Gamers, influencers y streamers se unen a una campaña que sensibiliza sobre la fragilidad de la audición, ya que 1.100 millones de jóvenes en el mundo están en riesgo de padecer algún tipo de hipoacusia o sordera por sobreexposición a ruidos, alerta la Organización Mundial de la Salud. La generación de millennials será, con 40 años, una generación más sorda. Eso apunta la OMS que considera quienes ahora rondan los 20 años, en un par de décadas oirán como lo hacen ahora aquellos que ya han cumplido 65. Es decir, mal. Porque uno de cada tres de esos mayores, en la actualidad, padece algún grado de hipoacusia, es decir, una incapacidad para percibir determinado volumen de decibelios. Siempre citando a las autoridades sanitarias, eso dificulta sus relaciones sociales, provoca aislamiento y deriva en otros problemas de salud, como depresión.
Y si más de 360 millones de personas en el mundo sufren una pérdida de audición incapacitante, la causa más evidente -citando de nuevo a la OMS- es clara: sobreexposición a ruidos, exceso de volumen, hábitos saludables poco cautos con un órgano tan frágil como el oído. Los decibelios exagerados tienen efectos irreversibles. Lo que la Organización Mundial de la Salud llama "ruido recreativo" tiene un impacto muy serio. Solo 15 minutos en un entorno con 100 db tendrán, según los expertos, una repercusión a medio plazo. Ocho horas diarias con un volumen de 85 dB, igualmente, tienen un impacto constatado.
Hipoacusia (incapacidad de percibir determinados sonidos), hiperacusia (sensibilidad exarcerbada ante determinados estímulos sonoros), diploacusia (distorsiones) y acúfenos o tinnitus (un pitido constante) son los problemas más habituales derivados de excesos acústicos. Para prevenirlos, la comunidad gamer recuerda las recomendaciones de la OMS: mantener bajo el volumen de sus aparatos de audio personales, utilizar tapones en entornos ultra ruidosos, utilizar cascos o auriculares que aíslen del ruido del entorno, limitar tiempo de exposición con breves descansos auditivos y vigilar los niveles seguros de exposición al ruido. Además de estar atentos a las señales de advertencia de pérdida de audición y hacerse revisiones auditivas periódicas.