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Un parapléjico vuelve a andar gracias a un dispositivo que lleva las órdenes de su cerebro a la médula espinal

El hombre perdió la movilidad de sus piernas en un accidente de bicicleta. Un dispositivo electrónico se la ha devuelto.

El hombre perdió la movilidad de sus piernas en un accidente de bicicleta. Un dispositivo electrónico se la ha devuelto.
El paciente parapléjico Gert-Jan camina gracias al dispositivo digital. | EFE

Científicos suizos y franceses han presentado este miércoles los extraordinarios resultados de una investigación para devolver la movilidad a un parapléjico mediante un dispositivo digital entrenado con inteligencia artificial.

El paciente, un neerlandés de 40 años llamado Gert-Jan, perdió la movilidad de sus piernas en un accidente de bicicleta sufrido hace doce años. Este miércoles, ha andado ante los periodistas que asistían a la presentación del estudio, publicado en Nature. "Hace cuatro años ni siquiera soñaba con algo así", declaró a Efe.

El neerlandés fue invitado a participar en el programa en 2016. Hasta entonces, sólo se había experimentado con simios. Se le colocaron dos implantes: uno en la médula espinal, y otro más complejo, un interfaz o conector entre el cerebro humano y un ordenador que, mediante 64 electrodos, recoge estímulos cerebrales y los traduce en datos digitales tras una fase de aprendizaje tanto del humano como de la máquina, gracias a la inteligencia artificial.

"Este interfaz es capaz de registrar la actividad cerebral en la superficie del córtex", explicó a Efe el investigador Guillaume Charvet, del Comisariado de Energía Atómica, institución francesa que ha trabajado en el proyecto junto al mencionado al hospital de Lausana, la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y otros organismos.

Tras las operaciones, el paciente tuvo que entrenar a la máquina imaginando el movimiento de sus piernas, una fase que requirió meses. Al hacerlo, su cerebro emitía estímulos que, mediante algoritmos, eran convertidos en datos que más tarde llegarían al implante de su médula espinal y serían convertidos en movimiento. "Fue la parte más complicada, pensar en movimiento natural tras 10 años sin intentarlo", señaló Gert-Jan.

Al principio entrenó sus movimientos sobre un avatar, una versión digital y en pantalla de sí mismo que empezó a mover con sus pensamientos, y finalmente el sistema se llevó a su propia médula espinal.

"En pocos minutos ya podía mover el avatar, así que decidimos probar a ver si podía levantarse, y cuando dio sus primeros pasos casi llorábamos al ver que había sido tan rápido", recordó en declaraciones a Efe la neurocirujana Jocelyne Bloch, otra de las principales responsables del proyecto.

El paciente camina ahora con ayuda de un andador, y el sistema cerebro-máquina, que aún no ha podido ser miniaturizado, es todavía algo aparatoso, ya que el paciente necesita unos auriculares para mandar sus órdenes mediante ondas, y un portátil apoyado en el andador para decodificarlas antes de que se emitan a la médula espinal, en cuestión de dos o tres décimas de segundo.

En cualquier caso, el avance en neurociencia es enorme, según los propios investigadores, por el importante vínculo que se ha logrado entre cerebro y máquina, utilizando además una tecnología tan prometedora como la de la inteligencia artificial.

"El siguiente paso es, por supuesto, difundir esta tecnología a más pacientes, y para ello necesitamos industrializarla", señaló Bloch, profesora tanto en CHUV como en EPFL y de la Universidad de Lausana (UNIL), otro centro vinculado al proyecto.

En este sentido, la compañía neerlandesa Onward Medical ha logrado ya apoyo de la Comisión Europea para desarrollar junto a las instituciones de la investigación una versión comercial de este interfaz digital.

Además, los investigadores destacan entre las metas a conseguir en un futuro cercano la de llevar esta movilidad a las extremidades superiores (brazos y manos) con el fin de poder ser de utilidad también a personas tetrapléjicas.

Para Gert-Jan, quien dice haber recuperado simples placeres como el de tomarse una cerveza de pie en una barra de bar junto a sus amigos, el siguiente objetivo es el de poder caminar sin ayuda del andador: "Creo que podría tomarme un año de entrenamiento", comenta.

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