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¿Qué fue la estrella de Belén?

Estas son las principales teorías que intentan abordar qué fue realmente aquello que condujo a los magos hasta el lugar en el que nació Jesús.

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Estas son las principales teorías que intentan abordar qué fue realmente aquello que condujo a los magos hasta el lugar en el que nació Jesús.

Según el Evangelio de San Mateo, "unos magos de Oriente" acudieron a Jerusalén y preguntaron dónde había nacido el rey de los judíos, porque vieron "su estrella en el este y hemos venido a adorarlo". La estrella de Belén se ha convertido en uno de los principales símbolos navideños pero, ¿fue un acontecimiento astronómico real?

Para saberlo, a los científicos no les queda otra que relacionar los conocimientos astronómicos con los datos que aportan las Sagradas Escrituras. Así también se conocería la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo, ya que en el siglo VI, el monje Dionisio el Exiguo cometió dos errores importantes: olvidó que César Augusto había mandado durante cuatro años con el nombre de Octavio y omitió el año cero.

Estas son las principales teorías que intentan abordar qué fue realmente aquello que condujo a los magos hasta el lugar en el que nació Jesús.

Kepler y las conjunciones planetarias

La primera explicación natural de este fenómeno se la debemos al astrónomo alemán Johannes Kepler, que en 1614 determinó que una serie de 105 conjunciones de Júpiter y Saturno ocurrieron en el año 7 a.C. Actualmente sabemos que los dos planetas no se acercaron lo suficiente como para impresionar a los astrónomos de la época.

Un cometa

El astro es uno de los objetos más típicos en cualquier Belén o Nacimiento. La representación más habitual es la de una estrella, de la que sale una cola acabada en dos o tres terminaciones.

La culpa de esto la tiene un cuadro del pintor italiano Giotto di Bondone, La Adoración de los Reyes Magos, cifrado en torno al año 1304. Giotto pudo haberse inspirado en el cometa Halley, que fue avistado en la Tierra en 1301.

¿Fue la estrella de Belén un cometa? Actualmente sabemos que el propio Halley fue visible en torno al año 12 a.C., y también existen ciertos indicios de la aparición de otros dos cometas entre los años 6 y 4 a.C., que pudieron ser visibles desde Oriente.

Sin embargo, es muy difícil que los magos de Oriente se dirigieran a Belén tras el avistamiento de un cometa ya que los astrónomos –que también eran astrólogos- de la época consideraban que este tipo de fenómenos anunciaban malas noticias.

Júpiter, eclipsado

Una moneda de 2.000 años de antigüedad –en la que aparece Aries, el carnero, mirando atrás hacia una estrella- probaría una doble ocultación de Júpiter tras la luna ocurrida en el 6 a.C. -según esta teoría, los magos vieron la estrella en la constelación de Aries-. Los textos astrológicos de la época rezan que Aries dominaba Judea y siendo Jerusalén la capital de Palestina, el carnero se convertía en signo de los judíos.

Según el profesor de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, Mike Molmar, los magos vieron este eclipse. Justo antes del amanecer, Júpiter habría aparecido por el este y después, cuando la Luna pasó entre la Tierra y Júpiter, el gran planeta habría desaparecido.

Una supernova

Una supernova es una estrella masiva que aumenta bruscamente su luminosidad, de tal forma que no es posible que pase inadvertida en el cielo.

Según un astrónomo de la Agencia Espacial Europea, Mark Kidger, lo que los magos avistaron fue una estrella en su fase supernova.

Este incluso ha señalado a un candidato, el DO Aquilae, que explotó en 1927 y que seguramente lo habría hecho también varias veces en el pasado. De haber explotado hace 2.000 años, los magos la habrían visto en el este, asomándose por encima del horizonte.

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