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Todo lo que debes saber sobre la viruela del mono

Procedente de África, este virus ya ha llegado a Reino Unido, Portugal y España, donde hay 7 casos confirmados y otros 24 en estudio.

Procedente de África, este virus ya ha llegado a Reino Unido, Portugal y España, donde hay 7 casos confirmados y otros 24 en estudio.
Erupción cutánea provocada por la viruela del mono | OMS

La expansión de la llamada viruela del mono —un virus hasta ahora desconocido para la mayor parte de la población— ha puesto en alerta a toda Europa. A los casos ya confirmados en Reino Unido y Portugal, se suman ahora 7 más en España, donde ya hay otros 24 en estudio, lo que ha hecho que las autoridades sanitarias pongan el foco en este virus procedente de África, del que hasta ahora sólo los expertos habían oído hablar.

¿Qué es la viruela del mono?

La viruela del mono o viruela del simio es considerada una infección zoonótica rara de carácter emergente y cuyo origen se sitúa en África occidental y central, donde ahora mismo es endémica.

"Fue descubierta en 1958 en colonias de monos mantenidos para labores de investigación, pero el primer caso en humanos no se notificó hasta 1970 en Bokenda, una aldea de la República Democrática del Congo", explica Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca. Además, este virus también se transmite a ratas, ratones, ardillas y perros de pradera.

¿Cuántos casos hay fuera de África?

En España, hay 7 casos confirmados y otros 24 en estudio, pero en los últimos días se han confirmado varios contagios en el Reino Unido —al menos nueve— y en Portugal, donde hay cinco confirmados y otros 15 sospechosos. Además, EEUU también habría detectado el primer caso en un hombre residente en el estado de Massachusetts.

"En el Centro de Referencia de Patología Importada de La Paz-Carlos III ya llevamos un tiempo centrados en este virus y con sesiones formativas, precisamente porque ya hace tiempo que se ha acelerado la notificación de casos fuera de África —advierte a Libertad Digital Fernando de la Calle, portavoz de la
Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc)—. Desde 2018, se han dado varios brotes en el Reino Unido, Israel y EEUU".

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas, aunque algo más leves, son similares a los de la viruela: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y erupciones cutáneas que, a menudo, comienzan en la cara y luego se extienden a otras partes del cuerpo hasta formar una costra y caer.

La principal diferencia, sin embargo, es que el virus del mono hace que los ganglios linfáticos se inflamen —lo que técnicamente se conoce como linfadenopatía—, mientras que la viruela humana, no.

¿Cómo se transmite?

La principal vía de transmisión son los fluidos y, hasta ahora, la mayor parte de los contagios se han detectado entre hombres homosexuales. El periodo de incubación suele oscilar entre 6 y 16 días, aunque puede reducirse a los 5 y extenderse a 21. La enfermedad como tal suele durar de 2 a 4 semanas. No obstante, desde la SEIMC aseguran que "cuando más contagiosa es la enfermedad es cuando las lesiones en la piel están activas", por lo que una identificación temprana del virus es fundamental para cortar la transmisión.

¿Hay algún tratamiento?

No hay ningún tratamiento ni ninguna vacuna específica para este virus. En algunos casos se han utilizado antivirales como cidofovir y ST-246, pero, tal y como subrayan desde la Seimc, "de momento es algo experimental". En este sentido, De la Calle apunta que "ahora mismo el tratamiento se basa sobre todo en evitar complicaciones, como la sobreinfección de las lesiones, alteraciones neurológicas o posibles infecciones respiratorias, como pueda ser una neumonía".

"Algunos datos indican que la vacuna contra la viruela humana tiene al menos un 85% de eficacia en la prevención de la viruela del mono —apunta Rivas—, pero el problema es que la viruela se erradicó en 1980 y, por tanto, la gente menor de 40 años no está vacunada".

¿Es una enfermedad mortal?

Según este catedrático de la Universidad de Salamanca, en África —donde la mayor parte de los pacientes son niños— "la tasa de letalidad oscila entre el 4 y 22%, en función de las zonas". En Europa, sin embargo, los casos detectados en las últimas semanas parecen ser de carácter leve, algo que el experto achaca a que aquí la variante predominante es la de África occidental, menos grave que la detectada en África central.

El mayor brote fuera de este continente se dio en EEUU en 2003, con cerca de 70 casos confirmados repartidos en 6 estados. Sólo dos pacientes padecieron enfermedad grave -ambos niños-, pero ninguno falleció.

Como en cualquier otra enfermedad, los pacientes con mayor riesgo son los inmunodeprimidos. En este caso, sin embargo, la población de mayor edad no es la más vulnerable, precisamente porque "los mayores de 60 años es probable que sí estén vacunados de la viruela".

¿Por qué ha resurgido esta enfermedad?

En primer lugar, los expertos reconocen que los países desarrollados cada vez tienen una mayor capacidad de diagnóstico, lo que hace que ahora se detecten casos que antes tal vez pudieran confundirse con otras enfermedades o infecciones. Aun así, Rivas subraya que "desde el año 2016 han sido diagnosticados más casos confirmados que en los 40 años anteriores", lo que apunta a la conjunción de varios factores.

Para empezar, a esa "reducción de la inmunidad innata de la vacuna de la viruela", pero también a "la globalización del turismo, el tráfico ilegal de especies o los mercados de animales", entre otras cosas. "Ahora la convivencia que el ser humano tiene con el entorno es mucho más estrecha y no olvidemos que es una zoonosis. Hace 50 años era casi impensable que te metieras en la selva en un viaje turístico", añade De la Calle.

¿Hay riesgo de transmisión generalizada?

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha señalado este miércoles que "no es probable que la viruela del mono vaya a generar una trasmisión importante". Sin embargo, desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica prefieren ser cautos.

"Yo prefiero ser prudente y más teniendo en cuenta lo que ha pasado últimamente —asegura De la Calle—. Hay que terminar de conocer bien al enemigo antes de vaticinar las consecuencias que puede tener, porque efectivamente puede quedar en algo anecdótico, pero por desgracia también tenemos el ejemplo de lo que ha pasado con el covid".

En cualquier caso, tanto él como el catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca reconocen que, cuando ha habido más casos fuera de África, la transmisión entre personas no ha sido muy acentuada. "Yo creo que van a aparecer más casos, que el goteo no va a parar aquí, pero quiero pensar que no va a haber una alarma sanitaria importante, porque los brotes que ha habido fuera de África son brotes que normalmente se suelen controlar, porque la enfermedad tiene una peculiaridad y es que presenta síntomas muy evidentes", señala Rivas. Sea como fuere, ambos coinciden en la importancia de tratar todos los casos en unidades específicas de aislamiento y que haya una vigilancia estrecha de los contactos.

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