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Farmacéuticos alertan de los riesgos de mezclar alcohol con analgésicos comunes

El uso crónico de paracetamol o ibuprofeno y el consumo de alcohol aumenta el riesgo de efectos secundarios.

El uso crónico de paracetamol o ibuprofeno y el consumo de alcohol aumenta el riesgo de efectos secundarios.
Unsplash/Ksenia Yakovleva

La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) ha publicado algunas claves sobre el consumo de ciertos medicamentos y la interacción con el alcohol. "En general el riesgo de esta interacción es algo que se conoce, de hecho, se informa de ello en los prospectos de los medicamentos, pero a veces no se le da la importancia debida a las implicaciones y daños que puede ocasionar el mezclar alcohol y medicamentos", afirma José Manuel González de la Peña Puerta, miembro del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la SEFAP.

Los efectos adversos más comunes debido a la mezcla son náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos, y somnolencia; y en casos más graves hemorragias, alteraciones cardíacas o dificultad respiratoria.

Entre los tratamientos con más efectos secundarios en caso de mezclarse con alcohol se encuentran los somníferos o los medicamentos para el abordaje de problemas de salud mental, así como aquellos utilizados para la diabetes, para el control de la tensión o para evitar trombos. Concretamente, desatacan el caso de los fármacos para la diabetes, que al tomar también alcohol puede disminuir el azúcar en sangre, provocando mareos y pérdidas de conocimiento.

En el caso de los somníferos y fármacos para la ansiedad, recuerdan que el alcohol y los sedantes disminuyen la actividad en el cerebro. Juntos, pueden aumentar el sueño, dar mareos y pérdida de equilibrio. En cuanto a los fármacos para la tensión, el alcohol puede causar un mayor efecto y aumentar el riesgo de mareos, desmayos y caídas.

Respecto a los medicamentos que disminuyen la coagulación de la sangre, se aumenta el riesgo de sangrados graves al tomarlos juntos; mientras que con antibióticos como metronidazol, el alcohol pueden causar enrojecimiento del rostro, vómitos, dolor de cabeza y se acelera el corazón.

Por otro lado, la edad también puede ser un factor que aumente los riesgos de esta combinación; así recuerdan que las consecuencias se multiplican en personas mayores de 65 años. "El envejecimiento hace que el metabolismo se vea enlentecido, lo que se suma a que en muchas ocasiones este grupo de población toma medicamentos más proclives a interactuar con el alcohol, por lo que deberían extremar las precauciones", aconseja González de la Peña.

El caso de los analgésicos

Los farmacéuticos dan especial relevancia a analgésicos y antiinflamatorios como ibuprofeno o paracetamol, debido a su uso común para tratar dolores o cuadros febriles.

El experto reconoce que si la utilización de estos fármacos es puntual, el riesgo no es tan alto, pero en todo caso señala que su mezcla no es lo más aconsejable, ya que tanto el alcohol como el paracetamol se degradan en el hígado, por lo que tomarlos juntos podría sobrecargar el órgano aumentado el riesgo de toxicidad hepática.

"Al tomar alcohol podría aumentarse fundamentalmente el riesgo de gastritis o úlcera gástrica, siempre y cuando su utilización sea crónica, ya que podría potenciar este efecto adverso", sostiene el portavoz del Comité de Pacientes y Ciudadanía de SEFAP.

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