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Los coches autónomos tienen más accidentes porque conducen como si llevaran la L

Aunque no son ellos los culpables, los coches autónomos actualmente en pruebas tienen el doble de accidentes que los conductores humanos.

Aunque no son ellos los culpables, los coches autónomos actualmente en pruebas tienen el doble de accidentes que los conductores humanos.
Un policía para al coche de Google por provocar ir demasiado lento. | Aleksandr Milewski

Un estudio de la Universidad de Michigan ha concluido que los coches autónomos doblan la tasa de accidentes de los coches con conductor humano. Y, sin embargo, también asegura que estos coches no han tenido la culpa de ninguna de esas colisiones, que en su mayoría son golpes por detrás a baja velocidad. ¿Por qué entonces tienen tantos problemas? Porque, como nos ha pasado a casi todos nada más sacarnos el carnet, los coches autónomos respetan demasiado las reglas, especialmente los límites de velocidad. Y como los demás conductores no estamos acostumbrados a que en ciertos tramos y en ciertos carriles se respeten unos límites que en muchas ocasiones nos parecen demasiado bajos, nos topamos con ellos.

Naturalmente, los responsables de programar estos vehículos son perfectamente conscientes de este problema aunque, por el momento, está ganando el bando de quienes creen que debe respetar las reglas siempre. "Pero cuando sales a la autopista y te mantienes por debajo del límite de velocidad, prácticamente todos los demás te van a adelantar. Y yo sería uno de ellos", reconoce Raj Rajkumar, codirector del laboratorio de vehículos autónomos de la Universidad Carnagie Mellon.

Y el problema no serían sólo las colisiones. Rajkumar mostró la tecnología llevando en coches autónomos a algunos congresistas el año pasado. Todo fue bien, excepto cuando tuvo que cruzar tres carriles en menos de 150 metros para poder tomar la salida correcta en la autopista. Los coches autónomos pueden saber la velocidad y el rumbo de todos los demás vehículos, pero no saben cuándo confiar en los demás conductores ni predecir qué van a hacer, de modo que pecan de cautos. Un conductor humano tuvo que tomar el mando para completar la maniobra.

Los coches autónomos tienen tanto cuidado que el mes pasado un policía de tráfico californiano tuvo el honor de ser el primero en parar a un coche autónomo. El vehículo de Google iba a 40 kilómetros por hora en una zona limitada a 55 km/h, creando una caravana detrás de él. No le multó, entre otras cosas porque tampoco sabía a quien, pero amonestó a los ingenieros que iban en el coche recordándoles que ser demasiado cauteloso también es malo. "Lo correcto hubiera sido salirse al arcén y permitir que el tráfico les adelantara", asegura el sargento del departamento de tráfico de la Policía.

Google reconoce que sus vehículos se comportan muchas veces como un novato o una persona mayor al volante, pero está reprogramando sus vehículos para que se comporten de una forma más natural y puedan ajustarse con más normalidad al tráfico. Sin embargo, como reaccionan más rápido, siguen haciendo cosas inesperadas para los demás conductores, como frenar en seco cuando vislumbran un peatón que podría, o no, cruzar en breve. Posiblemente nunca conduzcan como lo hacemos los humanos, y su incorporación paulatina requerirá ajustes tanto en su programación como en nuestra forma de conducir.

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