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Musk desvela que Twitter censuró noticias sobre el hijo de Biden aunque sabían que no incumplían las normas

Material interno de Twitter facilitado a un periodista demuestran que la red social ejerció ilegalmente la censura durante las elecciones en EEUU.

Material interno de Twitter facilitado a un periodista demuestran que la red social ejerció ilegalmente la censura durante las elecciones en EEUU.
Joe Biden fue el gran beneficiado de la censura en Twitter. | EFE

En los últimos días de la campaña de las elecciones que llevaron a Joe Biden a la Casa Blanca el diario The New York Post publicó una serie de noticias que demostraban que el que en aquel momento era candidato a la presidencia había mediado en los turbios negocios que su hijo Hunter Biden estaba haciendo en Ucrania.

La noticia revelaba, a partir de correos que se extrajeron de un ordenador que pertenecía o había pertenecido a Hunter Biden, que cuando todavía era vicepresidente –abril de 2015– el propio Joe Biden se había reunido por intermediación de su hijo con una compañía gasista ucraniana.

No mucho después, y todavía desde su puesto en la Casa Blanca como número dos de Obama, Biden amenazó a Ucrania con retirar una ayuda de 1.000 millones si no destituía al fiscal general del país, Viktor Shokin, por ser demasiado blando con la corrupción. Casualmente, o quizá no tanto, Shokin tenía un proceso abierto contra la empresa gasista que había incorporado a Hunter Biden a su consejo de administración con un suculento salario.

La noticia, que saltaba poco más de dos semanas antes de las elecciones, podía ser una bomba electoral, pero tuvo mucho menos recorrido del previsto –e infinito menos de si una acusación similar se hubiese lanzado contra Donald Trump– y una de las razones para ello fue que las dos grandes redes sociales con gran influencia política, Twitter y Facebook, decidieron censurarla.

Musk desvela las mentiras de Twitter

Dos años después y tras la venta de Twitter, el propio Elon Musk anunció que se iba desvelar información interesante sobre lo ocurrido. Y así ha sido: un hilo en la misma plataforma publicado por el periodista Matt Taibbi desvela que los equipos de control de contenidos de la compañía decidieron borrar todo rastro de la historia a pesar de que sabían que no incumplía ninguna norma legal y tampoco el propio código de conducta.

A partir de material interno de Twitter, que todo indica que le ha proporcionado directamente Elon Musk, Taibbi desvela como la compañía decidió tratar todo lo relacionado con la noticia publicada por el New York Post como si fuera material hackeado, a pesar de que no se tenía ninguna constancia de ello.

La censura aplicada llegó a extremos como suspender la cuenta de Kayleigh McEnany, en aquel momento portavoz de la Casa Blanca, y levantó sospechas de algunos altos cargos de Twitter, que preguntaron en correos internos si las decisiones que se estaban tomando tenía un respaldo en las propias normas de la compañía.

"La decisión se tomó al más alto nivel de la compañía" relata Taibbi, que sin embargo excluye de ella a su fundador y por entonces CEO, Jack Dorsey. En cambio, adjudica un "papel clave" a la que era "responsable de legal, política y confianza, Vijaya Gadde", que fue despedida por Elon Musk en el primer momento en el que tomó control de la compañía.

"Aquello no se podía sostener"

"El hackeo era la excusa, pero en unas pocas horas prácticamente todo el mundo se dio cuenta de no se podía sostener", asegura un empleado anónimo citado por Taibbi.

El periodista da varios ejemplos de altos cargos de Twitter que expresan sus dudas sobre la política que se está desarrollando y otros justifican la medida aunque reconocen que no pueden asegurar que se trate de material hackeado: "Hay algunos hechos que indican que los materiales –de las noticias publicadas– pueden haber sido hackeados, mientras otros indican que el ordenador fue o bien abandonado o bien el propietario consintió a la tienda de reparaciones accede a él".

Esta segunda era a todas luces la explicación correcta, pero en cualquier caso los altos ejecutivos de Twitter decidieron censurar la historia, pese a que esto suponía destrozar la Primera Enmienda de la Constitución americana, que protege a la prensa y la libertad de expresión.

"Tiene derecho"

Así se lo hizo saber un congresista demócrata, Ro Khanna, que se puso en contacto con Vijaya Gadde para mostrar su preocupación por lo que estaba ocurriendo. La respuesta de la ejecutiva no hizo sino aumentar la preocupación de Khanna, que en su réplica aseguraba que incluso en el caso de que un periódico hubiese descubierto a través de material hackeado algo que, por ejemplo, "desvelase un crimen de guerra", la publicación "tiene derecho" a publicarlo.

"Un periodista no debe ser responsable de las acciones ilegales de su fuente a menos que haya promovido activamente el hackeo" argumentaba el congresista, que recordaba a la ejecutiva de Twitter que "restringir la distribución de ese material, especialmente cuando afecta a un candidato a la presidencia, no respeta los principios de New York Times Vs Sullivan", en referencia a una sentencia de la Corte Suprema de EEUU en la que se decantó por unanimidad a favor del diario neoyorquino, que estaba acusado de libelo por un político.

Resumiendo: la dirección de Twitter sabía que la decisión que estaba tomando no estaba respaldada por sus normas, sabía que se estaban saltando a la torera la Primera Enmienda de la Constitución y la jurisprudencia de la Corte Suprema, pero aun así censuraron las noticias que podían afectar a Joe Biden en la recta final de la campaña electoral.

Además de esta primera revelación, el periodista Matt Taibbi ha asegurado que "hay mucho más por venir" y que próximamente revelará información relativa a cuestiones clave de la censura y la orientación claramente izquierdista que los equipos de control de contenido de Twitter le habían dado a la plataforma.

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