
El colesterol es una sustancia que se encuentra en la sangre y que, en niveles adecuados, es necesaria para algunas funciones vitales del cuerpo, entre ellas la formación de células sanas. Sin embargo, si el colesterol supera los 240mg/dl se producen más lípidos de los necesarios, y éstos comienzan a formar depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Con el tiempo, estos depósitos crecen y dificultan el flujo sanguíneo a través de las arterias. Incluso pueden llegar a formar coágulos, provocando ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Pero, ¿Qué es realmente el colesterol? Es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre, que inicialmente, cuando se considera ‘bueno’ (HDL - lipoproteínas de alta densidad) ayuda en la formación de células y otras funciones del cuerpo; sin embargo, los altos niveles de colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) incrementa el riesgo de una enfermedad cardíaca. Hay que tener claro que el colesterol HDL, o ‘bueno’, recoge el exceso de colesterol y lo lleva de nuevo al hígado, mientras que, el colesterol LDL se acumula en las paredes de las arterias, lo que genera su endurecimiento y estrechamiento. Y, ¿Cómo se llega a tener alto el colesterol? El colesterol LDL o malo normalmente se obtiene tras una alimentación rica en grasa saturada, por lo que lo ideal es consumir alimentos sanos como las frutas y las verduras, los productos lácteos bajos en grasa y frutos secos, entre otros.
Hay que tener claro que la hipercolesterolemia o elevación de los niveles de colesterol en sangre por encima de los valores considerados adecuados (actualmente 240-250 mg/dl) es una alteración silente. No hay síntomas salvo que la acumulación de colesterol se haya producido durante años y esto derive en trastornos que pueden ser de diversa índole. No obstante, la piel y los pies pueden esconder señales de que algo no va bien en las arterias.
Para hacerse una idea de lo necesario que es el colesterol para el organismo solo hay que pensar que es una sustancia clave para construir la estructura celular. Siempre que se encuentre en sus niveles óptimos (200 mg/dl), no hay problema. En realidad, según una Encuesta de Salud de la Fundación Española del Corazón, el 22,8% de los españoles tiene hipercolesterolemia, dato que el Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA) ha llegado a duplicar asegurando que la mitad de la población española la padece y que solo el 46,8% de las personas afectadas son realmente conscientes de ello. Uno de los problemas es que tener el colesterol alto no suele manifestarse de forma evidente, siendo necesaria una analítica de sangre para detectarlo.
Lo que ocasiona el colesterol alto
Aunque el colesterol alto, no presenta síntomas, en algunos casos suelen aparecer bultos de color amarillo debido al exceso de grasa que tiene el cuerpo. Además, cuando los niveles son extremadamente altos pueden ocasionar:
- Derrame cerebral: un accidente cerebrovascular ocurre cuando el cerebro deja de recibir sangre y sus células empiezan a morir. Es de tal importancia actuar de manera inmediata para impedir daños mayores en él.
- Ataque del corazón: un infarto sucede por la obstrucción de un coágulo en una arteria coronaria, que transporta sangre y oxígeno al corazón, lo que quiere decir que las células cardíacas mueren por falta de flujo sanguíneo.
Por tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que tanto los accidentes vasculares cerebrales y los ataques al corazón suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro, que en muchos casos se debe a la acumulación de grasa en los vasos sanguíneos que permiten el paso de la sangre al cerebro y al corazón.
¿Cómo detectar el colesterol alto?
En términos generales no hay signos externos del colesterol elevado que puedan ser detectados en la exploración física de una consulta médica. Sin embargo, aunque en muchas ocasiones no presenta síntomas claros, puede manifestarse de formas indirectas y sutiles en distintas partes del cuerpo, incluidos la piel y los pies. La conexión entre el colesterol alto y estos síntomas puede no ser evidente de inmediato, pero es importante estar atento a ciertas señales que podrían indicar niveles elevados de lípidos en la sangre.
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Trastornos cutáneos
La grasa puede esconderse bajo la piel de partes tan variadas del cuerpo como los párpados (denominándose en estos casos xantelasmas), los tendones (xantomas) y también bajo la piel en las palmas de las manos, los codos o los talones. Se trata de trastornos cutáneos que delatan que esa persona sufre hipercolesterolemia por predisposición genética.
Los xantomas, que son depósitos de grasa que pueden aparecer como pequeñas protuberancias o placas amarillentas, generalmente se encuentran en partes del cuerpo como los codos, rodillas, tendones, manos, pies o incluso en los párpados. Aunque no suelen ser dolorosos, los xantomas son un indicativo claro de que los niveles de colesterol están altos y que las grasas están acumulándose en el cuerpo de una manera anormal. Además, un nivel alto de colesterol puede llevar a un flujo sanguíneo inadecuado y, como resultado, provocar una piel seca y agrietada, especialmente en áreas donde la circulación es limitada, como los pies.
Pero además, la presencia de uñas quebradizas o de crecimiento lento, es un signo de colesterol alto que tiene su explicación científica. Y es que, según explica la Fundación Británica del Corazón, cuando el flujo sanguíneo empeora, el cuerpo no puede suministrar suficiente sangre, nutrientes y oxígeno a la piel y a los tejidos blandos. Esto generalmente ocurre en los pies, ya que están más alejados del corazón. Incluso la pérdida de pelo en piernas y pies, el entumecimiento, cansancio o desgaste en las piernas; las llagas abiertas en los pies y las piernas que no cicatrizan también pueden ser indicativos.
- Los pies alertan del colesterol alto
La enfermedad arterial periférica es una patología originada cuando se acumula grasa en las arterias en unos niveles que limita el flujo sanguíneo a las piernas. Esto produce otro de los posibles signos externos de la hipercolesterolemia, en este caso en los pies. Las uñas quebradizas de los pies así como su crecimiento lento pueden ser también señales de alerta.
Pero, ¿Qué es la enfermedad arterial periférica? La enfermedad arterial periférica (EAP), se produce cuando las arterias que suministran sangre a las extremidades se obstruyen debido a la acumulación de placa. Esto puede llevar a síntomas como dolor y calambres en las piernas y pies durante actividades como caminar o subir escaleras. La EAP también puede causar cambios en el color de la piel de los pies, que pueden lucir pálidos, azulados o incluso oscuros.
Otros síntomas asociados con el colesterol alto son las llagas en los dedos de los pies, el entumecimiento de las piernas y el dolor, además de la falta de crecimiento en las uñas de los pies, mismos que se desarrollan con la enfermedad arterial periférica.
Factores de riesgo evitables
Si bien puede existir predisposición genética para la hipercolesterolemia manifestada en esos depósitos de grasa bajo la piel, la población general está en riesgo de aumentar sus niveles óptimos de colesterol de no seguir unos hábitos de vida saludables. Hay una combinación ganadora en sentido negativo que empezaría por una dieta poco saludable, rica en grasas saturadas y azúcares, acompañada por la falta de ejercicio, el alcohol y el tabaco.