En los meses de verano, con la llegada del calor y de las altas temperaturas, el cuerpo necesita aumentar la ingesta de alimentos y bebidas frías con el fin de refrescarse e hidratarse, lo que también hace que existan más posibilidades de que aparezca la temida sensibilidad dental. No obstante, esta puede mantenerse durante todo el año y ser el verano cuando más se nota.
La sensibilidad dental no es algo exclusivo de unos pocos sino que la mayoría de la gente, en mayor o menor medida, ha padecido en alguna ocasión molestias relacionadas con esta dolencia. ¿Cómo se detecta? Es sencillo ya que se caracteriza por una sensación desagradable ante estímulos térmicos provocados por alimentos o bebidas demasiado frías o calientes, así como excesivamente ácidos o dulces.
Esta sensibilidad dental, que puede concentrarse en algunas piezas dentales concretas o en una zona más extensa, se produce cuando la dentina, que es la zona interna del diente, que normalmente está recubierta por el esmalte, queda al descubierto bien por desgaste mecánico de la pieza, por haber resultado erosionada por actuación de los ácidos, o por la retracción de la encía que puede producirse con el paso del tiempo.
De hecho, según el Estudio Salud Bucodental 2023 de Sanitas, se sostiene que un 28,96% de los españoles han experimentado sensibilidad dental, un 20,17% sangrado de encías y un 16,53% caries sin tratar durante el último año. Por consiguiente, con la llegada del verano, es esencial que la población general tome medidas en relación al cuidado de la salud bucodental.
¿Qué es la sensibilidad dental?
Los problemas de sensibilidad dental afectan a un porcentaje bastante elevado de la población y resulta un error muy habitual no darle importancia. Es importante tener en cuenta que este trastorno implica un problema de salud oral y normalmente es síntoma de otra patología. No obstante, para evitar la sensibilidad dental en verano es necesario saber en qué consiste este trastorno.
Lo primero que hay que saber es que los dientes están formados por tres capas: el esmalte, la dentina y el núcleo del diente. Cuando el esmalte dental ha sufrido un desgaste severo y se debilita, la dentina queda expuesta. Esto hace que los estímulos externos provoquen síntomas como dolor y molestias, ya que los nervios dentales son más vulnerables.
Consejos para cuidar la salud bucodental
Para evitar el agravamiento de los inconvenientes bucales, es necesario considerar ciertas recomendaciones que posibiliten mantener una adecuada limpieza, incluso durante el verano:
- Mantener una buena higiene oral: Es importante cepillar los dientes dos veces al día con una pasta dental específicamente formulada para dientes sensibles. Hay que asegurarse de usar movimientos suaves y evitar cepillar con demasiada fuerza, ya que esto puede desgastar el esmalte dental.
- Considerar el uso de enjuague bucal desensibilizante: Existen enjuagues bucales diseñados específicamente para aliviar la sensibilidad dental, por lo que durante el verano es una buena idea utilizarlos.
- Evitar el consumo excesivo de alimentos y bebidas azucaradas: Los alimentos y bebidas azucaradas pueden contribuir a la caries dental y empeorar la sensibilidad, por lo que lo ideal es reducir su consumo y optar por opciones más saludables, como frutas frescas y agua.
- Limitar el consumo de alimentos ácidos: Durante el verano, es común disfrutar de frutas cítricas, bebidas gaseosas y otros alimentos ácidos. Sin embargo, estos pueden desgastar el esmalte dental y aumentar la sensibilidad, por lo que lo ideal es tratar de limitar su consumo o enjuagar la boca con agua después de ingerirlos.
- Evitar las bebidas heladas de forma abrupta: Si bien es tentador beber una bebida helada para refrescarse, hacerlo de forma abrupta puede desencadenar sensibilidad dental. En lugar de eso, lo ideal es consumir bebidas frías de forma más lenta o utilizar una pajita para minimizar el contacto directo con los dientes.
- Mantener una buena hidratación: La deshidratación puede afectar la salud bucal y aumentar la sensibilidad dental. Hay que beber suficiente agua durante el día para mantener los dientes y encías hidratados y saludables. El agua es importante y, en los días calurosos lo adecuado es consumir entre un litro y medio y dos litros de agua diariamente para asegurar una adecuada hidratación del organismo. Además, se desaconseja el consumo de bebidas con gas altas en azúcar, así como abusar de zumos especialmente cítricos que pueden dañar el esmalte dental.
- Productos hortofrutícolas: Sandía, melón, melocotón o nectarina son algunas de las frutas de estación con una elevada proporción de líquido y perfectas para ingerir a media jornada en los periodos más calurosos del año. Asimismo, el tomate, el pepino o la lechuga son hortalizas que no pueden faltar, por ejemplo, en ensaladas debido a su enorme contribución de hidratación al cuerpo.
- Utilizar protector solar labial: Los labios quemados por el sol también pueden contribuir a la sensibilidad dental, por ello, es importante aplicar regularmente un protector solar labial con un factor de protección adecuado para evitar las quemaduras solares y las molestias asociadas.