
La depresión posparto es una patología que puede afectar a las madres tras dar a luz, presentándose desde poco tiempo después del parto hasta un año más tarde –aunque en la mayoría de casos aparece durante los tres primeros meses–.
Si bien sus causas exactas se desconocen, se cree que los cambios hormonales durante y después del embarazo influyen significativamente en el estado de ánimo. Del mismo modo, factores no hormonales como las transformaciones físicas derivadas del embarazo y el parto, los cambios en las relaciones laborales y sociales, la pérdida de tiempo y libertad personal, la falta de sueño y las dudas sobre la capacidad sobre ser una buena madre contribuyen a la aparición de esta patología.
Aunque la depresión y ansiedad posparto suele perjudicar a las mujeres –afectando entre el 10 y 20% de las madres–, los padres también pueden sufrirla. A pesar de que no es tan común, según ha explicado la psicóloga clínica Adelaida Trias Franco a Libertad Digital, "ahora es mucho más frecuente que antes". De hecho, los padres "tienen entre un 2 y un 25% de posibilidades de sufrirla", mientras que, si la mujer sufre la enfermedad, "las probabilidades se multiplican", ha señalado la experta.
"Muchísima irritabilidad, impulsividad e incluso abuso de sustancias" son algunos de los síntomas que pueden manifestarse en los padres con depresión perinatal, que es como realmente se denomina a la patología. También hay manifestaciones físicas como dolor de cabeza o de estómago.
Por otro lado, existen diversos factores que pueden incrementar las probabilidades de que un padre experimente esta patología. "Una depresión posparto en la madre, una red de apoyo social escasa, cambios en el rol masculino, o problemas laborales y económicos" pueden influir en el desarrollo de la depresión en el padre, ha subrayado la psicóloga.
Cómo diferenciar la ansiedad de la depresión posparto
En este contexto, cuando una madre está sufriendo alguna enfermedad mental tras el parto o, en este caso, el padre, puede ser complicado distinguir entre ansiedad o depresión. Para diferenciar ambas patologías, la clave está en "la intensidad y la duración de los síntomas".
Según la psicóloga, un padre cansado o estresado puede expresar su agotamiento, comunicarse con su pareja o incluso desahogarse. Sin embargo, "un padre con depresión perinatal suele mostrar una acumulación de factores que le impiden ese desahogo: se siente solo, sin red de apoyo, y con una presión emocional más intensa", ha asegurado la experta. De hecho, existen algunos síntomas como "irritabilidad, impulsividad o incluso abuso de sustancias", que van más allá del simple cansancio o el estrés, y que son típicos de un problema mayor que agotamiento o estrés.
Durante el embarazo, la depresión perinatal puede manifestarse a través de una ansiedad excesiva relacionada con el bienestar del bebé, sentimientos de baja autoestima, incapacidad para disfrutar actividades cotidianas y pensamientos negativos persistentes, ha subrayado Trias Franco.
En cambio, en el período posparto, a estos síntomas se suman alteraciones del sueño, cambios hormonales significativos y, en algunos casos, la presencia de otras alteraciones, como trastornos afectivos o una preocupación desmedida por la salud del recién nacido.
¿Cómo afecta la depresión perinatal al bebé?
La depresión perinatal –al igual que la depresión posparto de las madres– puede afectar significativamente al bebé. Si el padre no está bien emocionalmente, "la carga suele recaer por completo en la madre, y eso desequilibra toda la dinámica familiar", ha asegurado la psicóloga.
Un padre que no logra adaptarse al nuevo rol, que se siente desplazado o que no logra vincularse con su bebé influye directamente "en la creación del vínculo afectivo con el bebé, que se construye una vez que el bebé nace y pasa tiempo con el progenitor no gestante", ha explicado la psicóloga. Por ello, si no hay presencia, ese vínculo no se forma bien. Aunque no siempre tiene un impacto físico directo, según la experta, "sí que puede tener consecuencias emocionales a largo plazo en el desarrollo del bebé".
Recomendaciones para manejar el estrés posparto
La psicóloga ha recomendado una serie de consejos para manejar mejor el estrés que puedan sufrir los progenitores que acaben de tener un hijo. En primer lugar, la clave es vivir la etapa de forma conjunta, bajo ningún concepto "en soledad". Asimismo, también es indispensable el soporte social.
También es fundamental la comunicación entre la pareja: "Compartir los miedos, hablar abiertamente de las emociones –por difícil que sea–, que ambos se sientan con la libertad de pedir ayuda, de decir ’necesito un descanso’ o ‘me siento mal’". Cuando esto suceda, se debe ofrecer "un apoyo práctico". Por ejemplo, puede funcionar quedarse con el bebé y que el padre afectado tenga tiempo para tomarse un descanso.
En definitiva, lo más importante es que la pareja sepa que "es una situación nueva, difícil, y que deben actuar como un equipo", ha recalcado la experta. Además, tener con quién hablar más allá de la pareja, como "una red de apoyo emocional o profesional", puede marcar una gran diferencia.