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No olvides estos consejos para cuidar tu piel en verano: ¡Prevenir el cáncer está en tu mano!

En verano estamos más expuestos al sol y esto puede pasarle factura a nuestra piel. Un daño que, con el paso de los años, puede dar lugar a un cáncer.

En verano estamos más expuestos al sol y esto puede pasarle factura a nuestra piel. Un daño que, con el paso de los años, puede dar lugar a un cáncer.
Tarde de bronceado | Unsplash/Salvador Martin Yeste

El verano para muchos es una de las mejores épocas del año. Hace mejor tiempo, pasamos más tiempo al aire libre, vamos de vacaciones, disfrutamos de más tiempo en familia y con los amigos; pero cuidado, porque cambian nuestras rutinas, nos relajamos, y estamos más expuestos al sol, algo que puede pasarle factura a nuestra piel, un daño que se puede ir acumulando con el paso de los años, dando lugar en un futuro al cáncer de piel.

"La luz solar es una energía electromagnética compuesta por luz ultravioleta, luz visible, e infrarroja. Aunque el 80% del daño biológico lo producen las radiaciones UVB, la UVA también contribuye a las mutaciones del ADN y por tanto aumentar el riesgo de cáncer de piel y el fotoenvejecimiento", advierte la doctora María Calvo, experta en dermatología del centro Olympia de Madrid, un nuevo espacio especializado en servicios de salud y promoción del deporte, que acaba de abrir sus puertas el grupo Quirónsalud.

Otros factores que influyen en la radiación recibida son: la hora del día, la latitud en la que nos encontremos (ya que la exposición UV disminuye a medida que te alejas del ecuador) y la altitud. "Asimismo, es muy importante tener en cuenta el exposoma, es decir, todos aquellos factores ambientales y de exposición a los que estamos sometidos cada persona. Se han descrito hasta siete factores externos que influyen en el envejecimiento de la piel: la contaminación, el tabaco, la nutrición, la temperatura, el estrés y la falta de sueño", mantiene la dermatóloga.

Con toda esta información es fácil de entender, según resalta la Dra. María Calvo, que es importante cuidar de nuestra piel durante todo el año, y con mayor énfasis en el verano, con una buena rutina de higiene, hidratación con productos antioxidantes y antipolución, aparte de una estricta protección solar.

Detectar el daño solar

El daño solar no se ve, según prosigue la doctora Calvo, pero sí lo que ha sufrido la piel: "El daño de la piel se va produciendo de manera insidiosa desde que nacemos, con la exposición solar crónica, que da lugar a mutaciones en el ADN celular y en los sistemas de reparación del mismo, y que juegan un papel crucial en el mantenimiento de la integridad del genoma contra agentes responsables del desarrollo tumoral".

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La doctora Calvo y su equipo | Quirónsalud

Por eso, según remarca la especialista de Olympia, se dice que la piel "tiene memoria", y que todo el daño solar previo y acumulado pasa factura posteriormente. "Hacer una estimación del envejecimiento prematuro no es fácil. Por un lado, se han aumentado considerablemente los daños provocados por el exposoma que comentaba con anterioridad, pero han evolucionado mucho los conocimientos del mismo y la manera de combatirlo", aclara la especialista.

La fórmula infalible: la fotoprotección solar

En este sentido, la Dra. María Calvo destaca que, sin duda, el protector solar ha demostrado ser "el mejor producto ‘antiaging’ que existe", al tiempo que remarca que hacer un adecuado filtro de la radiación UV crónica es lo que más va a prevenir a nuestra piel de un fotoenvejecimiento crónico.

Aquí explica que la piel tiene su propio sistema de protección frente a las radiaciones UV, y experimenta unos cambios cuando se expone a los mismos para minimizar su daño. "La epidermis, la capa más superficial, se engrosa, para bloquear el paso de la luz UV, ya que es en esta capa donde se absorben la mayor parte de las radiaciones y de los melanocitos, que son las células encargadas de producir el pigmento, fabrican una gran cantidad de melanina, que oscurece la piel dando lugar al bronceado y proporciona protección natural a cualquier exposición posterior", añade la doctora Calvo.

Así, incide en que la cantidad de melanina presente en la piel depende de factores hereditarios y de la exposición solar. "Las pieles rubias y pelirrojas son especialmente sensibles a los efectos de la radiación UV a corto y a largo plazo, debido a su menor capacidad de síntesis de melanina tras su exposición", resalta esta experta.

A su vez, alerta de que otros factores de riesgo son: la temporada del año, la hora del día, la distancia desde el ecuador, la altitud, las nubes, además de posibles superficies como el agua, la nieve, o la arena, dado que pueden reflejar los rayos UV y aumentar la exposición solar.

El cáncer de piel

Según revela el primer Libro blanco del cáncer de piel en España de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), cerca de un tercio de todos los tumores son cutáneos, fruto fundamentalmente del papel relevante que juega la exposición a la radiación ultravioleta, así como los cambios de hábitos sociales acontecidos desde hace muchas décadas. "Es por ello por lo que su incidencia aumenta constantemente año tras año".

¿Qué síntomas debe hacernos pensar que algo no va bien? La doctora María Calvo sostiene en este sentido que la piel es el órgano más extenso de nuestro organismo y tiene la gran ventaja de ser accesible a la vista. "Además, se dice que es ‘el espejo del alma’, y que muchas patologías internas, se manifiestan en la piel. Por tanto, cualquier alteración que observemos, ya sea con signos de inflamación, picor, lesiones pigmentadas que cambian o que aparecen nuevas deben ser siempre consultadas a un dermatólogo", relata.

En concreto, detalla que existen distintos tipos de cáncer de piel: el melanoma y el cáncer de piel no melanoma (carcinomas basocelulares y epidermoides). "Todos ellos se manifiestan en forma de lesiones cutáneas, pero de formas muy variadas (lunares, lesiones rosas, lesiones ulceradas etc.). Por tanto, es muy importante observar cualquier lesión nueva o que cambie para consultar cuanto antes, ya que resulta clave el poder hacer un diagnóstico precoz, fundamental para tener un mejor pronóstico", añade.

Cada cuánto revisar nuestra piel

En última instancia, la especialista de Olympia subraya que la periodicidad de las revisiones dermatológicas dependerá del riesgo individual de cada persona; y como medida general, se aconseja una revisión anual, y siempre que se observen cambios. "Normalmente se revisa la piel mejor antes de que se produzca bronceado de la misma. Olympia Quirónsalud cuenta con un equipo de expertos dermatólogos, especializados en las distintas patologías cutáneas, que ofrecen unidades específicas centradas en los últimos avances tecnológicos tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de las distintas afecciones de piel", recalca la doctora Calvo.

Y es que una de las buenas noticias que existen en torno a esta neoplasia es que su tratamiento ha evolucionado de manera exponencial en los últimos años gracias al desarrollo de la inmunoterapia y de los fármacos diana, que han permitido cambiar radicalmente el pronóstico, sobre todo del melanoma metastásico, para el cual había muy pocas opciones hace unos años", concluye.

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