El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, ha informado aseguró de que el Hospital Gregorio Marañón tenía previsto implantar un sistema de alarma desarrollado por el propio centro para detectar posibles errores en la UCI. Esto podría haber salvado la vida de Rayan.
LD/Agencias
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loboe dijo el día 15 de Julio de 2009 a las 18:28:
Con ser un asunto tristísimo, y a expensas de lo que digan los jueces [1], los argumentos exculpatorios del Consejero de Sanidad me parecen pobres y a destiempo. En estos casos, es mejor seguir los consejos de mi abuelo: la mierda, contra más se menea más huele.
Seguro que existen deficiencias en la sanidad Madrileña, lo mismo que en las demás -donde las cuecen a calderadas-. Pero a todos los que claman por más y mejor Sanidad, convendría recordarles que este, como casi todos los asuntos sociales, es una cuestión económica y de asignación de recursos. Lo queremos todo a la vez y ahora, pero eso solo es posible en algunos estúpidos anuncios de telefonía móvil hechos para subnormales que dan volteretas sobre los automóviles. Digo esto porque he tenido ocasión de leer algún comentario afirmando que las cuestiones médicas no son económicas -supongo que el autor se habrá quedado descansando después de soltar semejante chorrada- a no ser que se refiera a la medicina practicada en el planeta imaginario de petaZeta.
Una parte del problema de la sanidad tiene que ver con la cantidad de asistencias que hay que prestar con los recursos disponibles, y en comunidades como la de Madrid, donde la proporción de población inmigrante es muy alta, el hecho de que se tenga derecho a asistencia universal y gratuita por el mero hecho de estar en el país, complica mucho las cosas y es origen de agravios comparativos sangrantes.
Que un señor acuda a urgencias después de haber cotizado 40 años a la S.S. y no lo puedan atender porque hay una cola de inmigrantes que no han cotizado nunca y que han entrado ilegalmente, o son simples "turistas" es sangrante y estúpido.
Estoy convencido que esa falsa caridad es uno más de los fraudes que los popes de la progresía nos han vendido y que esta sociedad aborregada ha asumido sin cuestionar. Sin embargo, la naturaleza es porfiada y además de demostrarnos que no se puede tener todo y ahora, se encargará también de demostrarnos que nuestros ancestros eran sabios cuando acuñaron el viejo refrán: "la caridad bien entendida empieza por uno mismo".
[1] esta es la frase clásica para quedar bien. En realidad, cada día estoy más convencido de que a sus Señorías les pasa lo que a los periodistas: que ráramente se enteran de lo que pasó en realidad.
Con ser un asunto tristísimo, y a expensas de lo que digan los jueces [1], los argumentos exculpatorios del Consejero de Sanidad me parecen pobres y a destiempo. En estos casos, es mejor seguir los consejos de mi abuelo: la mierda, contra más se menea más huele.
Seguro que existen deficiencias en la sanidad Madrileña, lo mismo que en las demás -donde las cuecen a calderadas-. Pero a todos los que claman por más y mejor Sanidad, convendría recordarles que este, como casi todos los asuntos sociales, es una cuestión económica y de asignación de recursos. Lo queremos todo a la vez y ahora, pero eso solo es posible en algunos estúpidos anuncios de telefonía móvil hechos para subnormales que dan volteretas sobre los automóviles. Digo esto porque he tenido ocasión de leer algún comentario afirmando que las cuestiones médicas no son económicas -supongo que el autor se habrá quedado descansando después de soltar semejante chorrada- a no ser que se refiera a la medicina practicada en el planeta imaginario de petaZeta.
Una parte del problema de la sanidad tiene que ver con la cantidad de asistencias que hay que prestar con los recursos disponibles, y en comunidades como la de Madrid, donde la proporción de población inmigrante es muy alta, el hecho de que se tenga derecho a asistencia universal y gratuita por el mero hecho de estar en el país, complica mucho las cosas y es origen de agravios comparativos sangrantes.
Que un señor acuda a urgencias después de haber cotizado 40 años a la S.S. y no lo puedan atender porque hay una cola de inmigrantes que no han cotizado nunca y que han entrado ilegalmente, o son simples "turistas" es sangrante y estúpido.
Estoy convencido que esa falsa caridad es uno más de los fraudes que los popes de la progresía nos han vendido y que esta sociedad aborregada ha asumido sin cuestionar. Sin embargo, la naturaleza es porfiada y además de demostrarnos que no se puede tener todo y ahora, se encargará también de demostrarnos que nuestros ancestros eran sabios cuando acuñaron el viejo refrán: "la caridad bien entendida empieza por uno mismo".
[1] esta es la frase clásica para quedar bien. En realidad, cada día estoy más convencido de que a sus Señorías les pasa lo que a los periodistas: que ráramente se enteran de lo que pasó en realidad.