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Por qué puede ser peligroso retrasar la segunda dosis de vacuna y por qué hay países que se lo plantean

La velocidad a la que se está propagando el virus y la todavía escasez de vacunas está llevando a algunos países a variar de estrategia.

La velocidad a la que se está propagando el virus y la todavía escasez de vacunas está llevando a algunos países a variar de estrategia.
Preparación de las dosis de vacuna en un hospital de Barcelona | EFE

La tercera ola avanza a gran velocidad en muchos países, entre ellos España, mientras de momento son dos las vacunas aprobadas contra el coronavirus. La de Moderna aún ha llegado en muy poca cantidad; Pfizer, mientras, acaba de anunciar que podría haber "fluctuaciones" en los envíos en los próximos días mientras trabajan para mejorar su capacidad de producción. Entre tanto, en varios países se teme un nuevo colapso sanitario que se achaca tanto a la Navidad como a la variante británica, que podría transmitirse con mayor facilidad. Eso ha llevado a algunos gobiernos, como el británico o el holandés, a plantearse retrasar la segunda dosis de la vacuna, que debe administrarse a los 21 días de la primera. ¿Tiene sentido?

Lo que busca la administración de Boris Johnson y se plantean otros gobiernos es generar algo de inmunidad en la mayor parte de población posible con el fin de frenar el avance de la tercera ola. En teoría la idea podría tener sentido, pero tanto los organismos reguladores como la propia farmacéutica advierten de que no hay nada probado y que la inmunidad superior al 90% anunciada en su día por Pfizer contra el coronavirus sólo se ha comprobado con la administración de las dos dosis completas.

En una nota de hace unos días, la FDA estadounidense se posicionó sobre las voces que apuntaban a la administración masiva de una sola dosis. Avisó de la "importancia" de recibir las dosis sugeridas tras los estudios sobre efectividad previos a la aprobación de la vacuna y afirmó que "es prematuro" y no está apoyado "en evidencias científicas" suministrar sólo una dosis o incluso combinar una dosis de una vacuna y la segunda dosis de otra, algo con lo que también se ha especulado para acelerar el proceso de vacunación.

"Sin datos que lo sustenten", se corre un riesgo "importante" y se podría poner la salud pública en peligro, avisa la FDA, que insiste en que, de momento, sólo está probada la inmunización con dos dosis con un intervalo de 21 días en el caso de la vacuna de Pfizer, y 28 días en la de Moderna. Sobre quienes apuntan que podría no suspenderse, sino retrasarse la segunda dosis hasta los tres meses, y que sí habría datos sobre ello en los ensayos clínicos de Pfizer, la FDA apunta que, aunque algunos voluntarios recibieron la segunda dosis más espaciada "no hay datos concluyentes" sobre la efectividad de la vacuna en ese caso.

En el caso de la Agencia Europea del Medicamento, también recomienda seguir las pautas del fabricante. Señala que los análisis de eficacia de la vacuna en la fase tres incluyeron un intervalo entre 19 y 42 días entre las dos dosis y desaconseja retrasar más de 42 días la segunda dosis porque no hay evidencias sobre su eficacia más allá de ese plazo. La OMS, mientras, se apoyó en estos 42 días para apuntar que el periodo de tiempo entre las dos dosis podría ser más flexible que el prescrito inicialmente, pero pide no alargarlo más allá. "Es importante que una decisión así represente un compromiso seguro entre la capacidad global de producción limitada actual y la obligación de los gobiernos de proteger a tanta gente como sea posible para reducir la carga en los sistemas de salud de cualquier ola posterior", afirmó en rueda de prensa el director regional de la OMS-Europa, Hans Kluge.

Mientras, el fabricante de la vacuna, Biontech, señala que la inmunidad completa sólo se alcanza con la segunda dosis, que deben separarse al menos 21 días y que no hay datos que avalen que se pueda combinar su vacuna con alguna otra desarrollada contra la covid 19.

En España, de momento no se plantea la posibilidad de espaciar las dosis y algunas regiones, como Madrid, han optado por hacer acopio de dosis para asegurar que quienes reciben la primera reciban a tiempo la segunda. Pero en otras zonas se insiste en la posibilidad de extender la vacunación utilizando el recurso de retrasar la segunda dosis. Algunos científicos, al margen de los organismos reguladores, se han posicionado en contra de esta estrategia apuntando a un peligro del que se está hablando mucho en las últimas semanas: la posibilidad de que aparezca alguna mutación que ponga en riesgo la inmunización creada por las vacunas.

Un artículo en Science recoge las inquietudes de algunos virólogos al respecto: indican que retrasar hasta los tres meses la segunda dosis podría favorecer la aparición de "mutantes de escape". Una cantidad importante de población, apuntan, estaría protegida sólo en parte: aunque podrían ralentizar la expansión del virus y quizás no desarrollar la enfermedad de forma grave, sí podrían continuar incubando el virus y quizás favoreciendo el desarrollo de mutaciones capaces de esquivar los anticuerpos que generan las nuevas vacunas basadas en la proteína S. Ponen como ejemplo un artículo publicado en The New England Journal of Medicine sobre la posibilidad de que el virus mute a gran velocidad en personas infectadas durante un tiempo prolongado, que han generado una inmunidad sólo parcial.

Así lo cree el virólogo Paul Bieniasz, que a comienzos de año avisó que retrasar la inmunidad completa en un alto porcentaje de población podría permitir al virus crear una nueva versión capaz de sortear la vacuna y otros expertos, como Florian Krammer, investigador en el hospital Monte Sinaí de Nueva York, que advirtió del riesgo de no tener vacunas disponibles para facilitar la segunda dosis a tiempo.

Tras vacunarse, hay que seguir con mascarilla

En cualquier caso, aunque el debate siga sobre la mesa y a la espera de nuevos datos, hay que recordar que, por el momento, tanto los fabricantes como las autoridades sanitarias recuerdan que sólo hay inmunización a los siete días de la segunda dosis, y que sigue sin saberse cuánto dura y si el virus sigue transmitiéndose a pesar de que no dé síntomas.

Los vacunados deben seguir tomando precauciones porque hasta siete días después de la segunda dosis, es decir, hasta un mes después de la primera, no está probada la protección. Por ese motivo ha habido noticias sobre contagios en personas ya vacunadas. Además, tras recibir la segunda dosis, los vacunados deberán seguir llevando mascarilla para proteger a otros del virus porque podrían seguir transmitiéndolo.

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