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Orificios naturales para operar las patologías del riñón: conoce las ventajas de las ureteroscopias

Las tasas de éxito de este procedimiento son muy altas y el riesgo de complicaciones es bajo.

Las tasas de éxito de este procedimiento son muy altas y el riesgo de complicaciones es bajo.
Riñones | Quironsalud

Un correcto funcionamiento de los riñones es fundamental para nuestra salud. Se encargan de filtrar los desechos y el exceso de agua de la sangre, que se expulsa en forma de orina. Dos de las principales patologías que afectan a estos órganos con tamaño de un puño son los cálculos renales o piedras, y el cáncer.

En concreto, todas las personas contamos con dos riñones, situados en la mitad de la espalda, por debajo de las costillas. Según explica el doctor Juan Antonio Mainez Rodríguez, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud San José — Madrid —, de los riñones salen los uréteres, unos tubos que transportan la orina hasta la vejiga, donde este líquido se almacena hasta que lo evacuamos en el inodoro.

"Cuando los pacientes presentan litiasis y tumores del tracto urinario superior son muchos especialistas los que se decantan por las ureteroscopias, un tratamiento que permite realizar las cirugías con aparatos muy finos, de forma que se pueden tratar in situ diversas patologías como las piedras o los tumores, a través de los orificios naturales del cuerpo, y sin necesidad de abrir al paciente, como se realizaba antiguamente", detalla.

Según asegura la Asociación Europea de Urología — EAU, por sus siglas en inglés —, las tasas de éxito de este procedimiento son "muy altas", mientras que asegura que el riesgo de complicaciones es bajo. Suelen estar indicados, según puntualiza, en aquellos casos en los que los cálculos renales no son grandes, es decir, menores de dos centímetros, y como alternativa a la litotricia extracorpórea con ondas de choque.

Aunque requiere anestesia, ya sea raquídea o general, en función de cada situación, que valorará el especialista, la institución científica insiste en que se trata de una vía terapéutica "segura y eficaz" para los cálculos renales y ureterales.

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Una recuperación más fácil y rápida

De hecho, el experto de Quirónsalud destaca que son numerosas las ventajas de las ureteroscopias, ya que al tratarse de un procedimiento poco invasivo la recuperación de los pacientes es mejor y más rápida, y con un número de complicaciones menores.

Otro de sus beneficios, frente a otras técnicas, según resalta el urólogo, es que como los fragmentos del cálculo se extraen durante el mismo procedimiento a través de unas cestas especiales, el paciente no tiene que expulsarlos después.

En concreto, el doctor Mainez Rodríguez distingue dos tipos de instrumentos con los que realizar este tipo de procedimientos. Por un lado, cita al ureteroscopio flexible, empleado fundamentalmente cuando las piedras o el tumor se encuentran dentro del riñón.

Según resalta este especialista, se trata de un aparato "bastante fino", y que cuenta con dos-tres milímetros de diámetro mayor, así como con una flexión completa en la punta, lo que le facilita explorar todas las cavidades del riñón a través de diferentes movimientos.

Asimismo, el experto de Quirónsalud San José detalla que este instrumento tiene un pequeño canal de trabajo por donde introducir una fibra láser: "Permitirá romper las piedras o quemar los tumores del tracto urinario. Y por este mismo canal de trabajo se pueden introducir cestillas para poder coger las piedras y sacarlas al exterior, o bien coger muestras del tumor para mandarlo a analizar".

Después, se encontraría el ureteroscopio rígido, con el que se realizan las cirugías del uréter, según precisa, especialmente indicado para aquellos casos donde haya piedras y tumores que se necesiten explorar. "Tiene 3-4 milímetros de tamaño de diámetro. Permite, a través del pene o de la uretra femenina en la vagina, llegar hasta la vejiga y ascender por el uréter hasta llegar donde está la piedra", aclara.

De igual forma que con el otro tipo de ureteroscopios, en este caso también se crea un canal de trabajo por el que meter un láser o una cestilla para romper las piedras o bien extraerlas. "Para por ejemplo destruir las piedras, se programan la frecuencia y la energía del láser en función de su dureza. Después el mismo instrumento nos permite extraer los restos", recalca el urólogo.

No requiere preparación previa

Se trata de una intervención que no requiere de la preparación previa por parte del paciente y que, según apunta el doctor Mainez, puede realizarse por anestesia general o bien raquídea, en función del caso.

Sobre los cuidados postoperatorios, el doctor Mainez resalta que estos conllevan el portar un catéter "doble J" interno, que va desde el riñón a la vejiga, con el fin de ayudar a la cicatrización de las heridas producidas, bien durante la intervención, o aquellas causadas por la piedra antes de la intervención.

"El catéter se debe llevar aproximadamente unas dos semanas, hasta que el flujo de orina vuelva a ser normal. Aunque produce unas leves molestias, se pueden sobrellevar sin problema con medicación", concluye el doctor Juan Antonio Mainez Rodríguez, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud San José, quien advierte en último lugar, eso sí, de que los pacientes deben regresar al hospital en caso de presentar fiebre o de sentir dolor en el riñón o en el costado.

Desde la EAU indican que hay pocas contraindicaciones para la ureteroscopía, y por lo general puede practicarse en casi todos los pacientes, y siempre que estos no cuenten con una infección en el tracto urinario.

"La ureteroscopía puede realizarse también sin interrumpir medicación anticoagulante, pero siempre es importante comentar la situación individual al médico", sentencia la sociedad científica, al tiempo que remarca que deberá ser un urólogo especialista el que decida cuál será el mejor procedimiento terapéutico para cada paciente.

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