
Con la bajada de las temperaturas es habitual que algunas personas experimenten molestias en las manos, en los pies, así como en otras zonas del cuerpo que se encuentran expuestas a las bajas temperaturas, como es el caso de la nariz, de las orejas y de los pezones. Y es que el frío del invierno es el responsable, en muchas ocasiones, del agravamiento de algunas enfermedades reumáticas.

Estas molestias suelen deberse a problemas en la microcirculación, es decir, a problemas en los pequeños vasos sanguíneos que llevan la sangre a los extremos del cuerpo, explica la doctora Lola Bursón, reumatóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla. Por esa razón, es indispensable que se acuda a un médico de referencia en caso de presentar más dolor del habitual, así como si se detecta un cambio de coloración en los dedos de las manos, o bien los temidos sabañones.
"Ante la presencia de sabañones, fenómenos de Raynaud o síntomas similares es fundamental acudir a un reumatólogo para evaluar si los síntomas son leves y primarios, o bien si están relacionados con enfermedades subyacentes más graves. Los sabañones y los fenómenos de Raynaud son dos afecciones que empeoran con el frío, pero que pueden prevenirse y manejarse con las medidas adecuadas", remarca esta experta.
Fenómeno de Raynaud o cuando los dedos cambian de color
En concreto explica que el fenómeno de Raynaud se manifiesta con episodios en los que los dedos cambian de color, primero blanco por falta de riego sanguíneo, segundo azulado por falta de oxígeno, y tercero rojizo cuando se recupera la circulación.
"Aunque no todos los pacientes sufren todos estos cambios de color, este fenómeno es la consecuencia de una reacción brusca de cierre de los vasos sanguíneos como respuesta a ciertos desencadenantes, fundamentalmente el frío o el estrés", apunta la reumatóloga.
Pero no queda ahí, según prosigue esta experta del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, porque también el fenómeno de Raynaud suele acompañarse de dolor, así como de entumecimiento, y de hormigueo.
"En la mayoría de los casos, si bien es molesto, es un fenómeno transitorio que no deja lesiones. En otras ocasiones es parte de un síndrome asociado a trastornos graves como enfermedades autoinmunes, en cuyo caso los síntomas pueden ser mucho más serios, llegando a producir úlceras, necrosis e incluso requerir amputaciones", incide la doctora Bursón.
Si hay sabañones también debes preguntar
Por otro lado, esta reumatóloga sostiene que también se debe preguntar a un reumatólogo si aparecen los sabañones con el frío, en términos médicos ‘perniosis’ o ‘eritema pernio’: "Se trata de lesiones inflamatorias progresivas y aditivas que aparecen en la piel por la exposición prolongada al frío y a la humedad".
Tal y como describe esta especialista, los sabañones se caracterizan por enrojecimiento, hinchazón, y escozor. "En los casos más graves pueden aparecer ampollas y fisuras en la piel que pueden infectarse. También pueden acompañarse de inflamación de las articulaciones de las manos y limitar la movilidad", advierte.
Pautas para mejorarlos
Entre las diferentes pruebas que se pueden realizar durante el estudio de estos síntomas, la doctora Bursón destaca que una de las "más útiles" es la capilaroscopia: "Se trata de una técnica sencilla y no invasiva que estudia los pequeños vasos de la base de las uñas con un microscopio especial. Permite valorar la salud de los capilares y detectar alteraciones que podrían indicar la presencia de enfermedades sistémicas, como las autoinmunes. También facilita un seguimiento a largo plazo para vigilar la evolución de la enfermedad".
Por otro lado, tal y como señala, existen ciertos factores generales que predisponen a padecer estos síntomas: exposiciones prolongadas al frío y a la humedad, como sucede en quienes trabajan en exteriores o en cadenas de frío; mujeres, especialmente jóvenes, y personas delgadas (incluyendo a personas con anorexia nerviosa), ya que retienen menos calor corporal; fumadores y personas con factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, colesterol elevado o diabetes, ya que estas condiciones afectan la circulación; personas con condiciones que dificultan el flujo sanguíneo, como ciertos trastornos hematológicos y oncológicos; así como personas con enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico, síndrome antifosfolípido, o esclerosis sistémica.
Para ello, la especialista del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Lola Bursón recomienda el uso de guantes y de calcetines térmicos, especialmente en ambientes fríos o húmedos, antes de que se aprecien los síntomas, puesto que después es mucho más difícil controlarlo.
También aconseja evitar cambios bruscos de temperatura, por ejemplo, al sentir el frío tras una ducha muy caliente; y fumar, en todas sus formas, incluyendo vapear. "Igual de importante es hidratar la piel y mantener una buena salud general, ya que una piel bien hidratada es más resistente al daño, y una buena dieta reduce el envejecimiento y el atasco de los vasos sanguíneos, así como el efecto cardiovascular, y sobre el metabolismo del ejercicio estimula la circulación", concluye esta experta.