Tras un año de pandemia, el sector del ocio nocturno se encuentra al borde de la quiebra. Con unas pérdidas cercanas a los 3.000 millones de euros —según los últimos datos facilitados por la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos—, el sector espera como agua de mayo que la campaña de vacunación avance a buen ritmo y sus locales puedan volver a abrir cuanto antes.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace unos días que el objetivo es llegar a finales de agosto con el 70% de la población vacunada. Sin embargo, puede que entonces ya sea demasiado tarde para una de las industrias que más ha sufrido las restricciones impuestas por culpa del coronavirus.
"El sector del ocio nocturno se extinguirá si no puede abrir este verano", vaticinaba este fin de semana Fernando Martínez, secretario general de la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon). No en vano, a día de hoy ya son más de 5.000 los negocios que han tenido que bajar la persiana. Precisamente por eso, estos empresarios han decidido explorar "cualquier alternativa" y ya ultiman una prueba piloto "única en Europa".
Test de antígenos obligatorios
Para ello, han trabajado mano a mano con el gremio hostelero y con el Ayuntamiento de Sitges (Barcelona) y ya han solicitado permiso a la consejería de Salud para probar en la localidad un sistema de test de antígenos similar al que se empleó en el concierto de Love of Lesbian, que hace dos semanas reunió a 5.000 personas en el Palau Sant Jordi.
Los grandes recintos o salas de conciertos cuentan ya con alternativas para poder abrir sus puertas. Sin embargo, desde Fecalon, recuerdan que "el 80% de los locales de ocio nocturno son locales de pequeñas dimensiones". De ahí la importancia de buscar una solución que sea extensible a este sector.
La prueba piloto —que se celebraría dentro de los horarios permitidos por el toque de queda— contaría con la participación de más de 400 personas repartidas en cinco locales de una de las calles más conocidas del municipio: la calle 1 de Mayo, más conocida como Calle del Pecado. El objetivo es hacer test de antígenos a todos los que deseen pasar un rato de ocio en el interior de los locales, de tal forma que sólo puedan hacerlo aquellos que previamente han dado negativo.
Supervisado por controles médicos
En estos momentos, la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno está a la espera de recibir el visto bueno de las autoridades sanitarias. En conversación con Libertad Digital, sus máximos responsables aseguran que, de ser así, el ensayo se llevaría a cabo "con todas las condiciones y recomendaciones que el departamento de Salud de la Generalitat considere oportunas y estaría supervisado por controles médicos".
Desde Fecalon confirman, además, que la prueba piloto estaría dirigida por Pymec —la patronal de pequeñas y medianas empresas de Cataluña, que ya tiene experiencia en organizar grandes testeos— y que los resultados, "tanto positivos como negativos", quedarían registrados y en manos de Sanidad.