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El lobby antivacunas en España: quiénes son y cuál es su objetivo

Los movimientos antivacunas difunden bulos provocando confusión entre la población, que llega a rechazar el fármaco contra la covid en plena pandemia.

Los movimientos antivacunas difunden bulos provocando confusión entre la población, que llega a rechazar el fármaco contra la covid en plena pandemia.
Europa Press

Los movimientos antivacunas existen desde que Edward Jenner desarrollara la primera fórmula contra la viruela, en 1796. Se trata de grupos de escépticos que niegan los beneficios de estos fármacos, alentados por sus líderes, que —en la actualidad— identificamos fácilmente como oportunistas, cantamañanas o "sacacuartos", como les llamó el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, a través de Twitter. Difunden mensajes falsos con fines de índole política, religiosa o lucrativa, provocando confusión a una parte de la población, que llega incluso a rechazar el suero contra la covid en plena pandemia. Algo realmente peligroso teniendo en cuenta que las vacunas son nuestra principal herramienta para frenar y controlar la propagación del Sars-Cov-2.

Sin embargo, parece ser que el recelo hacia la administración de estos fármacos estaba más que justificado en sus inicios. Según explica Paula Larsson, historiadora de la medicina de la Universidad de Oxford que estudia estos movimientos, al margen de los motivos religiosos, la vacunación era bastante más arriesgada al principio. La protección que confería era muy superior a los efectos adversos, pero no siempre se realizaba en las mejores condiciones de higiene y era fácil que provocara infecciones secundarias, que podían llevar a un trabajador a tener que ausentarse de su puesto de trabajo y —en consecuencia— sufrir una pérdida de ingresos.

Hoy, el escenario es distinto. Y la oposición a las vacunas ha dejado de ser comprensible para la mayoría de los ciudadanos. Estados Unidos los considera una amenaza para la seguridad nacional, especialmente desde que la campaña de desinformación ha puesto en peligro el proceso de vacunación contra la covid en el país, tan necesario para contener la expansión del nuevo coronavirus.

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Docente vacunada en Vitoria

Los personajes públicos que sienten simpatía hacia estos movimientos no se limitan al polémico Miguel Bosé, que considera que la pandemia es "un invento de los gobiernos" y llegó a acusar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de ser "cómplice" de un "plan macabro y supremacista". En la lista, encontramos políticos, actores, cantantes, empresarios, deportistas... Entre ellos, podemos mencionar al tenista serbio Novak Djokovic, que —en un directo en Facebook— se mostró en contra de la vacunación, llegando incluso a asegurar que si alguien le intentaba obligar a inmunizarse para volver a la competición retrasaría su vuelta al tenis. Y no es el único.

Podemos hablar de las barbaridades que han publicado personalidades como la diseñadora Miranda Makaroff, que ha llegado a decir en Instagram que "si de pequeños nos hubieran enseñado a gestionar nuestras células con la mente, no necesitaríamos ni vacunas, ni medicinas".

Algunos dan pábulo a teorías de lo más rocambolescas, como que con las vacunas nos introducen un chip para controlarnos. Es el caso de la rapera británica M.I.A., que ha rechazado recibir el fármaco contra el coronavirus. "Si tengo que elegir entre la vacuna o un chip, elijo la muerte", ha publicado en su perfil de Twitter.

En nuestro país, el movimiento antivacunas ha encontrado un filón en algunos influencers, que han hecho mucho daño entre los más jóvenes, restando importancia a la gravedad de la enfermedad, rechazando la mascarilla o contribuyendo a difundir falsos remedios caseros contra el virus.

En cualquier caso, todo esto es sólo el escaparate, el show... ¿Quién mueve los hilos y cuáles son sus fines? Veamos.

Biólogos y médicos ¿por la verdad?

En España, ha surgido un nuevo grupo que defiende algunas de las teorías conspirativas sobre el origen de la pandemia y rechazan los beneficios de las vacunas. Se trata de Biólogos por la Verdad. Sus posiciones han generado verdaderos encontronazos dentro del colectivo profesional. Tanto es así que se ha abierto una crisis en el seno del colegio oficial de profesionales del País Vasco y ha habido una sonada controversia en el de la Comunidad de Madrid.

El cisma se produjo el pasado mes de julio, cuando nació Médicos por la Verdad, asociación con la que mantiene vínculos estrechos y que ha expandido sus teorías por todo el mundo desde que empezó la pandemia. Entonces, el decano del COBE, Jon Ander Etxebarria, firmó un polémico artículo en el que suscribía muchos de esos argumentos pseudocientíficos. Poco después, el texto fue retirado del portal del Colegio Oficial de Biólogos y la junta de gobierno aclaró que se trataba "única y exclusivamente" de su "opinión personal". Las tensiones posteriores desembocaron en la dimisión de siete de los once miembros del órgano directivo, en el mes de marzo.

Algo parecido pasó en el Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad de Madrid, que el pasado 8 de febrero se vio obligado a publicar una declaración para desvincularse de "las opiniones" de Almudena Zaragoza (otra de las integrantes del grupo que niega el coronavirus, la pandemia y las vacunas) debido a que había "desvirtuación e interpretaciones no correctas de los conocimientos actuales avalados por estudios científicos" en sus opiniones.

En línea con Médicos por la Verdad, este nuevo grupo compuesto por biólogos sostiene afirmaciones como que las vacunas de ARN mensajero contra la covid alteran el genoma humano, que los asintomáticos no contagian o que las pruebas PCR no son eficaces. Creen que la pandemia es la "excusa perfecta para librar a la sociedad humana de sus derechos", según reza la carta fundacional de la asociación, firmada por Zaragoza.

Como es habitual entre los teóricos de las conspiraciones, se consideran defensores de la verdad y hacen un llamamiento al despertar de la sociedad, ante la presunta censura en los medios de comunicación a instancias del poder. Un discurso recurrente en las intervenciones públicas de los citados Etxebarria y Zaragoza, pero también de otros como Fernando López-Mirones, otro conocido propagador de falsedades pseudocientíficas a través de reprobables técnicas de persuasión.

Relacionan, por ejemplo, la administración de vacunas contra la gripe con un aumento de las muertes por covid-19. Un tramposo argumento basado en lo que los analistas llaman falacia post hoc o de falsa causa. Es decir, asume que si un acontecimiento sucede a otro, el segundo es consecuencia del primero, ignorando la posibilidad de un origen diferente.

También hacen uso de la técnica de apelación al ridículo. En lugar de refutar la explicación sobre el origen de la pandemia, hacen una parodia: "Lo que sí que negamos es que un virus fantasioso de murciélago haya volado desde Wuhan para querer asesinarnos a todos".

Por increíble que parezca, los integrantes de este tipo de grupos crecen. Biólogos por la Verdad ha pasado de la decena que lo fundó al medio centenar que firma el estudio pseudocientífico sobre las vacunas.

Como podríamos imaginar, la asociación Médicos por la Verdad pide donaciones a través de su web para colaborar con la causa, e incluso para ayudar a alguno de sus miembros. Tienen una campaña abierta para conseguir fondos para su fundadora, la doctora Natalia Prego, sobre la que pesan amenazas de expedientes por parte de la comisión deontológica, del Colegio de Médicos y del Consejo General de colegios de Médicos de España para inhabilitarla.

Quién es Fernando López-Mirones

No es un ermitaño ignorante alejado de la realidad, como podríamos pensar de las personas que defienden tales barbaridades. Fernando López-Mirones (Pontevedra 1964), una de las caras más visibles de este lobby, está licenciado en biología por la Universidad Complutense, y se ha especializado en zoología. Se define como director, guionista y divulgador científico. Ha producido y/o dirigido 120 películas documentales desde 1991. Es profesor de la Universidad Villanueva de Madrid y tiene un canal de Youtube: El aullido.

¿Qué busca? Posiblemente repercusión mediática lo que ,en consecuencia, le reportaría un aumento de sus ingresos.

¿Qué vende? A sí mismo. Como podemos comprobar en su dossier, se da a conocer como el sucesor de Félix Rodríguez de la Fuente, y tiene representante artístico para las contrataciones como conferenciante. También forma parte de la cartera de Top Conferenciantes, otra de las plataformas a través de las cuales podemos contactar con él para ofrecerle trabajo. Entretanto, con cada declaración escandalosa, aumentan sus seguidores en redes sociales y se incrementan las visitas a su canal de Youtube.

Los instigadores de las protestas

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Manifestación en la plaza de Colón de Madrid, a 16 de agosto de 2020.

El 16 de agosto de 2020, la Plaza de Colón de Madrid se llenó de lo que podríamos llamar antipandemia, para protestar fundamentalmente por el uso de las mascarillas, aunque pidieran la autorización alegando otros motivos. El principal impulsor, según recoge la resolución de 10 de agosto de la Delegación del Gobierno en Madrid por la que se tomaba conocimiento de la misma y se establecían las condiciones en que debía celebrarse, fue Fernando Vizcaíno Carles. Un profesor de yoga valenciano que a través de su, cómo no, canal de Youtube, ReVelión ReVenge, habla del "timovirus", niega la pandemia mundial y cuestiona los datos oficiales al respecto.

Para la convocatoria, se apoyó en La Quinta Columna, otro de los grupos afines, con Ricardo Delgado Martín a la cabeza. Su lema: "La fuerza del despertar". Según reza en los perfiles en las redes sociales, que le sirven como herramienta para difundir sus teorías conspiranoicas, es postgraduado en Biología Sanitaria, Microbiología Clínica, Epidemiología e Inmunología Clínica por la escuela online Euroinnova. Curso virtual, por cierto, que otorga el título con 360 horas en línea, por un precio de 360 euros. Según él, nada en la pandemia es real. Los medios de comunicación están "comprados", las vacunas contra la covid son "transgénicas", y la mascarilla que nos protege es "un bozal que nos han puesto a modo de sumisión". Su canal de Youtube fue suspendido por incumplir sus normas de difusión de contenidos. Pero tan pronto como le quitan un altavoz en Internet, él se crea otro.

La tercera pata de este grupo es Luis de Miguel Ortega, antiguo enfermero que ahora dice ser abogado, que hace uso de la supuesta asociación de consumidores ACUS y de la cooperativa Scabelum, en teoría para luchar contra la supuesta "corrupción médica" y a denunciar "negligencias y abusos" a los pacientes. La realidad es que difunde ideas de lo más rocambolescas, como las que suscribe del británico David Icke, que afirma que los gobernantes del planeta son extraterrestres reptilianos disfrazados.

Mención aparte merece el polémico agricultor catalán Josep Pàmies, ovacionado a su llegada a la Plaza de Colón. Este gurú de las pseudoterapias ha sido denunciado en numerosas ocasiones por la comunidad médica y científica. Sin embargo, ha logrado el apoyo de los grupos antivacunas, anticovid y antipandemia, divulgando teorías como que existe una relación entre la administración de vacunas y el autismo. A través de su web, vende productos que "abren caminos hacia la autogestión de la salud y la autonomía personal".

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Cosignas contra las mascarillas, las vacunas y hasta el 5G, en la protesta de Madrid.

Tras la gran concentración de los anti en la Plaza de Colón de Madrid, se han desarrollado otras protestas, en distintos puntos país, aunque menos numerosas. Ejemplo de ello es la marcha que reunió a cientos de manifestantes en Santiago de Compostela (Galicia), convocados por organizaciones como: Madres por la Libertad, Médicos por la Verdad o Policías por la Libertad. La portavoz de la última, Sonia Vescovacci, se dirigió a los manifestantes para seguir alentando el bulo sobre la que "los anti" han llamado "Ley Auschwitz", en referencia a la propuesta de reforma de la Ley de Salud 8/2008, de 10 de julio, de Galicia.

Esta proposición, plantea medidas preventivas, de control de enfermos y contactos estrechos, así como posibles infracciones que pueden ser adoptadas por las autoridades para proteger la salud. Para ellos, significa la apertura de "campos de concentración" para el aislamiento de positivos en COVID-19. Y esta tan sólo una de las mentiras de la que estos movimientos se sirven para manipular a sus adeptos. Durante la protesta, se gritaron consignas contra las vacunas, contra la tecnología 5G y contra los medios de comunicación.

¿Los antivacunas son un problema?

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Cola para vacunarse contra la covid en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

La influencia que tienen este tipo de personajes y sus acólitos sobre la población es difícil de cuantificar, pero por pequeño que sea en ocasiones puede causar problemas de salud pública importantes.

En 2019, la OMS situó el movimiento antivacunas como una de las mayores amenazas para la salud mundial, después de que se produjese un aumento de casos de sarampión en Europa. El fármaco contra la enfermedad se administra a los niños desde que son pequeños, por lo que la organización culpabiliza a los contrarios a las vacunas como los causantes de este repunte.

A finales de 2020, tanto la Organización Mundial de la Salud como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos alertaron del vertiginoso aumento de muertes en el mundo por sarampión, un 50% con respecto al 2016, al registrar un total de 207.500 fallecidos por esta enfermedad.

El caso del movimiento contrario a la vacuna del coronavirus es curioso, ya que es la primera vez en la historia que nace antes que el propio fármaco, como destaca el Instituto Balmis de Vacunas, que ya advirtió de que los bulos sobre ellas se reproducirían como champiñones. Y no se equivocó. Se han difundido verdaderas barbaridades sobre las consecuencias de la administración de los fármacos, y sobre la propia investigación que se ha llevado a cabo para conseguirlas en un tiempo récord. Entre ellas, que han muerto niños senegaleses en los ensayos clínicos o que la vacuna de la gripe tiene relación con la aparición de la covid.

En Estados Unidos, este tipo de mensajes han hecho mucho daño. Es conocido el esfuerzo que la Administración Biden y los gobiernos federales han hecho para convencer a sus ciudadanos de que se inmunicen, incentivándoles incluso con cerveza, donuts o entradas gratis. Una campaña en la que ha sido muy importante la colaboración de la empresa privada.

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En España, no parecen haber calado tanto. O al menos eso indican las encuestas. Según el barómetro del CIS del mes de abril, el 82,2% de la población española está dispuesta a vacunarse contra el coronavirus cuando llegue su turno, aunque sube levemente el rechazo a inmunizarse hasta alcanzar el 6,2% (punto más respecto a marzo). El 34,6% de los que no quieren recibir el pinchazo alegan que es porque no se fían, mientras que el 25,3% tiene miedo a los efectos secundarios, el 5% cree que no son eficaces y un 3,7% considera que no es necesario vacunarse.

A nivel europeo, el porcentaje de escépticos sube. Según el último Eurobarómetro, 7 de cada 10 europeos encuestados consideran que vacunar es la única manera para acabar con la pandemia, aunque un 12% dice no querer vacunarse nunca.

NOTA ACLARATORIA: Don Luis de Miguel no es un antiguo enfermero, sino que es enfermero en Burgos, y no dice ser abogado sino que es abogado colegiado en Alcalá de Henares. No hay supuesta asociación de consumidores sino que ACUS está inscrita en el correspondiente registro; y por último, no difunde ninguna idea rocambolesca.

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Protesta en Münich (Alemania), el 20 de septiembre de 2020.

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