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Sinofsky salió de Microsoft porque no trabajaba en equipo

El gigante norteamericano está realizando numerosos cambios tras la salida del jefe de Windows.

El gigante norteamericano está realizando numerosos cambios tras la salida del jefe de Windows.

La repentina salida del jefe de Windows, Steven Sinofsky, el pasado 12 de noviembre, ha constituido el primer movimiento del CEO Steve Ballmer para remodelar Microsoft. La nueva estrategia de la empresa persigue el trabajo en equipo como mantra para vencer a Apple y de Google en su propio juego.

Después de casi 13 años al frente del software más vendido del mundo y en momentos en los que la compañía ha presentado dos modelos de tabletas propios, la partida de Sinofsky señala los nuevos cambios de Microsoft.

"Lo que estoy escuchando una y otra vez es que la integración y la colaboración horizontal es el nuevo mantra", dijo una fuente cercana a Microsoft, que pidió no ser identificada. "Ellos (los directivos) lo entienden así. Si no siguieran un modelo donde los dispositivos y el software estén más integrados en el sistema de Microsoft estarían en una posición débil".

Tras la agresiva competencia de la pasada década, Microsoft está tratando de emular la forma en la que Apple gestiona su software y su hardware de forma conjunta. Un ejemplo es la sincronización de iTunes y del iPhone. Otro modelo de compañía que apuesta por este sistema es Google, que ha sabido unir YouTube y Gmail.

En este sentido, Balmmer ha rebautizado a la empresa como una "fabricante de dispositivos y servicios". A pesar de que algunos analistas habían criticado su disgregación, ahora parece que Ballmer está cambiando la política de la empresa para tratar de hacer de la unidad una realidad.

"Ciertamente esperamos que el organigrama sea muy diferente dentro de seis meses", dijo Brad Silverberg, quien dirigió la unidad de Windows durante su crecimiento masivo en la década de 1990. "Steve Ballmer tendrá la oportunidad de crear una organización más armoniosa", añadió.

Ballmer ha reemplazado a Sinofsky por dos ejecutivos que cuentan con una buena reputación. Esta es la tercera vez que Ballmer sustituye a una cabeza por dos personas que sepan compartir responsabilidades. "Sinofsky centralizó todo el poder en sí mismo. Vamos a ver cómo esto se mueve", dijo un gerente de la unidad de Windows.

Sinofsky, un veterano que llevaba 23 años en Microsoft, construyó un imperio amurallado en torno a su unidad de Windows. Su impetuoso y metódico estilo fue definido entre la compañía como "Sinofskyization". "Steven es un hombre brillante que hizo grandes contribuciones a Microsoft", dijo Silverberg, quien añadió que también tenía su propio método.

Una de las decisiones más criticadas en el seno de la división de Office fue la de no compartir las últimas versiones internas de prueba de Windows 8. También mantuvo en secreto la construcción de Surface durante bastante tiempo. Una de sus consecuencias se tradujo en la falta de una suite de Office completa en el Surface RT, según afirman los de Office.

"Todos los buenos líderes crean fricción, pero mi conjetura es que el coste de hacer negocios con Sinofsky terminó pesando más los beneficios", dijo un exempleado de Microsoft.

"Si trabajas en equipo de Steven, te encanta", dijo un excolega que ahora trabaja para una empresa de tecnología financiera en Seattle. "Si estás fuera de su equipo es cuando su reputación te hace difícil trabajar", añadió.

Ballmer ha dejado claro que los ejecutivos tienen que trabajar juntos. El próximo año, los altos directivos recibirán bonificaciones basadas en el rendimiento de toda la empresa, no sólo en su propia unidad. Esta estrategia la utiliza Ballmer para "profundizar la colaboración de toda la organización".

Sin embargo, no existen garantías de que Ballmer pueda cambiar radicalmente un estilo que lleva cuatro décadas en la cultura de Microsoft, y del que él es en parte responsable. En general, las distintas divisiones de la empresa se enfrentan entre sí para obtener los mejores resultados.

Nada va a cambiar sin nuevos líderes de fuera de la empresa, dijo el director gerente de Global Equities Research, Trip Chowdhry. "Microsoft se aferra al pasado y siguen trayendo a la gente del pasado. Este es un defecto fundamental en la lógica", dijo Chowdhry.

A pesar instando a la colaboración, Ballmer -un veterano de 32 años que sustituyó a Bill Gates como CEO en 2000- no deja que cualquier joven ejecutivo se acerque demasiado a desafiar su autoridad.

Sinofsky, ampliamente promocionado como sucesor de Ballmer durante los últimos tres años, fue sólo el último de una línea de aspirantes a directores generales.

La cabeza online de Windows, Kevin Johnson, fue destinado a Juniper Networks, el jefe de Office Stephen Elop pasó a liderar la división de teléfonos Nokia, mientras que el gurú del software, Bill Gates, inició sus propios proyectos.

"Han pasado por aquí algunos talentos en la directiva, en los últimos años. Esto no es lo que solía ser", dijo Smith de Gartner. "La estructura general de gestión, el plan de carrera, los reemplazos, la planificación de la sucesión, todo ello son cuestiones que se plantea Microsoft". La promoción de Julie Larson-Green y Tami Reller para llenar conjuntamente el papel Sinofsky es algo temporal, según afirman algunos críticos.

"La pregunta es relativa a los tres próximos años, qué viene después", dijo el miembro de la firma Directions on Microsoft, Rob Helm. Esta empresa asesora a los clientes de negocios sobre cómo tratar con Microsoft.

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