Cualquier tipo de úlcera puede ser evitada y, las que surgen por presión no son menos a pesar de aparecer por movilidad reducida o envejecimiento. Su aparición puede evitarse con una adecuada valoración por profesionales de enfermería y la puesta en marcha de medidas de prevención.
¿Qué son las úlceras por presión? Son áreas de piel lesionada por permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo. ¿En qué partes del cuerpo es más fácil que salgan? Comúnmente donde los huesos están más cerca de la piel, como los tobillos, los talones y las caderas, además, es importante recordar que el riesgo es mayor si se está recluido en una cama, se utiliza una silla de ruedas o no se puede cambiar de posición. Las úlceras por presión pueden causar infecciones graves, algunas de las cuales pueden poner la vida en peligro. Para prevenir las úlceras:
- Mantener la piel limpia y seca
- Cambiar de posición cada dos horas
- Utilizar almohadas y productos que alivien la presión
¿Quién es más propenso a sufrir úlceras por presión? Las personas mayores que pasan mucho tiempo sentadas o en la misma posición y los pacientes encamados o con escasa movilidad son proclives a sufrir este tipo de úlceras. Hay que estar muy pendientes de ellas ya que pueden condicionar su calidad de vida porque tienen repercusiones físicas y psicológicas que agravan el estado de salud, aumentan el dolor y el riesgo de infección. Por lo tanto, hay que dar por tanto la importancia que se merece a la prevención porque, además, pueden aparecer en muy poco tiempo. Son claves los cambios posturales, una alimentación con el suficiente aporte de proteínas y el cuidado de la piel, sobre la que hay que mantener una vigilancia diaria.
Factores causales y de riesgo
De una parte, hay que tener en cuenta los factores causales: la presión, que es la fuerza de la gravedad que produce un aplastamiento en las zonas de apoyo, la fricción y la cizalla, que se producen cuando el paciente se desliza sobre la superficie en la que se encuentra, desencadenando el daño en los tejidos.
Por otro lado, están los factores de riesgo. Los más determinantes son la movilidad muy reducida, la incapacidad para cambiar de postura y la deficiencia nutricional. ¿Por qué la deficiencia nutricional es un factor de riesgo? Porque la escasez de nutrientes, sobre todo de proteínas, contribuyen a que la piel se deteriore y es más fácil que aparezcan las heridas. Muy importantes también son el deterioro cognitivo, la falta de higiene e hidratación y la humedad.
Eritema no blanqueante, grado uno
La presencia de un eritema no blanqueante es ya una úlcera en presión de grado uno. La piel está íntegra, pero es un área enrojecida que no blanquea con la presión y, en cuanto se reconoce, las medidas no deben demorarse. Lo primero que hay que hacer es comprobar cuál es el foco de la presión y eliminarla con los necesarios cambios posturales. El tratamiento que se suele aplicar son los ácidos grasos hiperoxigenados, que ayudan a la vascularización de la zona para que no se abra la piel.
En las úlceras por presión existen tres grados más. El segundo se produce cuando la piel pierde su continuidad pero sólo están afectadas la dermis y la epidermis. El tercero involucra a estructuras internas de la piel pero no a los elementos de sostén, que son los músculos y los huesos. El último grado tiene afectación en músculos y huesos.
Cambios posturales
- Si el paciente está sentado y tiene autonomía para realizar cambios de postura, lo ideal es realizarlos cada 15 minutos
- Hay que evitar apoyar al paciente directamente sobre sus lesiones
- Hay que evitar arrastrar al paciente, ya que esto puede agravar las lesiones
- Evitar el contacto directo entre prominencias óseas. Ejemplo: si se tiene al paciente de lado, habrá que poner una almohada entre las 2 piernas para las rodillas y los tobillos no contacten entre si
- Evitar levantar la cabecera o los pies de la cama, sólo y en caso necesario un máximo de 30º
Dispositivos de alivio de la presión
Existen en el mercado toda una serie de dispositivos diseñados para manejar la presión; son conocidos como colchones o sobrecolchones o cojines antiescaras. Hay de muchos tipos, aunque los más comunes son los sistemas de aire alternante; aunque lo que decidirá qué tipo de colchón o cojín será el riesgo que tiene la persona de padecer o sufrir úlceras por presión. No obstante, se puede hacer una clasificación según el riesgo de padecer úlceras por presión:
- Bajo riesgo: personas que no han sufrido ninguna úlcera por presión pero en que la movilidad cada vez es más limitada. El tipo de superficies que se debe utilizar son los colchones de espuma viscoelástica, sobrecolchones de aire estático o sobrecolchones de aire alternante (celdas pequeñas).
- Riesgo medio: Personas que ya han sufrido úlceras por presión u otro tipo de heridas y cuya movilidad es muy limitada. Aquí las superficies que se deben utilizar son colchones o sobrecolchones de aire alternante (celdas medianas) o superficies de baja presión continua.
- Alto Riesgo: Son personas cuya movilidad es prácticamente nula. Lo ideal es utilizar colchones de aire alternante (celdas grandes) o de baja presión continua.