El estrés es un sentimiento natural de no poder hacer frente a situaciones específicas. Sin embargo, el estrés puede convertirse en una condición crónica si una persona no toma las medidas necesarias para controlarlo.
Este estrés puede producirse por el trabajo, las relaciones, las presiones financieras (las cuales aumentan día a día durante esta época de pandemia) y otras situaciones derivadas de la situación que vivimos hoy en día, como el peligro de la actual crisis sanitaria, pero cualquier cosa que represente una amenaza real o percibida para el bienestar de una persona puede producir estrés.
El estrés puede ser un impulsor y motivador, de hecho ha sido esencial para la supervivencia. Es un mecanismo de lucha o huida que posee el cuerpo y le dice a una persona cuándo y cómo debe actuar ante el peligro. Por otro lado, cuando el cuerpo se activa con mucha facilidad o hay demasiados factores estresantes al mismo tiempo, puede afectar la salud física y mental de una persona y volverse realmente peligroso. Pero cómo definir el estrés es el primer paso para conocer qué nos ocurre y poder poner remedio.
¿Qué es estrés?
El estrés es la respuesta que da nuestro cuerpo a la presión. Muchas situaciones o acontecimientos diferentes pueden causar estrés durante la vida de una persona. A menudo se desencadena cuando experimentamos algo a lo que no estamos acostumbrados, algo nuevo, inesperado o cuando sentimos que tenemos poco control sobre una situación.
Todos lidiamos con el estrés de manera diferente, aunque lo ideal sería acudir a centros de psicología donde poder contratar a los distintos profesionales del comportamiento como puedes ver en su web, pues estos son quienes realmente pueden ayudarnos a aprender a lidiar con el estrés.
Nuestra capacidad para sobrellevar la situación puede depender de nuestra genética, eventos tempranos de la vida, personalidad y circunstancias sociales y económicas. Cuando nos enfrentamos al estrés, nuestro cuerpo produce hormonas del estrés que desencadenan una respuesta de lucha o huida y activan nuestro sistema inmunológico. Esto nos ayuda a responder rápidamente a situaciones peligrosas.
A veces, esta respuesta al estrés puede ser útil: puede ayudarnos a superar el miedo o el dolor para que podamos correr un maratón o dar un discurso, por ejemplo. Nuestras hormonas del estrés generalmente volverán a la normalidad rápidamente una vez que termine el evento estresante, y no habrá ningún efecto duradero.
Sin embargo, demasiado estrés puede tener efectos negativos. Puede dejarnos en una etapa permanente de lucha o huida, dejándonos abrumados o incapaces de hacer frente. A largo plazo, esto puede afectar nuestra salud física y mental.
¿Qué nos estresa?
Muchas cosas pueden generar estrés: duelo, divorcio o separación, pérdida de un trabajo o problemas de dinero inesperados. Existe una relación directa entre estrés y salud, cuando el estrés relacionado con el trabajo tiene un impacto negativo en su salud mental. Las personas afectadas por el estrés relacionado con el trabajo pierden una media de 24 días de trabajo debido a problemas de salud
¿Cómo puedes ayudarte?
Reconoce cuándo el estrés es un problema. Es importante conectar los signos físicos y emocionales que estas experimentando con las presiones a las que te enfrentas. No ignore las señales de advertencia físicas como músculos tensos, cansancio, dolores de cabeza o migrañas.
Revisa tu estilo de vida. ¿Estás asumiendo demasiado? ¿Podrías entregarle algunas cosas a otra persona? ¿Puedes hacer las cosas de una forma más pausada? Es posible que debas priorizar las cosas y reorganizar tu vida para no intentar hacer todo a la vez.
Construya relaciones de apoyo. Encuentre amigos cercanos o familiares que puedan ofrecer ayuda y consejos prácticos que puedan ayudarlo a manejar el estrés. Unirse a un club o un curso puede ayudar a expandir su red social y alentarlo a hacer algo diferente. Las actividades como el voluntariado pueden cambiar su perspectiva y tener un impacto beneficioso en su estado de ánimo.
Come saludablemente, sea consciente de su hábito de fumar y beber y haga ejercicio. Una dieta saludable puede mejorar su estado de ánimo. Obtener suficientes nutrientes (incluidas vitaminas y minerales esenciales) y agua puede ayudar a su bienestar mental
Reduzca o deje de fumar y beber. El ejercicio físico puede ayudar a controlar los efectos del estrés al producir endorfinas que mejoran su estado de ánimo.
Tómate un tiempo y medite. Tómate un tiempo para relajarte y practicar el autocuidado. La meditación de atención plena se puede practicar en cualquier lugar y en cualquier momento. Las investigaciones han sugerido que puede ser útil para controlar y reducir el efecto del estrés y la ansiedad.
La situación actual es altamente estresante para todos. Confinamientos, hospitales, noticias no demasiado positivas pero hay que mantener las cosas en perspectiva y no ser demasiado duro con uno mismo. Hay que buscar cosas en la vida que sean positivas y anotar esas cosas que nos hacen sentir agradecidos.