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¿Un verano sin mascarillas? Argumentos para el gran debate de las próximas semanas

Expertos consultados por LD creen que podremos prescindir de ellas "en julio o agosto", pero advierten del peligro de caer en un "optimismo excesivo".

Expertos consultados por LD creen que podremos prescindir de ellas "en julio o agosto", pero advierten del peligro de caer en un "optimismo excesivo".
Playa de Alcudia, Mallorca | EFE

Tras el fin del estado de alarma, toda España tiene la vista puesta en el próximo verano con la esperanza de que, para entonces, nuestro país pueda seguir avanzando hacia la tan ansiada normalidad. En ese camino, el siguiente hito no es otro que decir adiós a la mascarilla en exteriores, algo que ya se está haciendo en otros lugares de nuestra geografía —como EEUU o Israel— y que podría estar más cerca de lo que pensamos en España.

"Si todos seguimos durante las próximas seis u ocho semanas con la prudencia que aconseja la situación, estoy convencido de que allá por el mes de julio o agosto empezaremos otra vez a poner cara a todas las personas que vemos por la calle", aseguró el martes el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha reconocido que este es un asunto que ya se está debatiendo con las comunidades autónomas y que será el Consejo Interterritoral de Salud —en el que todas ellas están representadas— el que tome la decisión en base a los informes de los expertos. Sin embargo, médicos y epidemiólogos no parecen ponerse de acuerdo sobre cuál será el momento adecuado.

Sin sentido "desde hace mucho tiempo"

"En exteriores, y si hay suficiente distancia social, la mascarilla no tiene ningún sentido desde hace mucho tiempo", asegura a Libertad Digital el conocido microbiólogo Ignacio López-Goñi. "Si vas por una calle no concurrida… ¿Qué sentido tiene?", se pregunta Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).

En declaraciones a LD, el doctor cree que "a lo mejor en una calle de copas por la noche es necesario", pero insiste en que "paseando por la playa o recogiendo setas en el monte no tiene mucha lógica". Según explica, "ya no la tenía antes, pero se decidió así por una cuestión de imagen sanitaria". Sin embargo, cree que, a partir de agosto, "con un 70% de la población vacunada, entre ellos los más vulnerables, no habrá ningún motivo para mantener determinadas medidas que a su vez tienen unos problemas asociados tanto a nivel psicológico como de turismo o de imagen".

La hoja de ruta

Ortí subraya que "esto no quiere decir que no haya que usar la mascarilla en interiores" y advierte de que "puede que cuando la gente esté en pequeñas aglomeraciones sí haya que llevarla", pero, a su juicio, Sanidad debería empezar por retirarla "para pasear por la orilla del mar o hacer senderismo".

El experto es consciente de que la pandemia ha ido pasando por escenarios muy cambiantes, pero defiende que "las medidas se han de tomar en base a la evidencia actual y si cambian, pues las cambiamos". Aun así, se muestra optimista y cree que, incluso en interiores, la mascarilla dejará de ser necesaria más pronto que tarde: "Tendría que estar la incidencia muy baja, prácticamente despreciable, para que sea posible, pero esto ocurrirá". El cuándo es más difícil de pronosticar. "Seguramente a final de año, si no hay ninguna sorpresa por culpa de alguna nueva variante", advierte.

"No podemos caer en un optimismo excesivo"

Mucho más prudente se muestra Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). El doctor cree que "para ir por la calle probablemente no será un problema, pero para estar reunidos, incluso en eventos que se hagan al aire libre, sí". Por eso, considera que "no podemos caer en un optimismo excesivo" y no sólo elude entrar en el debate de poner fecha al fin del uso obligatorio de la mascarilla, sino que, además, cree que "es un error".

Entre otras cosas, porque, según argumenta, muchas medidas tendrán que seguir vigentes mientras la pandemia no se dé por concluida "no sólo en España, sino en los países de los que podamos recibir personas o a los que nosotros necesitemos ir". De ahí que el experto inste a la población a tomarse este asunto "con bastante más tranquilidad".

Una vacunación heterogénea

En contra de la tan extendida opinión de que la mascarilla podrá dejar de ser obligatoria cuando la cobertura vacunal supere el 70%, Zurriaga advierte de la importancia de cerciorarse, además, de que ésta "se distribuya homogéneamente" por todo el país, ya que "si quedan bolsas importantes de población sin vacunar, no sirve de nada que el resto haya alcanzado esa inmunidad".

El doctor pone como ejemplo lo sucedido en Chile y advierte de que, en España "ha pasado toda la vida con otras vacunas como el sarampión: que hay lugares en los que la cobertura vacunal no es la recomendable, porque hay gente a la que no se puede llegar o porque se trata de población no documentada", algo muy común en "barriadas marginales" o lugares con un alto índice de inmigración ilegal.

Con todo, el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología pide no lanzar las campanas al vuelo y hace un llamamiento a todos los ciudadanos para que no caigan en el error de pensar que una hipotética supresión de la mascarilla en determinados lugares y circunstancias significa que hemos ganado la batalla al coronavirus. "Parece que una vez que nos quitemos las mascarillas esto ya se ha acabado, y no es así. En absoluto", advierte el doctor.

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