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Los videojuegos podrían reducir la violencia y la delincuencia

Critican las conclusiones de la asociación norteamericana de psicólogos por pretender venderse a sí misma como "solución" a un problema inventado.

Critican las conclusiones de la asociación norteamericana de psicólogos por pretender venderse a sí misma como "solución" a un problema inventado.

Al igual que ha pasado con el cine, las series o la música, los videojuegos han sido criticados por los supuestos efectos perniciosos que tendrían sobre los jóvenes desde que en 1976 salió al mercado Death Race, un videojuego que consistía en atropellar figuras vagamente humanas. Estas críticas recibieron un espaldarazo por parte de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) con la publicación en 2005 de su Resolución sobre la Violencia en Videojuegos y Medios Interactivos y en 2015 de la Resolución sobre Videojuegos Violentos. Pero tanto las bases científicas de estas resoluciones como las motivaciones que impulsaron su redacción han sido puestas en duda por sendos estudios publicados recientemente.

En primer lugar, un estudio publicado en Society critica dos graves errores que cometen la mayoría de las investigaciones que examinan la relación entre videojuegos y delincuencia. En primer lugar, que no examinan en realidad dicha relación, sino la que existe entre jugar a videojuegos y actitudes agresivas de corta duración, para posteriormente asumir sin más que esas actitudes se relacionaban con la violencia y la delincuencia. En segundo lugar, daban por sentado que esas conclusiones sobre el comportamiento de individuos se podían agregar sin más para concluir que los videojuegos violentos provocaban un aumento de la delincuencia.

Sin embargo, estudios más recientes han puesto en entredicho ambos puntos y han encontrado, de hecho, relaciones negativas entre el uso de videojuegos y la delincuencia en datos tanto a nivel nacional como de condado. Para solucionar esta aparente paradoja los autores recurren a la teoría de las actividades rutinarias, propuesta en 1979 y que analiza la delincuencia como una actividad, explicando así por qué aumentó desde los años 60, pese a que se habían reducido las supuestas causas de pobreza, desigualdad o desempleo. La solución a esta paradoja sería entonces sencilla: la actividad de jugar en casa reduce el número de oportunidades para delinquir en una sociedad. O dicho de un modo más comprensible: si un posible delincuente está en su casa jugando no está en la calle delinquiendo. Y creen haberlo probado usando datos del censo, de estadísticas oficiales de empleo y de las de criminalidad del FBI.

Por su parte, un artículo publicado en el International Journal of Law and Psichiatry ha examinado la correspondencia interna de la APA, concluyendo que sus resoluciones vendieron unas certezas sobre la relación entre videojuegos y violencia que no existían porque así podía "venderse" a sí misma como solución. Una carta abierta de 230 científicos ya criticó en 2013 el informe de 2005 por ofrecer conclusiones con demasiada certidumbre, pidiendo que la resolución en la que se empezó a trabajar entonces no cayera en el mismo error. Sin éxito.

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