que han sufrido en los últimos meses no ya la censura sino la absoluta arbitrariedad de Twitter y, muy especialmente, lo que muchos señalan como el abuso de las normas que la compañía ha creado, en teoría, para frenar los abusos.
Bloqueado por "defender la Justicia"
El primero de ellos es Jaime de Berenguer, diputado de Vox en la Asamblea de Madrid que ha tenido varias semanas bloqueada su cuenta, precisamente hasta el pasado miércoles. ¿La razón? Un tuit en el que, según relata a Libertad Digital en conversación telefónica, "lo que hago es defender a la Justicia".
En este caso al bloqueo de la cuenta se añadía otra medida: "Ellos han borrado el tuit sin mi permiso, si quisiera hacerlo ahora no podría", nos contaba. Berenguer ha tratado de ponerse en contacto con directivos de la compañía sin obtener respuesta –también hemos tratado de ponernos en contacto con el departamento de prensa de Twitter España sin éxito– y no ha podido transmitirles lo que, en su opinión, está ocurriendo en su empresa: "Hay redes organizadas que te pueden denunciar desde el anonimato" y, de hecho, asegura que incluso hay grupos de Telegram en los que se coordinan para tumbar cuentas".
A Jaime de Berenguer Twitter le ha tenido la cuenta bloqueada un mes y, tal y como contábamos hace unos días con el caso de Guadalupe Sánchez, no ha sido hasta mandar un burofax a la empresa cuando se la han desbloqueado, reconociendo además que en ningún momento había incumplido las normas. No obstante, tal y como él mismo anunciaba en su recuperada cuenta, se reserva "el derecho a llevar a cabo acciones legales contra los culpables de este atropello".
"Bien entendido, el tuit no daba para nada"
El conocido escritor y periodista Javier Santamarta, autor entre otros de Fake news del Imperio español, ha pasado por una experiencia similar: tal y como nos explica fue bloqueado "poco después de un enfrentamiento con una presunta politóloga rusa" que, casualmente o no, es algo que les ha ocurrido a bastantes usuarios "tras interactuar con las mismas personas".
Santamarta recalca que "bien entendido, el tuit no daba para nada", que es también la queja de muchos usuarios bloqueados y que, en su opinión, revela que en las apelaciones que en teoría revisa un equipo de personas "en realidad sólo hay inteligencia artificial", por lo que a los abusadores de la plataforma, que también asegura que son bandas organizadas, les basta con "saber muy bien cuáles son las palabras prohibidas" y, por lo tanto, "pueden pillarte con cualquier tontería". De hecho, nos cuenta que, cuando por fin logró volver a acceder a su cuenta, estuvo revisando tuits antiguos para eliminar algunos que, con esa mala fe que demuestran los denunciantes, pudiese usarse para un nuevo bloqueo.
Santamarta solucionó su problema con una apelación en la que hacía constar que no admitía el comportamiento que le imputaba Twitter, pero nos dice que "en caso de que vuelva a ocurrir" podría pedir "daños y perjuicios" ya que para él su cuenta "es una importante herramienta de trabajo" con la que anunciar novedades y eventos y "estar en contacto con mis lectores".
"El proceso de apelación no existe"
El diputado en el Congreso Víctor Sánchez del Real es otro de los que ha tenido que sufrir un cierre injustificado de su cuenta, en su caso también después de un encontronazo con una persona importante de Podemos.
El de Vox asegura que el sistema de revisión de Twitter "es una broma, ellos no monitorean nada de su propia red, pero hay una serie de palabras baneadas y si alguna está en un tuit y te denuncian, caes". Del mismo modo, se muestra convencido de que "el proceso de apelación no existe" y denuncia la "trampa" de Twitter: si hay un bloqueo "no puedes defenderte" y la única forma de recuperar tu cuenta es borrando el tuit, con lo que "estás aceptando que cometes el crimen, es como la Inquisición".
Sánchez del Real nos describe el mismo mecanismo del que hablan otros usuarios: grupos organizados en Telegram que en su opinión están "en el entorno de Podemos" y que funcionan con "denuncias masivas" para las que se aprovechan de todos los resquicios que le deja Twitter, por ejemplo: "Sólo sabiendo tu nombre y apellido pueden imaginar tu cuenta de correo en Gmail o donde sea y con eso ya tienen una ‘cuenta zombi’ para bombardear con denuncias". Lo cierto es que a muchos usuarios en Twitter les han llegado reportes de supuestas denuncias que ellos no habían presentado.
Para el diputado se está dando "persecución ideológica y persecución política", se está privando a los usuarios –algunos como él mismo representantes públicos– de una herramienta de comunicación incluso con el electorado. Además, apunta a otro problema legal en el que muy pocos han reparado: "Hay un secuestro de la propiedad intelectual, te cierran el acceso a todos tus tuits y eso es privarte lo que has creado, de tu propiedad intelectual".
Otra crítica que hace Sánchez del Real es que Twitter "tiene apariencia de residir jurídicamente en España, pero en cuanto te pones en contacto con ellos resulta que te responden desde Irlanda".
"Twitter lo sabe y no hace nada"
El jefe de Opinión de Libertad Digital, Mario Noya, ha sido otro de los que ha sufrido la pérdida de su cuenta que llegó a ser definitiva hasta que, poco después, una notificación en sentido opuesto se la devolvió.
Para él "es un caso clamoroso de uso fraudulento de los códigos de Twitter" en el que además ve un "agravante" muy serio: "Avisé a la empresa de que estaba siendo víctima de una cacería" pero la advertencia cayó en saco roto: "Twitter no hizo nada, deja hacer hasta el punto de llegar a suspenderme la cuenta".
"Twitter sabe que hay gente que se dedica organizadamente a vulnerar su código de conducta para cerrar cuentas", asegura un sorprendido Mario Noya que asegura que así esos grupos organizados se "erigen de hecho en el censor de Twitter, pasando por encima de las decisiones" de la empresa "y no hace nada al respecto".
Por último, Noya señala un aspecto interesante del tema: "Ya es casualidad que esta clase de ataques siempre se produzcan de un lado del espectro político" y que en ese estado de la situación "Twitter calle sabiéndolo".
"Usan las graves deficiencias de Twitter"
A Javier Benegas, director de Disidentia, le avisaron de que su cuenta en Twitter corría peligro, pero no fue la compañía la que lo hizo sino "una buen amiga" que lo vio "en un canal de Telegram". Tal y como denuncian otros afectados estos grupos "usan a su favor las graves deficiencias del sistema de control de Twitter para echar abajo estas cuentas".
Efectivamente, poco después, la cuenta estaba suspendida y, a pesar de hacer "la apelación correspondiente puesto que el tuit denunciado precisamente lo que criticaba era el recurso a la violencia", no fue escuchado, y eso pese a que "bastaba con colocar este tuit en el contexto de su conversación para comprobarlo", cosa que "Twitter, evidentemente, no hizo".
"Twitter directamente rechazó mi apelación", nos explica, ofreciéndole como única opción para recuperar la cuenta borrar el tuit. Sin embargo, tal y como todos los afectados denuncian, "borrarlo, según indica la propia compañía, implicaba por mi parte la aceptación de la acusación que se me había formulado", por lo que, lógicamente, "no puedo borrarlo".
A día de hoy, por tanto, Javier Benegas sigue sin haber recuperado su cuenta y ha tenido que trascender los cauces de la propia red social para hacerlo: "He mandado un Burofax a la compañía", nos explica, advirtiendo "de las consecuencias legales de mantener estas graves acusaciones" que, con una apariencia inofensiva, en realidad "exceden con mucho lo que podrían ser consideradas simples reglas internas".