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Cinco claves que explican por qué la segunda ola no arrastra (aún) a Alemania

Alemania ve crecer las cifras de infectados pero la ola se extiende más lentamente que en otros países. ¿Qué podría aprender España?

Alemania ve crecer las cifras de infectados pero la ola se extiende más lentamente que en otros países. ¿Qué podría aprender España?
Muchos barrios de Berlín están registrando una alta incidencia de coronavirus. | EFE

Como el resto de países europeos, Alemania está inmersa en la segunda ola del coronavirus, que está golpeando el continente con gran fuerza y obligando a la mayoría de países a imponer restricciones. Sin embargo, hay sensibles diferencias entre los países: España es, a gran distancia, la más afectada y mientras algunos países ven cómo el virus se expande rápidamente, como Reino Unido o Francia, en otros la segunda ola está impactando de forma más lenta. Es el caso de Alemania: aunque muchos de sus territorios superan ya la incidencia acumulada de 50 contagios por 100.000 habitantes y el Gobierno, como el resto de países vecinos, está abordando nuevas medidas, las cifras son aún inferiores a las de sus vecinos.

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El coronavirus en Europa a 16 de octubre

El porqué de esas diferencias en un país donde no es obligatorio, como en España, la mascarilla en la calle es una cuestión difícil de contestar y que en ambos países está siendo objeto de análisis y debate. Pero sí hay algunas claves que podrían explicar en parte por qué Alemania se enfrenta a esta segunda ola desde una posición más ventajosa.

1. Millón y medio de pruebas a la semana

Los expertos no dejan de señalar que son esenciales para controlar la epidemia: saber quién está infectado y aislarlo de su entorno impide que el virus se propague. En Alemania, su virólogo de cabecera, Christian Drosten, lleva meses diciendo que su país esquivó la durísima primera ola gracias a que detectaron el coronavirus en laboratorio y no en las UCI, como ocurrió en Italia y en España, y eso les permitió tomar medidas antes. Hoy, la estrategia sigue siendo la misma: hacer la mayor cantidad de test posible, y hacerlo de forma dirigida, es decir, enfocada a la detección de brotes y en entornos concretos. El Robert Koch Institute, la institución a cargo del control de la pandemia en el país, recoge cómo desde el comienzo de la pandemia se ha ido ampliando la capacidad del país para hacer PCR: hoy pueden hacer millón y medio a la semana y desde octubre han incluido en las pruebas el uso de test rápidos. La "estrategia nacional de test" incluye además un listado de quién debe ser sometido a pruebas, entre quienes se incluye a todos los contactos estrechos de enfermos, al personal de guarderías, colegios y otros centros educativos en caso de brotes (lo que permite acortar cuarentenas y abrir antes aulas y colegios confinados), a personal de riesgo (trabajadores de residencias, hospitales...) y también, entre otros, a los viajeros procedentes de zonas de riesgo, que el país considera aquellos con una incidencia a catorce días de 50 casos por 100.000 habitantes. En concreto, Alemania obliga a los viajeros a someterse a un test en los diez días siguientes a la llegada al país y para su cumplimiento estableció, entre otras cosas, centros de pruebas en aeropuertos o estaciones. La medida incluye, por cierto, países extranjeros y también territorios alemanes con una alta incidencia: hoy, un habitante de ciertos barrios de Berlín muy afectados por el virus debería someterse a test al llegar a ciudades alemanas con menor incidencia.

2. El rastreo: un diario de contactos

El otro pilar de la estrategia alemana contra el coronavirus es la identificación tras un positivo de los contactos estrechos, hacerles test y enviarlos, en su caso, a hacer cuarentena. Eso incluye la involucración del Ejército, la formación de personal y también el uso de una aplicación, la Corona Warn App. Pero también necesita de la colaboración de la población, a la que las autoridades sanitarias han apelado de forma creciente en las últimas semanas para tratar de parar los números de la segunda ola. En concreto, a los ciudadanos se les ha aconsejado hacer un diario de contactos, es decir, anotar o al menos tratar de tener en mente cuáles han sido los lugares visitados, reuniones celebradas y personas contactadas en los últimos días para hacer más fácil el rastreo en caso de un positivo. Drosten enfatiza que los ciudadanos deberían sobre todo recordar sus visitas a lugares públicos, para poder atajar grandes brotes. Según el virólogo, una de las claves para controlar la expansión de la enfermedad es localizar a los "superpropagadores", es decir, personas contagiadas, a menudo asintomáticas, que por motivos que aún se desconocen son capaces de infectar a un alto número de personas si se dan las circunstancias adecuadas, como ausencia de medidas de protección o mala ventilación.

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Alemania ha aprobado nuevas restricciones a la hostelería | EFE

En los últimos días, según las cifras de contagiados han ido incrementándose y son más los territorios con altas incidencias, algunas superiores al centenar, muchos medios alemanes están advirtiendo de que un rastreo realmente eficaz, que detecte y controle cada brote, ya no es posible. La estrategia, sin embargo, sí habría servido para que en este caso la segunda ola haya llegado más tarde y, quizás, con menos fuerza. En cualquier caso, las autoridades continúan con el mismo mensaje: es necesario ser consciente de los contactos que tenemos para saber si podemos haber sido contagiados.

3. Cuarentenas efectivas

De nada sirven los test y el rastreo si después los enfermos o los positivos asintomáticos no cumplen las cuarentenas establecidas por las autoridades sanitarias para evitar la diseminación del coronavirus. En Alemania, la Infektionschutzgesetz regula desde 2001 las penas a las que puede enfrentarse el paciente de una enfermedad infecciosa como el ébola o ahora la covid 19 si se la saltan: en función de las consecuencias que tenga su comportamiento, puede enfrentarse desde a unos meses a cinco años de cárcel. La normativa alemana también establece que son los länder los que pueden decidir el importe de las multas.

Por otro lado, el Estado ha establecido otras medidas para tratar de asegurarse de que las cuarentenas se cumplen, como compensaciones económicas a trabajadores por pérdida de ingresos. Los padres alemanes, además, sí disfrutan de baja si sus hijos se ven forzados a guardar cuarentena por contacto estrecho. Pero no hay retribución en todos los casos: si se puede teletrabajar en muchas empresas se deberá trabajar mientras dure el aislamiento, y si la cuarentena se debe a un viaje a un territorio de riesgo es el trabajador el que tiene que asumir la pérdida de ingresos.

4. Previsión: actuar antes contra el coronavirus

Quizá sea esta la clave principal: frente a mensajes triunfalistas que han quedado desmontados meses después, como el hemos "vencido" al virus de Pedro Sánchez tras el estado de alarma, en Alemania se ha estado insistiendo durante todo el verano en que lo peor estaba por llegar, en referencia al otoño e invierno, y que había que "adelantarse". "Nos esperan los meses más difíciles", dijo hace pocas semanas la propia Merkel para pedir a la población que no se relajara. El aviso se está haciendo ahora también en España pero quizás llegue tarde.

5. Información: Drosten vs Simón

En el caso alemán, los datos de la pandemia son recogidos y ordenados por el Robert Koch Institut, donde también se pueden encontrar los protocolos relacionados con el virus, desde colegios a pacientes de riesgo, así como las estrategias a nivel nacional y los umbrales de contagio a partir de los cuales se empieza a actuar. Los datos, como en España, también provienen de los länder (y algunos de ellos, también como en España, no los publican en fin de semana) pero no hay caos ni, sobre todo, el descrédito en torno a las cifras que existe en nuestro país. También cabría destacar la figura del virólogo alemán de cabecera, Christian Drosten: dirige el Instituto de Virología del Hospital Charité de Berlín y se ha convertido durante la pandemia en el experto más reconocido del país. Muy activo en las redes sociales, también participa en un podcast semanal en la cadena NDR desde donde ha defendido desde la teoría de los aerosoles a la importancia de los test y el rastreo y la responsabilidad individual. Ni en sus programas ni en sus entrevistas asoman frases parecidas a las que, por ejemplo, dijo Fernando Simón este mismo lunes apuntando a un "ascenso" en la "fase de estabilización" para explicar las malas cifras.

No todo son aciertos, ni mucho menos, en la gestión alemana, donde también hay disparidad de posturas entre los länder y confusión con las medidas, como ilustraba una información del Süddeutsche Zeitung sobre el caos para viajar por el interior de Alemania por las 16 regulaciones distintas y las restricciones según se proceda de un land con mayor o menor incidencia acumulada. Entre tanto, la canciller acordó hace unos días con los estados medidas para intentar frenar la ola como el cierre de la hostelería a partir de las 23:00 horas en las zonas con una IA superior a 50. En sus mensajes a la población, no obstante, Angela Merkel destaca que lo esencial es la cooperación ciudadana, a la que este sábado pidió limitar los contactos quedándose en casa y limitando viajes y celebraciones. "Nos enfrentamos a meses difíciles". Drosten, mientras, ha convertido a España en el ejemplo de situación a la que no se quiere llegar.

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