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Por qué la vacuna rusa ha pasado de generar desconfianza a despertar el interés de medio mundo

La Sputnik V logra la bendición del epidemiólogo de referencia en EEUU. Alemania se plantea comprarla y en España aumentan las voces que lo piden.

La Sputnik V logra la bendición del epidemiólogo de referencia en EEUU. Alemania se plantea comprarla y en España aumentan las voces que lo piden.
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El 11 de agosto de 2020, Rusia se convertía en el primer país de mundo en autorizar una vacuna contra el coronavirus, apenas cinco meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarase la pandemia. La rapidez con la que Vladimir Putin proclamaba al mundo su hallazgo y el secretismo que rodeó a los ensayos clínicos en un primer momento hicieron, sin embargo, que la bautizada como Sputnik V generase una gran desconfianza.

Hoy, siete meses después de aquel anuncio, las cosas han cambiado notablemente. Este mismo lunes, el equivalente a Fernando Simón en EEUU, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ha reconocido que la vacuna rusa parece "bastante efectiva". Y lo cierto es que en las últimas horas las voces a favor de la Sputnik V se han multiplicado en todos los países, incluido España.

La Comunidad Valenciana aprovechó el Consejo Interterritorial de Salud de este lunes para pedir oficialmente al Ministerio de Sanidad que dirige Carolina Darias que la vacuna rusa se administre cuanto antes en nuestro país para hacer frente al coronavirus.

Además, la patronal de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña (PIMEC) ya ha anunciado que se encuentra en conversaciones con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) -el organismo gubernamental que ha financiado la investigación- con el objetivo de "explorar vías para favorecer la autorización, distribución y fabricación de la vacuna Sputnik V en Cataluña".

En Alemania, el ministro de Sanidad, Jen Spahn, ya aseguró el pasado fin de semana que su ministerio está "en estrecho contacto" con las autoridades rusas y que está dispuesto a negociar por su cuenta la compra de la Sputnik V, siguiendo la estela de Hungría y Eslovaquia. "Si la UE no hace nada, estoy de acuerdo en hacerlo a escala nacional", advirtió Spahn.

¿Qué dice la UE?

En estos momentos, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) examina ya el antídoto desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. A la espera de conocer el veredicto, la compañía farmacéutica rusa R-Pharm ya ha anunciado su intención de producir la vacuna en el estado alemán de Baviera, en el sureste del país.

"Estamos haciendo esfuerzos para que (la producción) pueda empezar en verano", ha asegurado el ejecutivo de R-Pharm Alexander Bykov, que ha agregado que un laboratorio ubicado en la localidad de Illertissen ya está equipado y puede producir millones de dosis cada mes. Sin embargo, el comisario europeo de Mercado Interior aseguró el domingo que la UE no necesita la vacuna rusa.

"Cuando se oyen estas declaraciones de altos cargos, surge la pregunta: ¿Qué intereses defiende y representa esta gente? —reaccionó el propio Vladimir Putin— ¿Los intereses de algunas farmacéuticas o los intereses de los ciudadanos europeos?".

Horas antes, la cuenta oficial de la vacuna rusa en Twitter ya había tratado de evidenciar las contradicciones de Europa: "El comisario Thierry Breton está claramente predispuesto contra la vacuna Sputnik V sólo porque es rusa. Ignora que tiene mayor eficacia y mejor historial de seguridad que algunas otras vacunas aprobadas en la UE".

Una eficacia del 92%

Cuando el pasado verano Rusia registró el antídoto desarrollado por el Instituto Gamaleya, apenas había sido probado en 76 adultos menores de 60 años y en su mayoría jóvenes. En aquel momento, Putin proclamó a los cuatro vientos que las dos inyecciones de su vacuna generaban una respuesta inmune similar a la observada en las personas que habían superado la covid, sin generar efectos adversos graves, más allá de fiebre y dolor de cabeza.

La comunidad científica, sin embargo, puso en duda la solidez de un estudio tan pequeño y del que trascendieron muy pocos detalles, al entender que Rusia estaba vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Incluso los propios rusos mostraron su desconfianza, y prueba de ello es que el inicio de la campaña de vacunación en el país no consiguió los resultados esperados.

En febrero, sin embargo, la mala fama que la Sputnik V parecía haberse granjeado comenzó a cambiar gracias al aval de la prestigiosa revista The Lancet. Según los resultados preliminares de un ensayo con 20.000 participantes, las dos dosis de la vacuna rusa tendrían un 92% de eficacia.

El aval de los expertos

"El desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por sus prisas improcedentes, por coger atajos y por su falta de transparencia, pero los resultados que se publican ahora son claros y el principio científico de la vacunación queda demostrado, lo que significa que otra vacuna se puede unir a la lucha para reducir la incidencia de la covid", aseguraron en The Lancet Ian Jones, de la Universidad de Reading, y Polly Roy, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

A las conclusiones de estos expertos independientes, se sumó también el veredicto de la investigadora Marie-Paule Kieny, exjefa de vacunas en la OMS, que el pasado mes de noviembre dirigió una misión científica francesa a Rusia para analizar la Sputnik V. "Las discusiones en profundidad mantenidas en Moscú con científicos del Instituto Gamaleya nos convencieron de que la vacuna Sputnik V es muy eficaz contra la covid", aseguró Kieny.

El director del fondo de inversión estatal RDIF, Kirill Dmitriev, no tardó en sacar pecho: "Incluso nuestros críticos se han quedado sin argumentos". Y lo cierto es que la avalancha de halagos que en las últimas semanas está recibiendo la vacuna rusa parecen darle la razón.

Aprobada en 56 países

En estos momentos, 56 países han aprobado la Sputnik. El último en hacerlo ha sido Vietnam, que este mismo martes ha anunciado su intención de adquirir 150 millones de dosis. Estas cifras, no obstante, siguen chocando con los datos que llegan de la propia Rusia, donde hasta este lunes únicamente se habrían vacunado 4,3 millones de ciudadanos de entre los 146 millones de habitantes que conforman su población.

Hace unas semanas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se preguntó públicamente en una rueda de prensa por qué Rusia ofrece millones de vacunas a todo el mundo y no avanza de manera significativa en la vacunación de sus ciudadanos. Los analistas mencionan la desconfianza natural de los rusos y el hecho de que Putin no se haya vacunado hasta este martes. Sin embargo, el dardo envenenado de Von der Leyen también pretendía poner en entredicho la capacidad de suministro de la Sputnik V.

La estrategia de Rusia pasa por externalizar su fabricación a otros países, pero lo que está claro es que haber logrado demostrar un 92% de eficacia no es suficiente. Si Vladimir Putin se propone conseguir con su vacuna el mismo impacto que logró el primer satélite espacial que le da nombre, aún tiene un largo camino que recorrer.

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