Leonardo DiCaprio, Adam Sandler, Ben Affleck y otros actores cuarentones se dejan ver con barriga estos días, causando furor porque poseen el "cuerpo de padre" o dad body. Se han convertido en "fofisanos". Antes estaban en forma, ahora disfrutan de unas cervezas y unas hamburguesas, y de sus hinchadas consecuencias.
De acuerdo con cierto artículo escrito por una estudiante, esto los convierte en tremendamente atractivos, mucho más que los hombres atléticos de los anuncios de ropa interior.
Supongamos que en el atractivo de los barrigudos no influye el hecho de que sean famosos, millonarios y divertidos (bueno, excepto Sandler, que es… famoso y millonario). Dejemos de lado también la estupidez de pensar que los hombres que cuidan su cuerpo "están obsesionados" y no pueden ser divertidos, amables, o buenos padres y esposos.
Olvidemos también que el razonamiento principal es un sinsentido: los hombres que no dan importancia a la imagen y no se cuidan son atractivos porque hacen que las mujeres se sientan menos inseguras a su lado (quizá se sienten inseguras porque la imagen es más importante de lo que quieren admitir).
Lo más terrible de este argumento es pensar que esa barriga construida con cervezas y pizza es normal y saludable. Lo siento, pero no.
La nueva normalidad no es sana
La población occidental de hoy está muy gorda comparada con la de hace cuarenta años. El caso de EEUU es sangrante, pero la tendencia es clara en otros países.
Entre nuestros antepasados, y los pocos cazadores-recolectores que quedan hoy en día, no hay fofisanos. No hace falta remontarse tanto tiempo atrás. Solo hay que ver las fotografías de hace cien años. Los fofisanos estaban en franca minoría, y entonces se llamaban "entrados en carnes".
Hoy, el 39% de la población mundial tiene sobrepeso. La principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, que están provocadas directamente por los michelines.
Si eres hombre y estás por encima de 19% de grasa corporal, o por encima de 30% si eres mujer, estás en el grupo de riesgo según la OMS. Un riesgo que solo aumentará con el tiempo, porque la acumulación de cervezas, pizzas y sofá a lo largo de los años te hará avanzar poco a poco a la siguiente foto de la lista.
Un porcentaje elevado de grasa corporal te puede llevar a tener lo que se denomina obesidad en peso normal. Es decir, la báscula no marca demasiados kilos, pero tú tienes un riesgo elevado de síndrome metabólico. Lo que yo llamo delgados gordos.
El índice de masa corporal (BMI) no es un buen indicador. Según un estudio de 2012, si tu porcentaje de grasa es alto, aumenta tu riesgo de padecer ateroesclerosis y un ataque el corazón.
Esta obesidad camuflada causa estrés metabólico e inflamación. Un estudio de 2007 lo identificó como un factor determinante para padecer cáncer.
Ser un fofisano es una entrada preferente para la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Es mucho más que un problema de imagen. Es un problema de salud. Es un síntoma de una sociedad complaciente que toma decisiones equivocadas sobre su cuerpo y su salud, y después intenta justificarlas como algo normal e incluso deseable.
No caigas en la trampa. Si haces deporte cuatro días por semana y te comes una pizza con una cerveza el sábado, estás en el buen camino. Dale la vuelta, y con cuatro pizzas y un solo día de deporte estarás en el camino para estar fofo y enfermo.