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Bruxismo: ¿Por qué se produce?

El bruxismo es un trastorno por el que se rechinan los dientes, tiene multitud de causas y consecuencias. ¿Por qué se produce?

El bruxismo es un trastorno por el que se rechinan los dientes, tiene multitud de causas y consecuencias. ¿Por qué se produce?
smile, smile design, odontología | Unsplash/Sarahí Rivera

El bruxismo es un trastorno en el que se rechinan, crujen o aprietan los dientes. Si se tiene bruxismo, es posible que, de manera inconsciente, se aprieten los dientes cuando se está despierto, lo que se conoce como bruxismo diurno, o que se aprieten o rechinen mientras se duerme, conocido como bruxismo nocturno.

El bruxismo nocturno se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño. Las personas que aprietan o rechinan los dientes mientras duermen tienen más probabilidades de padecer otros trastornos del sueño, como roncar o apnea del sueño. Si la afectación es leve es posible que no se requiera tratamiento. Sin embargo, en algunas personas, el bruxismo puede ser frecuente y lo suficientemente intenso como para producir trastornos de la mandíbula, dolores de cabeza, daños en los dientes y otros problemas.

Causas del bruxismo

Para entender por qué se rechinan los dientes al dormir es importante conocer las principales causas que provocan el bruxismo. Generalmente el estrés y la ansiedad son condiciones que posibilitan ese rechinamiento en las piezas dentales. Aunque también se relaciona al bruxismo con patologías orales como la mandíbula desalienada o la ingesta de algunos medicamentos.

La causa principal del bruxismo son los cuadros de estrés. Esto provoca que durante la noche, los músculos orales no terminen de relajarse del todo, permitiendo que los dientes realicen ese rechinamiento constante, que puede generar ciertos problemas en quienes los padecen.

Síntomas del bruxismo

Cuando los dientes rechinan por la noche generalmente la persona que padece bruxismo no se da cuenta de que esto está sucediendo. Por ello, existen algunos signos que pueden alertar de que algo no va bien en la cavidad oral. Los síntomas más comunes son los dolores musculares y de huesos en la zona de la mandíbula, los dolores en las piezas dentales e, incluso, despertar con dolor de cuello o cabeza.

Las personas que padecen un bruxismo avanzado tienen un riesgo incrementado a tener caries dentales en sus dientes. También contarán con mayor sensibilidad dental y sus piezas dentales serán mucho más débiles, permitiendo que estas puedan astillarse o romperse con mayor facilidad.

La gingivitis o las enfermedades de las encías también pueden aparecer como consecuencia del rechinamiento de dientes. En algunos casos, el bruxismo provoca dolor de oídos y el bloqueo mandibular, complicando la masticación normal e, incluso, dificultando el habla.

Factores de riesgo

  • Estrés. El aumento de la ansiedad o el estrés pueden provocar el rechinamiento de los dientes. También la ira y la frustración.
  • Edad. El bruxismo es frecuente en los niños pequeños, pero suele desparecer en la edad adulta.
  • Tipo de personalidad. Tener un tipo de personalidad agresiva, competitiva o hiperactiva puede incrementar el riesgo de tener bruxismo.
  • Medicamentos y otras sustancias. El bruxismo puede ser un efecto secundario poco frecuente de algunos medicamentos psiquiátricos, como ciertos antidepresivos. Fumar tabaco, beber bebidas con cafeína o alcohol, o consumir drogas recreativas puede incrementar el riesgo de padecer bruxismo.
  • Familiares con bruxismo. El bruxismo nocturno suele ser un rasgo de la familia. Si se tiene bruxismo, es posible que otros miembros de la familia también lo tengan o lo hayan tenido.
  • Otros trastornos. El bruxismo puede estar relacionado con ciertos trastornos médicos y de salud mental, como enfermedad de Parkinson, demencia, trastorno de reflujo gastroesofágico, epilepsia, terrores nocturnos, trastornos relacionados con el sueño, como apnea del sueño, y trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Consecuencias de esta patología

Además de hipersensibilidad dental y dolor constante en los músculos faciales y en los dientes, el bruxismo puede provocar otros problemas como:

  • Hipersensibilidad aguda. Al rechinar los dientes, las piezas dentales se desgastan, astillan y rompen produciendo dolor en la zona mandibular.
  • Sensibilidad dental. Especialmente al frío, al calor y a los alimentos dulces.
  • Irradiación del dolor. El malestar puede extenderse a otros órganos produciendo dolor de cuello, oído o cabeza.
  • Insomnio. El malestar producido por el dolor puede derivar en dificultades y problemas para conciliar el sueño.

Cuando el problema del bruxismo no se corrige a tiempo suele desembocar en patologías o alteraciones articulares y en una disyunción maxilar que puede producir trismo (un síntoma que dificulta o limita la correcta apertura de la boca) e, incluso, llegar a generar una contractura muscular muy dolorosa.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son reducir el dolor, prevenir el daño dental permanente y disminuir el rechinamiento de los dientes lo más que se pueda. Estos consejos de cuidado personal pueden ayudar a aliviar el dolor:

  • Aplicar hielo o calor húmedo en los músculos de la mandíbula inflamados. Cualquiera de las dos opciones puede servir.
  • Evitar comer alimentos duros como nueces, dulces o filete.
  • Evitar masticar gomas de mascar.
  • Tomar mucha agua todos los días.
  • Dormir bien.
  • Aprender ejercicios de estiramiento fisioterapéuticos para ayudar a recuperar la acción de los músculos y articulaciones a cada lado de la cabeza para regresar a la normalidad.
  • Masajear los músculos de su cuello, hombros y cara, y buscar cuidadosamente nódulos pequeños y dolorosos, denominados puntos desencadenantes, que pueden causar dolor a lo largo de la cabeza y la cara.
  • Relajar los músculos faciales y mandibulares durante todo el día. El objetivo es hacer de la relajación facial un hábito.
  • Tratar de reducir el estrés diario y aprender técnicas de relajación.

Para evitar daño a los dientes, a menudo se utilizan protectores bucales o férulas para el tratamiento del rechinamiento y apretamiento de los dientes y de los trastornos de la articulación temporomandibular. Una férula puede ayudar a proteger los dientes de la presión del rechinamiento.

Existen muchos tipos de férulas; algunas de ellas encajan en los dientes superiores y otras en los inferiores. Estos aparatos pueden estar diseñados para mantener la mandíbula en una posición más relajada o para brindar alguna otra función. Si un tipo no funciona, el otro lo puede hacer. Las inyecciones de bótox en los músculos de la mandíbula, también han mostrado tener éxito para controlar el apretar o rechinar los dientes.

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