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Antihistamínicos naturales en el tratamiento de la fiebre del heno

Aproximadamente 15 millones de personas en España padecen la enfermedad de la fiebre del heno. Y este número va cada vez en aumento.

Aproximadamente 15 millones de personas en España padecen la enfermedad de la fiebre del heno. Y este número va cada vez en aumento.
La fiebre de heno, o rinitis alérgica, es una reacción alérgica de las membranas mucosas al polen. | Pixabay/CC/cenczi

La fiebre de heno, o rinitis alérgica, es una reacción alérgica de las membranas mucosas al polen. Los médicos a menudo tienen dificultades con el diagnóstico, especialmente cuando los síntomas iniciales se manifiestan durante el invierno. Los primeros árboles, como el abedul o el avellano, pueden empezar a producir polen ya en febrero, mientras que las gramíneas producen principalmente su polen durante los meses de verano. Sin embargo, algunas plantas de interior y de aire libre, tales como la hiedra, la yuca y el ficus, también pueden desempeñar un papel en relación con los síntomas febriles.

Irritación de la mucosa

Cuando alguien sufre de fiebre del heno, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada cuando el polen entra en contacto con las membranas mucosas. La mucosa nasal es la primera en encontrarse con el polen y esto conduce a muchos de los síntomas más conocidos, tales como estornudos, picor y goteo nasal. También las mucosas de los ojos (ojos rojos, llorosos) y la garganta ("cosquilleo") pueden reaccionar por el polen.

En una reacción alérgica, la liberación de histamina de los mastocitos desencadena una cascada de reacciones que producen sustancias que son responsables de las características de una reacción alérgica (por ejemplo, el anticuerpo IgE).

Antihistamínicos naturales

La fiebre del heno se trata generalmente con antihistamínicos, que son algunos de los medicamentos más comúnmente recetados en el mundo. Sin embargo, también hay sustancias naturales con un efecto antihistamínico, tales como los flavonoides. De éstos, en particular el OPC (proantocianidinas oligoméricas) y la quercetina se sabe que son eficaces. La Vitamina C también tiene propiedades antihistamínicas.

Evidencia clínica

La evidencia clínica de los efectos beneficiosos de los flavonoides en la fiebre del heno proviene principalmente de los experimentos con animales. Desafortunadamente, hasta la fecha ningún estudio clínico ha sido realizado en seres humanos. En un pequeño ensayo, 39 pacientes que empezaron a tomar 50 mg de OPC diariamente cinco semanas antes del inicio de la temporada de polen presentaron síntomas menos severos de fiebre del heno que los que no tomaron OPC. Tomar OPC 7-8 semanas antes del inicio de la temporada condujo a una reducción aún mayor de los síntomas.

OPC no influye en la producción de anticuerpos contra alérgenos, de modo que una terapia con OPC no interfiere en los tratamientos de desensibilización (inmunoterapia utilizando inyecciones para la alergia, por ejemplo).

La Vitamina C también tiene un efecto antihistamínico. Los pacientes con bajos niveles plasmáticos de ascorbato sufren de mayores niveles de histamina, mientras que la suplementación con ácido ascórbico es capaz de reducir los niveles de histamina.

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