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Así serán los coches autónomos que convertirán al conductor en pasajero

La reducción de la siniestralidad al volante sería una de las claves para apostar por el coche autónomo.

Primero Herbie, luego Kitt y ahora… ¿tu propio coche? La tecnología del sector del automóvil acelera su carrera hacia el coche automatizado. Pero eso sí, para que un conductor llegue a no mover un dedo al volante en sus desplazamientos en coche, todavía queda un largo camino por recorrer.

Actualmente, el reto de las compañías se centra en intensificar sus esfuerzos en los sistemas de asistencia al conductor, que servirán de base para la conducción automatizada. Y es que hoy en día, la industria ya está ayudando a los conductores a cambiar de carril, a permanecer dentro de su carril o a frenar cuando se encuentran ante cualquier obstáculo.

Aunque cuando hablamos de prototipos la cosa cambia. A finales del mes de noviembre, Peugeot puso en circulación el primer vehículo autónomo de España, un coche que fue capaz de recorrer los 599 kilómetros que separan Vigo de Madrid sin la necesidad de la intervención de un conductor.

En su aventura por la automatización, la compañía francesa ya ha anunciado que prevé comercializar a partir de 2018 sus primeros vehículos con funciones de conducción autónoma.

En esa misma línea de plazos se posicionó ayer jueves en Madrid la empresa alemana Bosch. Como proveedor de tecnología para este tipo de vehículos, la compañía organizó un encuentro con los medios para dar a conocer sus planes de futuro.

"El 90% de los accidentes de coche se achacan a errores humanos", aseguró el Jefe de Prensa Grupo Bosch, Lorenzó Ramírez. Por tanto, la reducción de la siniestralidad al volante sería una de las claves para apostar por la introducción de esta nueva forma de entender la conducción.

En cuestión de seguridad, la estrategia de desarrollo de la empresa germana va desde los sistemas de control crucero o mantenimiento de carril, hasta la llamada automática a emergencias en caso de que se haya producido el accidente, y pasa por avisar al conductor previamente si detecta algún riesgo en la carretera.

"La conducción automatizada no es un sueño, es una realidad", ha asegurado Belén Aranda, la responsable para Europa del proyecto de conducción automatizada de Bosch. "A día de hoy, la inmensa mayoría de las marcas de coches ha puesto en marcha algún prototipo de coche automatizado", ha añadido.

Otro de los beneficios de la conducción automatizada es la garantía de la seguridad entre colectivos de conductores de avanzada edad o las personas con algún tipo de discapacidad. Circular de un modo autónomo también conllevaría un ahorro de tiempo y de combustible. "Los europeos gastamos 52 minutos cada día conduciendo nuestro coche y la automatización total, permitiría usar ese tiempo para leer el correo, el periódico o para descansar", ha afirmado Aranda.

¿Coches sin conductor en 2020?

Entre sus objetivos, Bosch prevé que en 2016 tendrá listo su asistente para atascos, donde no será necesario que el conductor controle el vehículo en caso de retención. Para 2020, estará en marcha el sistema de piloto automático para autopistas, donde coches altamente automatizados conducirán sin apoyo del conductor por estas carreteras.

En la conducción altamente automatizada, el vehículo asume temporalmente la plena responsabilidad de las tareas de conducción. "El coche se convierte en el chófer y el conductor en el pasajero", según Aranda. "En las ciudades será más difícil de implantar", señala la experta, debido a la gran cantidad de información que recibe el coche (peatones, cruces, semáforos...).

Preguntado por Libre Mercado sobre sus productos estrella, desde la compañía señalan que el sensor de detección de peatones y el asistente para atascos serán los que mayor salida tendrán de cara a su comercialización.

Los retos: coste, regulación y confianza del cliente

Pero la tecnología de la automatización del automóvil tiene todavía una serie de barreras por franquear. La más complicada es la regulatoria. En el caso de España, el pasado 16 de noviembre, la DGT aprobó la normativa que permite probar coches autónomos en carretera, aunque la circulación del coche sin conductor está prohibida. La excepción se hace en los vehículos que no circulen a más de 10 kilómetros por hora, lo que da luz verde a la tecnología que se dirija al aparcamiento autónomo. Desde Bosch, claman por una regulación europea común que desbloquee estos avances tecnológicos.

El coste es otra de las sombras que se ciernen sobre la industria. Todavía las compañías no pueden dar datos sobre cuánto se incrementaría el coste de un vehículo que permitiera al conductor, en determinadas ocasiones, desvincularse de la conducción. Desde Bosch, señalan que, según las encuestas, los conductores estarían dispuestos a pagar entre 3.000 y 4.000 euros extra por estos servicios.

La adaptación de las carreteras a estos vehículos sería otra de las cuestiones del coste. Señalizaciones adecuadas, líneas de la vía correctamente pintadas, wifi en muchos casos... "¿Y eso quién lo paga?", preguntan los periodistas. Bosch no lo tiene claro.

Y por último, pero no menos importante, está la confianza del consumidor. Las compañías son conscientes de que los conductores se muestran reacios a ceder el control total del trayecto al vehículo."Tenemos que conseguir que los conductores confíen en nuestra tecnología y hacer que sea muy sencilla de usar", señala la experta. "Una de sus máximas preocupaciones es que sea fácil volver al modo manual de conducción en cualquier momento, por lo que, de momento, nos dirigiremos hacia una conducción mixta", añade,

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