King Kong nunca hubiera podido existir en el mundo real

Científicamente, King Kong nunca podría existir. Así lo afirma Manuel Moreno, profesor de física e Ingeniería Nuclear en la Universidad Politécnica de Cataluña. Moreno utiliza el razonamiento científico para desarticular algunos de los mitos que el cine ha popularizado.

El profesor impartió la conferencia De King Kong al hombre menguante: analfabetismo numérico, leyes de escala y cine, dentro del ciclo Matemáticas en Acción. "Todo lo que comentamos forma parte de una asignatura que imparto en la Universidad de Cataluña y que relaciona ciencia y cine. Aquí nos centramos en la existencia de gigantes y enanos. Hablamos de todas esas películas que, mediante un mecanismo más o menos estrafalario, logran engrandecer o reducir un individuo o una persona", comenta. Moreno añade que les interesa analizar las estructuras de los gigantes y estudiarlas desde un punto de vista científico. "Prever los problemas que presentarían, ver qué visos de realidad tendrían, etc", añade.

Según el profesor, la clave se encuentra en la evolución, en el pasado y en las leyes de escala. Poniendo como ejemplo King Kong, se puede comparar con las criaturas más grandes que han poblado la tierra, como los dinosaurios. "Llegamos a la conclusión –explica Moreno– de que ese peso, que calculamos sea de unas 130 toneladas, no equivaldría a esa talla. Otra cosa, ¿podría escalar el Empire State de Nueva York? Podemos imaginar cómo quedaría el edificio si semejante carga de peso se agarra y asciende por la fachada", apunta en El diario montañés.

Otro asunto sería el biológico. ¿Cómo podría funcionar el corazón de un animal de sangre caliente con ese tamaño? ¿Podría bombear la suficiente cantidad de sangre con la suficiente fuerza el corazón de King Kong? "Son incógnitas que resolvemos aquí", asegura.

Manuel Moreno pone también como ejemplo de incongruencias científicas a La Guerra de las Galaxias: "En el espacio no hay aire y por lo tanto las naves no hacen ruido; tampoco explotan porque no hay oxígeno, ni pueden virar con tal velocidad y precisión porque es imposible", razona el profesor.