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El bótox no es sólo estético: también puede ser un aliado frente a la sudoración excesiva

La toxina botulínica se ha convertido en una alternativa cada vez más fuerte para combatir la sudoración excesiva frente a los antitranspirantes.

La toxina botulínica se ha convertido en una alternativa cada vez más fuerte para combatir la sudoración excesiva frente a los antitranspirantes.
El botox resulta eficaz para combatir la sudoración excesiva | Pixabay/CC/tiburi

Aunque oficialmente no ha acabado el verano y las altas temperaturas nos seguirán acompañando unos días (o semanas), es cierto que ya hemos pasado la época más calurosa del año. Y ante este panorama tan asfixiante, ¿quién no ha derramado alguna que otra gota de sudor? Seguro que muchas, pero la sudoración no es un problema exclusivamente estival y también aparece en mayor o menor medida tras hacer algún esfuerzo físico, o puede estar relacionado con una enfermedad. "En algunos casos aparece como un problema puntual, o tiene un origen bien identificado, pero también hay personas que sufren sudoración excesiva en alguna zona del cuerpo sin una causa bien definida, lo que se conoce como hiperhidrosis primaria", asegura la Dra. Lorea Bagazgoitia, dermatóloga del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid.

Cuando este exceso de sudor aparece en las axilas siempre genera ciertos complejos o condiciona la vestimenta. Y si la hiperhidrosis es palmar, los afectados suelen sentirse reacios a dar la mano en las presentaciones o incluso a sus parejas, detalla esta experta, también autora del Blog de Dermatología, lo que además de incomodidad genera un estrés psicológico importante en las personas que lo sufren.

Para combatirlo existen productos antitranspirantes, que pueden reducir levemente este tipo de sudoración, pero en muchos casos son insuficientes. Junto a ellos, una alternativa que cada vez va tomando más fuerza es el uso de toxina botulínica, conocida con el nombre comercial de ‘bótox’ por su uso para fines estéticos. Sin embargo, este medicamento tiene muchas más propiedades, y en el caso de la hiperhidrosis se ha demostrado que reduce la producción de acetilcolina, responsable de activar los mecanismos del sudor localmente.

Eficacia elevada desde el primer mes

Diferentes ensayos clínicos realizados han demostrado una efectividad superior al 90% al mes del tratamiento, y después de 4 meses es igualmente alta, por encima del 80%, asegura esta dermatóloga.

Al igual que en otras indicaciones terapéuticas, la toxina botulínica se inyecta en la piel que deseamos tratar, según la Dra. Bagazgoitia, y dependiendo de la localización es preciso recurrir a anestesia local o no. "En las axilas no es necesario, a diferencia de los casos en que realizamos el tratamiento en las manos, y a los 7-10 días del tratamiento ya se empieza a percibir una disminución de la sudoración", explica.

La duración del efecto del varía entre los 3 y 9 meses (lo más habitual es que dure en torno a 6 meses). Cuando el efecto cesa, la hipersudoración vuelve, por lo que suele repetirse el tratamiento con el fin de obtener un efecto mantenido. Tras varios tratamientos, se observa que la duración del tratamiento se alarga y pueden espaciarse más las sesiones.

Además, aunque el porcentaje de personas que podrían desarrollar anticuerpos frente a la toxina botulínica es muy bajo, de apenas el 0,5%, en estos casos si se realiza el tratamiento vuelve a ser eficaz, sentencia Bagazgoitia.

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