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La tercera estructura más alta de España, con 343 metros de altura, ya es historia tras cuatro décadas de actividad.

Endesa derriba la chimenea de la central térmica de Andorra con 265 kilos de explosivo

La tercera estructura más alta de España, con 343 metros de altura, ya es historia tras cuatro décadas de actividad.

La empresa pública encargada de la gestión de los residuos nucleares en España, Endesa, ha procedido este miércoles a la voladura de la chimenea de la Central Térmica de Andorra, de 343 metros de altura, para lo que se han necesitado 265 kilos de explosivo. Las espectaculares imágenes del derribo suponen "un hito" a nivel técnico por el diseño del procedimiento para "garantizar unas condiciones absolutas de seguridad", según ha destacado la empresa.

El pasado mes de mayo se procedió a la voladura de las tres torres de refrigeración de forma simultánea. Para la demolición de la chimenea central, la tercera estructura más alta de España, se han utilizado 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie, 8 detonadores no electrónicos y 265 kilogramos de explosivo, que se han colocado en la estructura mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 600 metros.

La demolición se ha hecho mediante el empleo de pequeñas cargas confinadas de explosivo en barrenos de pequeña longitud con el objeto de conseguir una cuña desestabilizadora. El empleo de explosivos es el procedimiento más seguro para demoler estructuras esbeltas y especiales, siempre que el entorno lo permite. Para facilitar el proceso de caída se realizaron, durante las semanas previas, trabajos de corte con diamante en la base de la chimenea.

La voladura ha producido alrededor de 25.000 toneladas de residuos (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados en obra al ser usados como material de relleno por su carácter inerte, en cuanto al residuo del hierro que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.

Para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en la dirección de caída cuatro piscinas de 220 metros cúbicos de capacidad que contenían agua de lluvia y procedente de los propios procesos de la central.

La chimenea de la central tenía 343 metros de altura, 23,5 metros de diámetro en su base y 9,5 metros de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas.

Cuatro décadas de actividad

La central térmica de Andorra, construida entre los años 1974 y 1979, ha estado más de cuatro décadas operativa. Una vez que Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició su proceso de desmantelamiento, una operación de gran complejidad que está movilizando numerosos recursos. Alrededor de 250 personas de mano de obra directa, se están ocupando de los trabajos hasta su finalización en 2025, según señala Endesa.

La central constaba de tres grupos, con una potencia total de 1.100 MW. Cada grupo disponía de caldera, turboalternador y torre de refrigeración. Completaban la instalación el parque de carbones y caliza, el sistema de evacuación de cenizas y escorias, la planta de desulfuración y la chimenea de 343 metros de altura para la evacuación de los gases de combustión.

Fue construida con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación.

Durante su actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año. Para ello necesitó 142 millones de toneladas de carbón, de las que 110,9 millones de toneladas fueron de carbón nacional y 31,7 millones de toneladas de carbón importado.

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