
La primavera está a la vuelta de la esquina y, aunque para muchos es la mejor estación gracias a la llegada del buen tiempo, para los alérgicos al polen supone un auténtico sufrimiento.
Este año, el inicio de la estación floral llega pasada por agua. Aunque las precipitaciones pueden reducir la cantidad de polen en el aire al eliminarlo y también disminuir otros alérgenos –como el polvo y la contaminación–, posteriormente, las alergias empeoran. La humedad generada por las lluvias continuas puede favorecer el crecimiento de moho y hongos en el ambiente, lo que agrava las alergias respiratorias.
Asimismo, después de las precipitaciones, muchas plantas –incluidas las gramíneas– pueden generar grandes cantidades de polen de manera concentrada, causando un repunte en los síntomas alérgicos. Las lluvias prolongadas también pueden alterar los ciclos de floración de algunas plantas, provocando que la polinización se alargue y, en consecuencia, la temporada de alergias. De hecho, según expertos, después de temporadas de lluvias, el pico de polen de gramíneas es más intenso.
El polen de las gramíneas
Entre los pólenes que más alergias provocan, las gramíneas son de las más comunes. Estas plantas se extienden por todo el planeta y son aquellas que tienen forma de espiga. Producen una gran cantidad de polen que se dispersa a grandes distancias. Sin embargo, suele depositarse en zonas próximas a donde se encuentra la planta.
En España, las gramíneas se encuentran tanto en el norte como en el centro y en el sur, siendo la zona del Mediterráneo la menos afectada. Los meses de primavera, concretamente de abril a junio, son los de mayor polinización.
El polen de estas plantas provoca fácilmente síntomas alérgicos, como rinitis o incluso asma. Durante los meses más críticos, produce una importante alteración en la calidad de vida de las personas que sufren de esta alergia. En determinados casos, algunas gramíneas, como la avena, pueden producir dermatitis en la piel si se aplican en forma de jabones o cremas.
Consejos para alérgicos
Algunos consejos para las personas alérgicas de cara a primavera, sobre todo en largas temporadas de lluvias como esta, son los siguientes:
- Evitar salir en horas pico: esto se debe a que durante las primeras horas después de las precipitaciones pueden aumentar los niveles de alérgenos.
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Mantener las ventanas cerradas: en temporadas de lluvia, es fácil que el polen entre en el hogar a través de las ventanas. Por ello, se recomienda mantenerlas cerradas.
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Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa: al aire libre, el polen puede pegarse tanto a la ropa como a la piel. Se aconseja cambiarse de ropa, lavarla y ducharse al llegar con el objetivo de eliminar los restos de polen.
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Evitar secar la ropa al aire libre: durante la temporada de alergias primaverales, es mejor evitar secar la ropa fuera, ya que el polen puede depositarse en las prendas que se están secando.
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Usar purificadores de aire: los expertos recomiendan emplear filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA), puesto que cuentan con capacidad para eliminar a fondo y de forma exhaustiva partículas diminutas del aire.
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Consultar con un médico: en caso de que los síntomas empeoren, se debe acudir a un alergólogo para que recete medicamentos como antihistamínicos o aerosoles nasales con el fin de aliviar los síntomas.
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Usar una mascarilla y gafas de sol: los alergólogos recomiendan protegerse con mascarillas del tipo FFP2 y/o gafas de sol al salir a la calle si los síntomas son muy acusados.
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Monitorear los niveles de polen: es una buena opción consultar webs o aplicaciones que indican los niveles de polen. Con esto, se pueden planificar las salidas cuando haya menos polen.