L. D./EFE.- "Valoro muchísimo la inteligencia, pero más la bondad. Cada día valoramos menos a las buenas personas y miramos más a la gente por sus logros. Es un error. Andrés Arconada es una buena persona y por eso esta sala está llena, para celebrar estos sesenta y dos años con lo mejor de mi vida", dijo entre lágrimas Concha Velasco antes de soplar la vela de una tarta de cumpleaños mientras sonaba el tema central de "Hello Dolly", su última producción.
Además del teatro, la radio y la televisión copan la agenda de la actriz, especialmente los lunes, cuando rueda su programa y participa en una tertulia en las ondas, pero este jueves, el día de su cumpleaños, era el mejor para presentar estas memorias que Arconada ha logrado arrancar a Concha tras un año de entrevistas.
"Siempre he sido muy reacia a las autobiografías, me encantaron las de Fernán Gómez o Marsillach, pero no creo que yo tuviera ni una carrera ni una personalidad como para escribirlas. A muchos queridos periodistas les he dicho que no a ofertas de escribir este libro, pero cuando me lo propuso Arconada creí que era un buen momento para desahogarme", confesaba este jueves la actriz.
"Hemos dejado algunas cosas de lado, no tengo por qué hablar de las personas que he amado, sólo de Paco Marsó que es el hombre de mi vida", añadió.
Luis García Berlanga y Pepe Sacristán presentaron el acto como amigos y también como personajes destacados en el libro, al igual que sucede con amigas y compañeras de Concha Velasco que leyeron emocionadas párrafos del texto en los cuales se relatan episodios de sus vidas compartidos con la actriz (Tina Sáinz, María Luisa Merlo, Carmen Sevilla y Encarna Paso).
Todos expresaron su cariño: "amigas hasta la muerte", dijo Carmen Sevilla o "te sigo queriendo y cada vez estoy más orgullosa de ser tu amiga", declaraba María Luisa Merlo, en el mismo tono que las otras actrices señaladas.
Con menos intensidad emocional y hasta con ligera ironía el director García Berlanga calificó a Concha Velasco de "sobrenatural", algo que Pepe Sacristán, autor del prólogo del libro, corroboró cuando explicó que "Concha es una de esas personas cuya relación con su entorno es muy particular: se mantiene en permanente estado de suspensión".
"Estar junto a gente así te coloca en estado de gracia, y aunque ella a veces desde ahí arriba mira hacia abajo y siente vértigo, ya me gustaría a mí ser capaz de llegar a su nivel", continuó Sacristán.
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Además del teatro, la radio y la televisión copan la agenda de la actriz, especialmente los lunes, cuando rueda su programa y participa en una tertulia en las ondas, pero este jueves, el día de su cumpleaños, era el mejor para presentar estas memorias que Arconada ha logrado arrancar a Concha tras un año de entrevistas.
"Siempre he sido muy reacia a las autobiografías, me encantaron las de Fernán Gómez o Marsillach, pero no creo que yo tuviera ni una carrera ni una personalidad como para escribirlas. A muchos queridos periodistas les he dicho que no a ofertas de escribir este libro, pero cuando me lo propuso Arconada creí que era un buen momento para desahogarme", confesaba este jueves la actriz.
"Hemos dejado algunas cosas de lado, no tengo por qué hablar de las personas que he amado, sólo de Paco Marsó que es el hombre de mi vida", añadió.
Luis García Berlanga y Pepe Sacristán presentaron el acto como amigos y también como personajes destacados en el libro, al igual que sucede con amigas y compañeras de Concha Velasco que leyeron emocionadas párrafos del texto en los cuales se relatan episodios de sus vidas compartidos con la actriz (Tina Sáinz, María Luisa Merlo, Carmen Sevilla y Encarna Paso).
Todos expresaron su cariño: "amigas hasta la muerte", dijo Carmen Sevilla o "te sigo queriendo y cada vez estoy más orgullosa de ser tu amiga", declaraba María Luisa Merlo, en el mismo tono que las otras actrices señaladas.
Con menos intensidad emocional y hasta con ligera ironía el director García Berlanga calificó a Concha Velasco de "sobrenatural", algo que Pepe Sacristán, autor del prólogo del libro, corroboró cuando explicó que "Concha es una de esas personas cuya relación con su entorno es muy particular: se mantiene en permanente estado de suspensión".
"Estar junto a gente así te coloca en estado de gracia, y aunque ella a veces desde ahí arriba mira hacia abajo y siente vértigo, ya me gustaría a mí ser capaz de llegar a su nivel", continuó Sacristán.
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