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Análisis de 'Master of Orion': el competente regreso de un clásico

Es difícil resucitar una franquicia que parecía finiquitada desde hace años, pero Wargaming hace un buen trabajo.

Es difícil resucitar una franquicia que parecía finiquitada desde hace años, pero Wargaming hace un buen trabajo.

1996 fue un gran año para los aficionados a los juegos de estrategia por turnos llamados 4X, porque su mecánica consiste en "explorar, expandir, explotar y exterminar". Se lanzaron entonces las secuelas de los dos grandes videojuegos de la década que compartían esa mecánica: Civilization y Master of Orion, que para muchos siguen siendo los mejores de ambas franquicias. Pero si el gran éxito de Sid Meier ha seguido recibiendo atención y secuelas durante estos veinte años, el segundo sólo tuvo una más que sin los creadores originales perdió toda su esencia, convirtiéndose en un gran fracaso que parecía haber terminado con la franquicia y dejando un hueco en el mercado que han intentado llenar rivales de cierto éxito como Galactic Civilizations 3 o Sins of a Solar Empire, de Stardock.

Pero hete aquí que Wargaming, los afamados creadores de World of Tanks, compraron en 2013 a una quebrada Atari los derechos del juego y encargaron a un estudio argentino que resucitaran la franquicia, un detalle que se nota porque uno de los logros se llama "Peronismo"... Y el resultado es básicamente un Master of Orion 2 muy actualizado técnicamente, que en informática eso de que veinte años no es nada es más falso que un duro de cuatro pesetas, pero con pocas novedades en cuanto a las reglas y el desarrollo del juego en sí, lo que gustará a algunos fans y disgustará a otros, pero que en todo caso parece una base firme con la que reiniciar esta saga.

Así que vayamos a lo básico: tenemos una galaxia con sistemas solares unidos entre sí por puntos de salto hiperespacial que son la única forma de viajar entre ellos y, por tanto, un punto clave a fortificar para defendernos de posibles ataques. Cada raza empieza en su mundo natal con una pequeña nave militar y otras dos de exploración. A partir de ahí deberá llegar a un equilibrio que le permita hacer crecer su población y expandirla a nuevas colonias en distintos sistemas solares de la galaxia, investigar nuevas tecnologías, producir más naves y estructuras en las colonias y relacionarse con otras civilizaciones, ya sea de forma diplomática o a tortazo limpia. El juego lo podremos ganar de varias maneras, como exterminando a todas las demás razas o saliendo elegido en el Senado galáctico. Como se ve, todo muy similar a lo que ofrece Civilization, pero ambientado en el espacio.

Todo es familiar en 'Master of Orion'

En general, este nuevo y flamante Master of Orion: Conquer the Stars parece estar más basado en la secuela de 1996 Master of Orion II: Battle at Antares que en el juego original, aunque naturalmente no se ciñe a ninguno de los tres títulos anteriores de la saga. Las diez razas con las que podemos optar están cogidas de anteriores entregas y se mantiene la posibilidad de hacerte una a medida. Respecto a su antecesor se han incluido algunos cambios menores, como reducir la enorme ventaja de jugar con las razas Psilon y Sakkra o la inclusión de puntos de salto como única vía de comunicación entre sistemas solares, de modo que podamos usarlos como punto de bloqueo o defensa.

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Algunas razas serán tan peculiares como los silicoides, que no necesitan comer porque son de roca

Pero las principales novedades son la inclusión del espionaje, que nos permitirá desde obtener información sobre qué tecnología está investigando un rival hasta provocarle un accidente nuclear o una revuelta, y cierta separación entre el árbol de investigaciones científicas y las tecnologías que éstas traen consigo. En muchas ocasiones deberemos elegir sólo uno entre dos o tres avances derivados de un descubrimiento, por lo que si los queremos todos estaremos obligados a conseguirlos de nuestros rivales, ya sea mediante diplomacia o espionaje. Pero así como Civilization ha ido incorporando elementos ahora esenciales como la cultura o la religión en sucesivas entregas, en este reinicio de Master of Orion han preferido limitarse a lo bueno conocido, que siempre habrá tiempo para ir innovando en futuras entregas.

Como suele suceder en este tipo de juegos, disponemos de tantas cosas que hacer para gestionar nuestro imperio que resulta necesario un sistema de menús y controles que facilite nuestra tarea. Aquí se notan los años transcurridos y todos los juegos de estrategia que hemos visto desde entonces y de los que Wargaming ha aprendido para ofrecernos un sistema que nos permita microgestionar en detalle la economía de la colonia o los movimientos de nuestras naves espaciales en la batalla, pero también automatizar muchos elementos si no nos interesa entrar tan al detalle. Así, aunque podamos usar unos menús muy bien diseñados, podríamos tirarnos una partida entera sin usarlo, gracias a la facilidad con que podemos gestionar todo desde la pantalla principal y a que en cada turno se nos mostrarán notificaciones con los eventos que han tenido lugar por si debemos reaccionar a ellos. Para ayudarnos en nuestros primeros pasos, nuestro consejero nos irá explicando según vaya haciendo falta los distintos conceptos del juego. Nada especialmente original, cierto, pero sí bien realizado y en todo caso nuevo para esta saga. Quizá sea justo el combate espacial el único punto negro al abandonar el clásico sistema de turnos por uno en tiempo real para el que no contaremos con ningún consejo que nos ayude nuestra primera vez.

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Podremos microgestionar los detalles de nuestra colonia o dejar casi todo automatizado

Veinte años sí son un gran salto técnico

Desde el tráiler con el que se anunció este juego, Wargaming ha querido incidir en el gran salto técnico que supone este nuevo juego respecto a sus predecesores, y es cierto que ahora contamos con una excelente banda sonora orquestal de tonos épicos y un excelente elenco de actores, muchos de ellos conocidos por su vinculación con diversos filmes de ciencia ficción, prestando su voz a los distintos líderes disponibles. Así, además de incluir clásicos del doblaje de videojuegos como Nolan North, cuentan también con actores conocidos como Mark Hamill ('Star Wars'), Robert Englund ('Pesadilla en Elm Street' y 'V') o Alan Tudyk ('Firefly').

Los gráficos también han dado un enorme salto cualitativo que, sin embargo, se queda algo corto en lo que podríamos llamar "porno espacial", es decir, diseños espectaculares de naves con los que jugar o colonias más fotorrealistas, y que sí está presente en algunas escenas como las que tienen lugar cuando colonizamos un nuevo planeta o cuando contemplamos una batalla en modo cinemático. Aunque disponemos de varios diseños de naves para cada raza, es cierto que con las partidas tan largas se echan de menos más opciones que otorguen más variedad. Eso sí, al menos podremos construir Estrellas de la Muerte aunque el juego no las llame así porque igual no podrían pagar la factura de sus abogados.

Por supuesto, se incluye un modo multijugador a través de internet, aunque resulta difícil y sobre todo extenuante jugar a Master of Orion durante las horas y horas que exige una partida con otros usuarios. Si la estrategia en tiempo real sí es un género que parece hecho para jugar con amigos y extraños por internet, la estrategia 4X por turnos es para hacerlo solo.

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Podremos acceder a todo lo necesario para jugar desde la pantalla principal sin necesidad de usar los menús

Pocas novedades, pero muchas horas de juego

En 1993, el diseñador y crítico de videojuegos y juegos de mesa Alam Emrich acuñó el término 4X para definir este tipo de juegos en su crítica al Master of Orion original. Y es que por muchos juegos de estrategia espacial que puedan aparecer, éste es el abuelo de todos ellos, lo que da un peso a este reinicio de la saga del que carecen otros títulos como el reciente Stellaris. Lo mejor que se puede decir de este Conquer the Stars es que está a la altura de las expectativas. Es una actualización muy competente que pone en nuestros ordenadores un juego relativamente sencillo que recupera el espíritu del original incluso en sus peores aspectos, como es la gestión diplomática, que es y ha sido siempre un gran talón de Aquiles tanto en Master of Orion como en Civilization.

En definitiva, si disfrutamos y echamos un buen montón de horas en los 90 con los originales, disfrutaremos y echaremos un buen montón de horas con esta nueva entrega. Si no es así, sucede lo mismo que con Stranger Things: no participar de la nostalgia hace que no entres tan bien en ese mundo, pero no que no puedas hacerlo en absoluto. Aunque por su falta de novedades no se le pueda calificar de brillante, Master of Orion: Conquer the Stars es un buen juego por derecho propio si nos va la estrategia 4X, y especialmente bueno para introducirse en el género gracias a su sencillez.

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