Un estudio de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo dependiente de Naciones Unidas, situó a España como el país con mayor consumo de benzodiacepinas a nivel mundial. Una nueva encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirma que esta tendencia persiste, planteando una preocupación significativa sobre el uso de este tipo de fármacos en el país.
La OCU llevó a cabo este análisis entre una muestra representativa de la población española, formada por individuos de entre 18 y 70 años. El objetivo fue evaluar si se había logrado reducir el consumo de estos medicamentos tras el estudio inicial de la JIFE. Los datos obtenidos revelan que "el 42% de los encuestados admitió haber consumido tranquilizantes o pastillas para dormir en los últimos cinco años. De ellos, el 33% los utilizó en el último año y, actualmente, el 22% de la población española sigue tomando estos fármacos de manera habitual".
Los grupos más afectados
El estudio señala que las mujeres y los jóvenes de entre 25 y 29 años figuran como los principales consumidores de benzodiacepinas. Este dato resalta un patrón de género y edad en el uso de tranquilizantes, subrayando la necesidad de examinar los factores sociales y culturales que podrían influir en estas cifras.
Además, la encuesta destaca la recurrencia con la que estos medicamentos se prescriben para tratar la ansiedad y el insomnio, dos problemas cada vez más comunes en la sociedad española. Según la OCU, esta tendencia podría estar vinculada a un aumento del estrés y de los trastornos psicológicos en los últimos años, derivados en parte de situaciones como la pandemia de COVID-19 y las crisis económicas.
¿Qué son las benzodiacepinas y cómo funcionan?
Las benzodiacepinas son fármacos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central. Se utilizan principalmente para tratar afecciones como la ansiedad, el insomnio y los espasmos musculares. Introducidas en 1960, estas sustancias potencian el efecto del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA), que reduce la actividad neuronal en el cerebro. Al estimular la acción de GABA, las benzodiacepinas inducen a la relajación, disminuyen la ansiedad y facilitan el sueño.
Aunque su efectividad es ampliamente reconocida en tratamientos a corto plazo, el uso prolongado de benzodiacepinas puede generar dependencia y otros efectos secundarios. Por esta razón, su consumo debe ser controlado estrictamente bajo supervisión médica, según señala la OCU.
Un llamado a un consumo responsable
Ante estos datos, la OCU insta a tomar medidas para fomentar un uso responsable de estos medicamentos en España. La organización destaca la importancia de seguir las indicaciones médicas y evitar la automedicación, especialmente en un contexto donde el estrés y la ansiedad parecen haberse normalizado en la rutina diaria de muchas personas.
#Salud El 22% de los españolas toma pastillas para dormir o para la ansiedad .
— OCU (@consumidores) November 27, 2024
💊Organizamos una jornada de salud para concienciar sobre los problemas que el uso excesivo de tranquilizantes pueden ocasionar. #PastillasLasJustashttps://t.co/wIqc3BBvvc https://t.co/GNy1LId8Kq
Asimismo, la OCU recomienda explorar alternativas no farmacológicas para manejar estos problemas, como la terapia psicológica, las técnicas de relajación o los cambios en el estilo de vida. Según los expertos, representantes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, del Consejo General de la Psicología de España o del Consejo General de Farmacéuticos, que participaron en la jornada "La vida sin tranquilizantes es posible", estas opciones pueden ser igualmente efectivas para tratar el insomnio o la ansiedad, sin los riesgos asociados al consumo prolongado de benzodiacepinas.