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¿Cuánto calor es soportable para el cuerpo humano? ¿Dónde está el límite?

El calor excesivo es malo para el organismo pero, ¿A partir de cuántos grados? ¿En qué afecta al cuerpo humano el calor?

El calor excesivo es malo para el organismo pero, ¿A partir de cuántos grados? ¿En qué afecta al cuerpo humano el calor?
MADRID, 01/08/2023.- Varios niños se refrescan en el parque Isabel II, en Madrid, este martes. EFE/ J.P.Gandul | EFE

El cuerpo humano tiene unos límites, de dolor, de calor etc, pero no siempre se conocen o están claramente marcados. Además, cada persona tiene sus propios límites, así pues, el umbral del dolor por ejemplo varía mucho de unas personas a otras. Incluso, entre hombres y mujeres existen variaciones de estos umbrales, tanto de calor como de dolor etc. Por tanto, ¿Qué pasa con el calor? ¿En qué momento es malo para el organismo?

El cuerpo humano está diseñado para funcionar dentro de un rango de temperatura específico, conocido como la "temperatura corporal normal". En promedio, esta temperatura es de aproximadamente 37°C, y cualquier desviación significativa de este valor puede tener efectos perjudiciales para la salud. Pero, ¿Cuánto calor es soportable para el cuerpo humano? ¿Cuál es el límite? Conocer los efectos de las temperaturas intensas sobre el metabolismo humano y a partir de qué niveles su funcionamiento se dificulta es importante para adoptar medidas en cuanto a organización del trabajo, el ocio, el deporte, la medicina e incluso la realización de viajes internacionales, entre otros aspectos.

¿Cuándo es demasiado calor?

Se considera que una persona está expuesta a demasiado calor cuando su tasa metabólica en reposo aumenta demasiado rápido. Esto teniendo en cuenta que la tasa metabólica basal es la cantidad mínima de energía que una persona necesita, en estado de reposo, para llevar a cabo las funciones vitales necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, como pueden ser el bombeo del corazón, la respiración o la regulación de la temperatura corporal. Por tanto, esta tasa metabólica basal, en condiciones de mínimo estrés ambiental y fisiológico, es la energía que se necesita simplemente para mantener vivas a las células. A su vez la tasa metabólica mide la conversión de la energía química en calor. De manera general, puede decirse que las reacciones metabólicas se ralentizan a temperaturas bajas y se aceleran en condiciones de altas temperaturas.

Por todo ello, los cambios en la temperatura exterior inducen una activación de los mecanismos compensadores de regulación de la temperatura como son la sudoración, la vasodilatación, la sensación de sed o la hiperventilación en el caso de aumento de temperatura. Esto ha impulsado una investigación en la Universidad de Roehampton, en el Reino Unido, para identificar la temperatura crítica superior para los humanos. Esta se sitúa, de modo general, a partir de los 40 °C, nivel por encima del cual se produce un aumento en los costos de energía metabólica y los mecanismos de compensación de los que dispone el organismo empiezan a dejar de ser efectivos.

Además, lo que en este estudio se observa es que la tasa metabólica en reposo, que es la medida de la cantidad de energía que consume el cuerpo humano para seguir funcionando, puede ser mayor cuando las personas están expuestas a determinadas condiciones de calor y humedad. Curiosamente hasta ahora se había trabajado mucho sobre el rango de temperaturas en el que las diferentes especies animales prefieren vivir en términos de que sus tasas metabólicas sean mínimas y, por lo tanto, su gasto de energía sea bajo, pero, extrañamente, la información está mucho menos disponible para los humanos.

No obstante, hay que tener en cuenta que todo depende de muchos factores, como el sexo, la edad o la actividad de cada persona. Aun así, si se supera la barrera de los 40ºC, la situación comienza a ser peligrosa, ya que aumenta la tasa metabólica basal. En el caso de los humanos, por debajo de los 40ºC se mantiene muy estable, pero al pasar esta barrera comienza a aumentar rápidamente, sobre todo cuando la humedad es también elevada.

Es ahí donde pueden empezar a aparecer los riesgos. Pero, por supuesto, el cuerpo humano tiene mecanismos naturales para regular su temperatura interna y mantenerla dentro de límites seguros. Uno de ellos es el sudor, que ayuda a enfriar el cuerpo a medida que el agua se evapora de la piel. Sin embargo, en condiciones de calor extremo y alta humedad, este sistema puede verse sobrepasado y dar lugar a la hipertermia, un aumento peligroso de la temperatura corporal.

Hay que tener en cuenta, como se ha dicho anteriormente, que el límite de calor soportable varía según la persona y las condiciones ambientales. Algunos factores que influyen en la tolerancia al calor son la edad, el estado de salud, la aclimatación, la hidratación y la ropa que se esté usando. Las personas mayores, los niños y aquellos con ciertas condiciones médicas pueden ser más susceptibles a los efectos negativos del calor excesivo.

¿Por qué es peligroso que aumente la tasa metabólica basal?

Los seres humanos son animales endotermos, esto quiere decir que mantienen una temperatura corporal constante, independiente de la temperatura ambiental, y su temperatura interna se encuentra alrededor de los 36,5ºC sin importar que en la calle haya 10ºC o 39ºC. Esto se consigue gracias a mecanismos como la sudoración, que no es más que la liberación de un líquido que, una vez en la superficie de la piel, se evapora, extrayendo calor del cuerpo.

Esto permite también mantener la tasa metabólica estable y baja, gastando el mínimo de energía posible cuando se está en reposo. Pero, desgraciadamente, todo tiene un límite. Tanto es así que en muchos animales se ha estudiado que, si se excede cierta temperatura, la tasa metabólica se dispara, con consecuencias que afectan a su salud.

Las mujeres responden peor al calor intenso

Un aspecto importante es esclarecer cómo la función cardíaca se ve afectada por temperaturas superiores a la considera crítica y cómo los efectos sobre el corazón varían entre personas con diferentes características, como la edad y el estado físico. Aunque no se sabe con certeza el por qué de esta diferente respuesta, se cree que puede estar relacionada con la diferente fisiología cardiaca entre hombres y mujeres, de modo que en estas últimas un aumento de la frecuencia cardíaca como mecanismo de adaptación a la subida de las temperaturas no se traduce de forma tan efectiva en una compensación de la temperatura corporal.

Hay que recordar que tanto el experimento realizado en Reino Unido como el de España consistieron en ir elevado la temperatura desde los 28 grados de temperatura óptima e ir monitorizando los efectos en el organismo de los participantes. Así, se puedo ver que a partir de los 40 grados el organismo empieza a resentirse y por encima de los 50 grados aumenta significativamente el riesgo de estrés térmico y de fallecimiento por golpe de calor si esa temperatura se mantiene más allá de una hora.

A partir de 40 grados ¿Qué ocurre?

Lo que sucede es que por encima de los 40 grados centígrados de temperatura exterior los mecanismos de adaptación internos empiezan a fallar y tiene como consecuencia un aumento de la temperatura corporal. Es como si la persona tuviera fiebre y eso a partir de unos 39 grados cuando la causa es el calor entraña riesgo.

Hay que tener en cuenta que en climas extremadamente cálidos, como en el desierto, la temperatura ambiente puede superar los 40°C o incluso más. Por lo que, en estas circunstancias, la exposición prolongada al calor puede llevar a la insolación o golpe de calor, una condición potencialmente mortal en la que el cuerpo no puede enfriarse adecuadamente. Los síntomas incluyen confusión, piel seca y caliente, pulso rápido y mareos.

Además, el calor también puede afectar la función cardiovascular, ya que el corazón debe trabajar más para mantener la temperatura corporal en niveles seguros. Las altas temperaturas también pueden aumentar la pérdida de líquidos a través del sudor, lo que puede conducir a la deshidratación si no se reemplaza adecuadamente.

Para evitar el peligroso exceso de calor, es esencial tomar precauciones cuando las temperaturas son altas. Usar ropa ligera y transpirable, mantenerse bien hidratado, evitar la exposición prolongada al sol y buscar lugares frescos o con aire acondicionado son medidas importantes para prevenir problemas de salud relacionados con el calor.

Mecanismos de termorregulación del ser humano

El principal mecanismo de adaptación a las temperatura elevadas es la sudoración, que es una de las formas de termorregulación que tiene el organismo para reducir el exceso de calor, al evaporarse el sudor.

Otro mecanismo de adaptación al calor se produce a través de la regulación del sistema nervioso vegetativo, con dilatación de los capilares y las pequeñas arterias del tejido subcutáneo. Esto trae consigo un descenso en el flujo sanguíneo que llega a músculos y vísceras. Por eso se recomienda no realizar ejercicio físico intenso cuando la temperatura es elevada, dada la mayor demanda de flujo sanguíneo asociada ya al calor, con lo que el corazón puede no lograr responder simultáneamente a los requerimientos que conlleva la actividad deportiva.

Además, los expertos destacan la importancia de la hidratación adecuada cuando el calor aprieta para compensar no solo la pérdida de agua sino también de electrolitos que se pierden con la sudoración, principalmente el sodio. Y es que cuando el sodio disminuye las células tanto musculares como cardíacas, así como las neuronas se arrugan al deshidratarse por dentro, debido a la alteración de los mecanismos iónicos de funcionamiento.

Por qué la sangre se vuelve más viscosa

Además, la pérdida de líquido hace que la sangre se vuelva más viscosa, lo que aumenta el riesgo de que se forme un trombo en las arterias que puede derivar en un infarto. Por eso cuando la temperatura es elevada y con ello la sudoración se recomienda también el consumo de bebidas isotónicas, que tienen la misma concentración de sodio que la sangre.

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