El Gobierno ha optado finalmente por posponer la decisión sobre la segunda dosis de AstraZeneca cuatro semanas más, lo que deja en el aire la inmunización de aquellos ciudadanos que, siguiendo la pauta establecida por la farmacéutica -un intervalo de 12 semanas-, debían recibir la segunda inyección a partir del próximo lunes.
Según el Ministerio de Sanidad, este aplazamiento -que va en contra del criterio establecido por la Agencia Europea del Medicamento (EMA)- no tiene otro objetivo que "poder disponer de más información". Sin embargo, el mediático doctor César Carballo está convencido de que esto no es más que "una excusa".
"La decisión ya está tomada desde hace tres semanas. Se va a poner Pfizer y todo lo demás es puro paripé", denuncia a Libertad Digital el adjunto del servicio de urgencias del Hospital Universitario Ramón y Cajal. "Da igual lo que diga la evidencia científica y da igual lo que diga la Agencia Europea del Medicamento, es una decisión geopolítica: Pfizer tiene su peso y AstraZeneca lo hizo muy mal al principio y se enfrentó a la Unión Europea", argumenta.
Según Carballo, estas cuatro semanas servirán al Gobierno para poder justificar su decisión en los resultados que arroje el ensayo realizado por el Instituto de Salud Carlos III para evaluar la inoculación de una segunda dosis de Pfizer a aquellos que ya han recibido la primera de AstraZeneca. Sin embargo, el doctor no tiene reparos en calificar este estudio como "una auténtica vergüenza".
El polémico ensayo
En línea con lo que varios expertos han venido deslizando en las últimas semanas, Carballo explica que dicho ensayo únicamente compara la inmunidad de aquellos ciudadanos que han recibido una sola dosis de AstraZeneca, con la de aquellos a los que se les administra una segunda de Pfizer. "Claro que estas personas van a tener más anticuerpos, pero… ¿Eso que tiene que ver? ¿Qué estudias con eso? No estudias nada", denuncia indignado.
A su juicio, lo lógico sería que existiese un grupo de control -que, en este caso, sería el formado por los voluntarios a los que se les administrasen las dos dosis de AstraZeneca- con el fin de comparar ambas posibilidades, tal y como se está haciendo en el Reino Unido. La diferencia es que el estudio británico se ha planteado a un año vista, ya que no sólo se trata de analizar el nivel de anticuerpos que los vacunados alcanzan con cada combinación, sino que también ha de garantizar que no se genera ninguna reacción adversa de gravedad.
"¿Qué seguridad vas a estudiar en 28 días? -se pregunta en referencia a lo que se está haciendo en España-. Nos están vendiendo la moto y la decisión ya está tomada. Es un paripé que se han inventado para cubrirse las espaldas y decir que es seguro porque nadie se ha muerto en cuatro semanas".
Carballo recuerda que los ensayos que han llevado a la EMA a dar el visto bueno al fármaco de AstraZeneca se han realizado a lo largo de muchos meses y con miles de personas de diferentes países, lo que contrasta con los 600 participantes que el Instituto de Salud Carlos III habría reclutado en España. "¿Cómo vamos a poder tomar decisiones de salud pública con este ensayo clínico? Es absolutamente imposible. No es seguro", sentencia.
A pesar de que está convencido de que el Gobierno se decantará finalmente por administrar una segunda dosis de Pfizer, el doctor defiende volver a vacunar con AstraZeneca y recuerda que el tiempo apremia: "Hay gente que se muere por no haberse vacunado a tiempo. Nos faltan vacunas. No nos podemos permitir esto".