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Un año del estado de alarma: "No podemos estar orgullosos"

José María Martín-Moreno critica la "frivolización" y los "anuncios triunfalistas", y habla de Fernando Simón como un personaje "decepcionante".

José María Martín-Moreno critica la "frivolización" y los "anuncios triunfalistas", y habla de Fernando Simón como un personaje "decepcionante".
Instalación del hospital Ifema poco después del estallido de la crisis | Comunidad de Madrid

Este domingo se cumple un año desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretó el primer estado de alarma para hacer frente al coronavirus. Sin embargo, ni el confinamiento severo que se impuso entonces ni las posteriores restricciones han conseguido poner fin a una pandemia que, según los servicios funerarios, se habría cobrado ya más de 120.000 vidas en nuestro país. En este contexto, son muchos los científicos que han venido reclamando al Gobierno una auditoría independiente.

Uno de los primeros expertos el alzar la voz fue José María Martín-Moreno, doctor en Epidemiología por la Universidad de Harvard y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia. El que fuera asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue uno de los firmantes de los artículos que la élite de la ciencia española publicó en la prestigiosa revista The Lancet para solicitar al Gobierno esa evaluación que se antojaba -y se sigue antojando- totalmente necesaria.

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Hoy, un año después del primer estado de alarma, Martín-Moreno hace balance en Libertad Digital de la gestión del Ejecutivo tras un año de pandemia. Y ya les adelanto que este experto —que ha sido asesor de ministros de distinto signo político como Ernest Lluch, Trinidad Jiménez o Ana Pastor— no se muerde la lengua. Habla de Fernando Simón como un "personaje decepcionante" y nos desvela qué opina de la intención del Gobierno de alcanzar la inmunidad de rebaño este verano.

P: Ha pasado un año desde que Pedro Sánchez decretó el estado de alarma y el confinamiento severo… ¿Cómo valoraría la gestión del Gobierno en todo este tiempo?

R: Yo de partida creo siempre en la buena voluntad de todas las personas que se han ocupado de la gestión de la respuesta a la pandemia, pero si nos fijamos en la actitud diletante, los cambios de criterio —que además no han sido homogéneos en las diferentes comunidades autónomas— y en los resultados objetivos, no tengo más remedio que decir que la gestión de este problema ha tenido amplio espacio de mejora.

P: ¿Cuáles han sido los principales errores que ha cometido nuestro país?

R: Sería una lista larga con diferentes consideraciones, pero destaquemos sobre la marcha la frivolización inicial del problema, los mensajes contradictorios —con el tema de las mascarillas o la transmisión por aerosoles—, los anuncios triunfalistas de haber vencido la pandemia en el verano pasado —lo que se demostró como grave error—, la falta de coordinación de un problema global cuya descentralización sin criterio ha generado 17 modelos de control de la pandemia, una pobre planificación de la campaña de vacunación… Pero, por encima de todo lo anterior, particularmente grave fue la falta de protección al personal sanitario y a los mayores y personal de residencias.

P: ¿Qué le parece el papel que ha jugado Fernando Simón? ¿Usted le hubiera cesado?

R: Decepcionante. Lo conocía un poco de años previos. Creo que el personaje se ha comido a la persona. Respecto a la otra pregunta, no soy yo quien nombra, ni tengo papel alguno en ese proceso y, en consecuencia, no creo que tenga sentido pronunciarme sobre a quién se cesa o no.

P: Usted fue uno de los primeros en exigir una auditoría independiente que parece que no ha llegado… ¿Sigue siendo necesaria?

R: Efectivamente. Durante mi comparecencia el 9 de junio de 2020 en la Comisión de Reconstrucción Social y Sanitaria del Congreso de los Diputados, mi primera recomendación fue la de crear una comisión independiente para saber lo que se hizo bien y lo que se hizo mal en la respuesta a la pandemia. Ahora sigue siendo igual de trascendental, si no más, porque, tal como afirmó George Bernard Shaw, "el éxito no consiste en nunca cometer errores, sino en nunca cometer el mismo una segunda vez". Para empezar, todos sabemos que la pandemia de covid-19 ha golpeado a España de forma extraordinaria, y necesitamos hacer un análisis crítico a la par que constructivo de por qué hemos fallado tanto cuando pensábamos que teníamos un sistema social y de salud muy sólidos.

P: 40 días después de que publicasen su artículo en The Lancet, el Gobierno accedió a reunirse con ustedes… ¿Sirvió de algo aquella reunión o cree que simplemente quisieron acallar las críticas?

R: La reunión fue bien recibida, y permitió exponer ideas. Pero el caso es que la evaluación no se ha hecho aún y, peor aún, no hay ni indicios de voluntad de hacerla. Lo único que sí ha habido ha sido un breve informe que han escrito Gobierno y comunidades sobre cuál podría ser el mecanismo de evaluación que podrían poner en marcha en algún momento. Pero, a mi juicio, insuficiente.

P: ¿España ha controlado peor la pandemia que otros países europeos?

R: No ha habido ningún país en Europa que haya controlado verdaderamente bien la pandemia, pero ha habido aspectos que podemos elogiar, como los realizados en Alemania apoyando la investigación y la adherencia y seguimiento de ciertas medidas de restricción de movilidad. España ha controlado el problema con altibajos y, desde luego, no podemos estar orgullosos en esas comparaciones.

P: ¿Qué opinión le merece le merece la campaña de vacunación? ¿Cree que se está gestionando bien?

R: Creo que se ha hecho un esfuerzo, pero no se ha hecho una planificación detallada rigurosa que permita segmentar o estratificar la vacunación de manera más eficiente y efectiva. Y el tema del certificado de inmunización no se ha sabido manejar desde el principio.

P: ¿A qué se refiere?

R: Quiero decir que desde el principio teníamos que haber pensado en el certificado para la correcta trazabilidad del estado de inmunización de los ciudadanos. Ello con independencia de la necesidad de respetar principios éticos y ajustar el calendario y objetivos de la utilización de este certificado.

P: El Gobierno sigue manteniendo que en verano lograremos la tan ansiada inmunidad de rebaño… ¿Qué opina usted? ¿Cree que las autoridades están dando a los ciudadanos una visión demasiado optimista en este sentido?

R: Desde primeros de enero a la primera semana de septiembre, hay 35 semanas. Nuestro objetivo es vacunar en torno al 75% de la población, lo que supone vacunar a 35 millones de ciudadanos. Para completar las dos dosis, deberíamos haber administrado dos millones de vacunas por semana para llegar a primeros de septiembre con el objetivo cumplido. Sabemos que el comienzo ha sido extraordinariamente lento, con lo que habría que acelerar mucho simplemente para ponernos al día con el objetivo de tener el porcentaje deseado en la primera semana de septiembre. Más allá de eso, dudo muchísimo de que seamos capaces de tener para el verano la inmunidad de grupo. En cualquier caso, nada es imposible si se quiere y se hace con determinación.

P: ¿Se atreve a ponerle fecha al fin de la pandemia en España? O al menos a la vuelta a esa añorada normalidad en la que podíamos movernos con libertad y quedar sin miedo con amigos y familiares…

R: No soy adivino, y la fecha dependerá del comportamiento del conjunto de la sociedad. En cualquier caso, las estimaciones optimistas apuntan a que a final de año empezaremos a ver la luz.

P: ¿Qué mensaje le enviaría al Gobierno y qué mensaje le enviaría a los ciudadanos?

R: Al Gobierno le aconsejaría que no tenga miedo a dejarse asesorar con más base científica, que asuma la coordinación con más determinación y que sea coherente con sus principios en el cumplimiento de las recomendaciones. A los ciudadanos, que tengan esperanza, porque con la vacunación y si cumplen con los principios de prevención, saldremos de esta. Y cada vez estamos más cerca.

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