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¿Por qué es bueno nadar en agua fría contra la obesidad y el estrés?

El agua fría es un bloqueo para mucha gente, pero tiene numerosos beneficios. Ayuda con la obesidad y el estrés, ¿Qué más puede hacer?

El agua fría es un bloqueo para mucha gente, pero tiene numerosos beneficios. Ayuda con la obesidad y el estrés, ¿Qué más puede hacer?
swimming, diver, swim | Unsplash/B Mat an gelo

Darse un chapuzón en la piscina, el mar o incluso la bañera cuando hace mucho calor es un placer que todo el mundo degusta en alguna ocasión. Un baño caliente en invierno también pueden hacerlo algunos afortunados. Pero, no todo el mundo se atreve a zambullirse en el agua si la temperatura no sube de los 21 o 22ºC y hay quienes optan por el agua fría para refrescarse o nadar. ¿Hasta qué punto es saludable? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Y los riesgos?

Dentro de los beneficios de nadar en agua fría están la quema de calorías y la ayuda para combatir el estrés, de hecho, diferentes estudios han demostrado los beneficios físicos y metales de practicar la natación a bajas temperaturas. No obstante, nadar en agua fría puede parecer una excentricidad rara a los no iniciados y, desde luego se puede cuestionar la conveniencia o no de hacerlo. Pero, lo que está claro es que el agua fría es uno de los mejores aliados a la hora de acabar con el estrés y evitar la obesidad ya que permite mantener el cuerpo relajado y completamente en calma.

En España es posible hacerlo ya que hay lagos, piscinas, mares etc. donde el agua no está del todo caliente, especialmente en junio y julio. Los mares españoles también cuentan con una gran variedad térmica ya que se compaginan las playas de agua cálida del Mediterráneo con otras de agua más fría, que puede estar entre los 15 ºC y los 21-23 ºC, en el Atlántico y el Mar Cantábrico.

¿Pero es saludable zambullirse en agua fría? ¿Qué pasa cuando hace mucho calor? Bañarse en agua fría es algo sano y, de hecho, todo el mundo puede hacerlo, incluidas las personas mayores y con patologías, aunque conviene no estar demasiado tiempo si no se está nadando. No obstante hay que evitar el choque térmico adaptándose poco a poco al cambio de temperatura.

Beneficios de nadar en agua fría

  • La natación en agua fría estimula el metabolismo. El motivo es que cuando uno se sumerge en agua fría, el cuerpo se ve obligado a trabajar más para mantener su temperatura interna. Esto implica que el organismo quema más calorías para generar calor, lo que puede contribuir a la pérdida de peso y a combatir la obesidad con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que cuanto más fría esté el agua, más trabajará el cuerpo en convertir la grasa en energía. Si además estás nadando, el gasto calórico se multiplica. Además, la práctica regular de la natación en aguas frías también fortalece los músculos, mejorando la tonificación y el acondicionamiento físico.
  • Mejora la circulación. Al meterse en agua fría, el cambio extremo de temperatura causa que el cuerpo ordene al corazón bombear más sangre a los órganos. Esto es una mejora en la circulación, que causa la eliminación más rápida de las toxinas, lo que fomenta una piel más clara y sana.
  • Ayuda a combatir el estrés y la ansiedad. Nadar en agua fría también tiene un efecto positivo en la salud mental. Tanto es así que al entrar en contacto con el agua fría, el cuerpo libera endorfinas, que son conocidas como las "hormonas de la felicidad". Estas endorfinas ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede ser beneficioso para aquellos que sufren de estrés crónico o trastornos del estado de ánimo. No es nuevo que el ejercicio incrementa la producción de hormonas del bienestar, los conocidos neurotransmisores llamados endorfinas, que mejoran el humor y ayudan a eliminar el estrés y la ansiedad. Por tanto, el movimiento rítmico de la natación puede disipar los sentimientos estresantes, puesto que se mantiene la atención en el movimiento del cuerpo. Además, al sumergirse en agua fría se tiene una sensación parecida al escozor, que el cuerpo neutraliza segregando más endorfinas, éstas causarán cierta euforia al salir del agua.
  • Meditación activa. El motivo es que mientras uno nada en este tipo de entorno, se ve obligado a enfocarse en su respiración y en el presente. Algo que es clave en los ritos de meditación de cualquier tipo, por lo que esto puede ayudar a calmar la mente y a alejar pensamientos negativos, lo que se traduce en una mayor sensación de tranquilidad y equilibrio emocional.
  • Mejora la calidad de sueño. Al nadar en agua fría con regularidad, el sueño mejora. Este se debe a que el agua fría estimula el sistema nervioso parasimpático, que ayuda al cuerpo a descansar y a auto-repararse. Es un sentimiento de relajación y calma, que resultarán en una mejor calidad de sueño.
  • Mejora el sistema autoinmune. Al sumergirse en el agua fría, se experimenta algo llamado "shock de agua fría", este shock da un empujón al sistema inmune, causando una mayor producción de células sanguíneas y de antioxidantes, que ayudan a combatir enfermedades como el resfriado común o la enfermedad cardíaca. La euforia que causa nadar en agua fría supera con creces la sensación, desagradable en general, que puede causar sumergirse en ella.

Los riesgos de nadar en agua fría

Sin duda los beneficios son atractivos, pero antes de zambullirse hay que tener bien claros los riesgos, sobre todo en aguas abiertas, como el mar, los ríos o los lagos. Sólo se logran estos beneficios si se nada en seguridad, conociendo los propios límites y las consecuencias de querer ir demasiado deprisa. Incluso antes de zambullirse, se dan los riesgos siguientes:

  • Hipotermia. Se puede hablar de hipotermia cuando la temperatura del cuerpo desciende por debajo de los 35ºC, teniendo en cuenta que la temperatura normal del cuerpo es entre 36,5 y 37ºC, lo que puede ser serio si no se detecta y se trata a tiempo. Este es un riesgo real para los nadadores de aguas frías, especialmente en los meses más fríos, ya que el cuerpo comienza a enfriarse en cuanto empieza la exposición al frío, al quitarse la ropa. Al bañarse, el cuerpo continúa enfriándose y, al salir del agua, mientras se seca, el cuerpo sigue gradualmente en su bajada de temperatura.
  • Shock de agua fría. Es la respuesta involuntaria del cuerpo a verse sumergido en agua fría. Lo que produce que se contraigan los vasos sanguíneos y el corazón funcione más de prisa. Causa el jadeo y la aceleración de la respiración, no obstante, no es de una gran preocupación ya que el shock dura apenas minuto y medio. No obstante, la mejor manera de evitarlo es meterse despacio en el agua y, en ningún caso es conveniente zambullirse rápidamente.
  • Sabañones. Los sabañones no son producto del baño en agua fría, pero pueden aparecer si después del agua fría el cuerpo se calienta demasiado rápido. Estas pequeñas ampollas, que aparecen en las extremidades, como los dedos y los dedos de los pies, incluso en las orejas, después de exponerlos al frío, no son graves, pero pueden picar y resultar muy incómodas. La manera de evitarlas es no entrando en calor de manera demasiado abrupta.

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