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El Gobierno asegura que los insectos son un alimento "seguro" en una dieta "saludable y sostenible"

El Ejecutivo mantiene su compromiso con Davos y vende las bondades "ecologistas" de una dieta que incluya bichos.

El Ejecutivo mantiene su compromiso con Davos y vende las bondades "ecologistas" de una dieta que incluya bichos.
Brochetas de escorpión en un mercado de China. | Flickr/CC/Energético

El Gobierno mantiene su compromiso con los postulados de Davos y asegura que los insectos son un "nuevo" alimento seguro, que no tienen mayor riesgo asociado a la salud que cualquier otro alimento y que permite acometer una "transición alimentaria a una dieta más saludable y sostenible" con el medio ambiente. Es la respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez a una pregunta parlamentaria formulada por Vox.

En su afán por reducir el consumo de proteínas, el Gobierno afirma que "no existen preocupaciones de seguridad derivadas del consumo de estos insectos", tal y como ha confirmado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que recientemente ha autorizado el polvo de grillo doméstico parcialmente desgrasado, así como otros productos como las larvas del gusano de la harina, la langosta migratoria y las larvas de escarabajo del estiércol, que ya pueden formar parte de pastas, galletas, salsas, sopas o chocolate.

Por ese motivo, dice el Gobierno a Vox, "no hay motivos" para pensar que existan riesgos asociados al consumo de insectos más allá de los derivados del consumo de cualquier otro alimento. Y no sólo eso, el Ejecutivo de Sánchez considera que los insectos son "una fuente de nutrientes muy saludable" con alto contenido de grasa, proteínas, vitaminas, fibra y minerales, "lo que permite facilitar la transición hacia dietas saludables y más sostenibles con el medioambiente".

También pone como ejemplo la quitina, que es una fibra alimentaria elaborada a partir del caparazón de los artrópodos (cangrejos, insectos, arácnidos...). Según el Gobierno, se trata de una fibra no soluble que no supone ningún riesgo, salvo que el consumidor sea alérgico a los crustáceos, moluscos o ácaros del polvo, una advertencia que debe leerse claramente cerca de la lista de ingredientes.

También ha recordado que los productos que contengan insectos deben cumplir con la norma general de etiquetado (Reglamento (UE) número 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor) y con los requisitos específicos de etiquetado para insectos (Reglamentos de Ejecución de la Comisión) que obliga a mostrar el nombre científico y común de la especie de insecto que incluya el producto en la lista de ingredientes.

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