
El debate sobre el acceso a una vivienda asequible ha vuelto a ocupar un lugar prioritario en la agenda política y mediática de España. A las ya conocidas dificultades para alquilar o comprar se suma un parque habitacional envejecido, con un alto porcentaje de edificaciones que no cumplen los estándares energéticos actuales.
En este contexto, las nuevas políticas de vivienda se estructuran en torno a tres grandes ejes: el aumento del parque público de viviendas, la regulación del mercado de alquiler y un impulso decidido a la rehabilitación energética, a través de aberturas, ventanales y aislamiento. Es en este último apartado donde cobran especial protagonismo las ventanas de aluminio, cada vez más presentes en los proyectos de reforma y obra nueva.
Más viviendas bajo gestión pública y un plan de mejora edilicia
Actualmente, la vivienda pública representa tan solo un 2,5% del total en España, un dato que contrasta con los porcentajes más elevados de otros países europeos.
Frente a esta situación, se ha puesto en marcha una nueva estrategia que contempla la creación de una empresa pública encargada de gestionar unas 3.300 viviendas, a las que se sumarán casi dos millones de metros cuadrados de suelo residencial y 30.000 viviendas procedentes de la SAREB.
Pero el enfoque no se limita a construir desde cero, dado que una de las apuestas más fuertes es la recuperación de inmuebles vacíos mediante su rehabilitación. En ese proceso, la eficiencia energética es un componente a tener en cuenta, tanto por su impacto ambiental como por la mejora directa en la calidad de vida de los habitantes.
Reformar significa adaptar los hogares a los estándares del siglo XXI. Y eso pasa, entre otras cosas, por mejorar sus cerramientos. Las ventanas juegan aquí un papel fundamental.
Una renovación consciente y adaptada a este siglo
Los expertos coinciden en que para solucionar el problema de la vivienda en España se necesita aumentar el número de pisos construidos cada año o refaccionar aquellos que actualmente están fuera del mercado debido a su condición inhabitable.
Una de las metas más relevantes a nivel europeo es reducir el consumo energético del parque inmobiliario. La futura entrada en vigor de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios, que podría impedir la compraventa de inmuebles con una calificación inferior a la letra "E" a partir de 2030, añade urgencia al desafío.
Se calcula que alrededor del 80% de las viviendas españolas se encuentran por debajo de ese umbral. La rehabilitación no es solo una recomendación: será, en muchos casos, una obligación para quienes quieran vender o alquilar en el futuro.
El papel de las ventanas en las mejoras energéticas
Las ventanas son uno de los elementos que más inciden en la eficiencia de una vivienda. Su capacidad de aislamiento, tanto térmico como acústico, depende del tipo de vidrio, del sistema de apertura y, sobre todo, del material del marco.
En este sentido, el aluminio ha evolucionado notablemente. Gracias a tecnologías como la rotura de puente térmico, las ventanas de aluminio modernas pueden mantener el calor en invierno y conservar el frescor en verano, reduciendo el uso de climatización artificial.
Además de su rendimiento energético, este tipo de cerramientos ofrece resistencia frente a la radiación solar, la humedad y las deformaciones. Esto se traduce en un menor coste de mantenimiento y una vida útil más prolongada en comparación con otros materiales, de ahí su precio.
Sostenibilidad que no entra en conflicto con la estética
La sostenibilidad no está reñida con el diseño. Las ventanas aluminio permiten una alta personalización estética: existen múltiples acabados, como el gris antracita o el blanco clásico, y se pueden incorporar elementos decorativos como barrotillos, cristales texturizados o mosquiteras integradas.
También es posible incorporar a través de ellas elementos como barrotillos vieneses, mosquiteras integradas o cristales texturizados que garantizan privacidad sin perder luminosidad en las casas.
A lo anterior se suman las múltiples configuraciones: abatibles, correderas o incluso balconeras con sistemas de aislamiento de alta estanqueidad. Esto permite adaptarlas a distintos estilos arquitectónicos y necesidades.
Eficiencia energética y beneficios fiscales
Las ventanas de aluminio no son las más baratas, pero con los nuevos programas de ayudas, como el anunciado sistema de garantías públicas y la exención del 100% del IRPF para propietarios que alquilen según el Índice de Precios de Referencia, invertir en rehabilitación energética puede ser una opción más accesible.
El uso de ventanas modernas mejora la calificación energética de los edificios, requisito clave para acceder a subvenciones estatales y europeas como las del Plan de Recuperación o los Fondos Next Generation.
Hacia un modelo más industrializado y eficiente
El sector de la construcción también está inmerso en un proceso de modernización. Nuevas estrategias apuntan a fomentar el uso de sistemas industrializados y modulares para acelerar el ritmo de construcción sin comprometer la calidad ni el respeto por el medio ambiente.
Dentro de este cambio de paradigma, el uso de materiales duraderos, reciclables y eficientes como el aluminio forma parte del presente y del futuro. Se busca reducir el impacto ambiental de cada obra, pero también garantizar que los nuevos edificios y los rehabilitados cumplan con los estándares del futuro.