La manicura rusa, conocida por su acabado impecable y pulido, se ha popularizado a nivel global como una alternativa moderna a la manicura tradicional. Este procedimiento se diferencia por el uso de una lima eléctrica, también llamada torno, que se emplea para levantar, exfoliar y eliminar las cutículas, así como para alisar la superficie de la uña.
A diferencia de la técnica clásica, donde las uñas se liman y las cutículas se hidratan tras un remojo previo, la manicura rusa se realiza en seco. Este método permite un acabado más limpio y duradero, dejando las uñas con unos bordes suaves y definidos. Sin embargo, esta técnica no está exenta de riesgos, según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
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— OCU (@consumidores) November 22, 2024
La función de las cutículas
La cutícula es una parte fundamental de la estructura de la uña. Actúa como una barrera natural que protege contra la entrada de bacterias, hongos y otros agentes patógenos. La eliminación total o excesiva de esta capa protectora, como ocurre en la manicura rusa, compromete la función defensiva de las cutículas y expone a la persona a posibles complicaciones.
La Academia Americana de Dermatología señala que esta práctica puede derivar en problemas como:
- Infecciones locales, como la paroniquia: La exposición de la piel circundante facilita la entrada de bacterias y hongos. Esto puede provocar inflamación, enrojecimiento y, en algunos casos, supuración.
- Distrofia ungueal: Se trata de una alteración de la estructura natural de la uña que puede manifestarse con decoloración, debilitamiento o deformación permanente.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) resalta que, aunque la eliminación de las cutículas se promociona como un paso imprescindible para un acabado perfecto y de mayor duración, esta práctica puede resultar contraproducente para la salud de las uñas.
Las alternativas a la manicura rusa
Frente a los riesgos asociados a la manicura rusa, la OCU aboga por opciones que embellezcan las uñas sin comprometer la función protectora de las cutículas. Por ello, la organización recomienda evitar su eliminación completa y optar por hidratarlas y mantenerlas en buen estado.
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"Las cutículas no son un problema estético, sino una parte esencial de la salud de la uña", ha insistido la OCU. Además, aclara que el mensaje de que las cutículas deben eliminarse para lograr un acabado limpio es erróneo y puede derivar en complicaciones que afectan tanto a la estética como a la funcionalidad de las uñas.
Por otro lado, se anima a las personas interesadas en este tipo de manicura a acudir a centros especializados que cumplan con estrictos protocolos de higiene y seguridad. Esto incluye el uso de herramientas esterilizadas y la formación adecuada de los profesionales que realizan el procedimiento.
La manicura rusa, aunque es atractiva por sus resultados visuales, puede comprometer la salud de las uñas si no se realiza con cuidado. La OCU invita a valorar los riesgos y a optar por métodos menos invasivos que prioricen el cuidado integral de las uñas.
Además, destaca la importancia de informarse adecuadamente antes de someterse a cualquier tratamiento estético, recordando que la protección y la prevención son esenciales para evitar problemas futuros.